¿Sos docente?: aquí algunos consejos útiles para tus clases virtuales
Enseñar de manera virtual a través de una plataforma online en lugar de un aula se ha transformado hoy, coronavirus mediante, en una realidad para la que -convengamos- no todos los docentes están debidamente preparados.
Como parte del imparable efecto del coronavirus en todo el mundo, unas 200 universidades de Estados Unidos y más de 1.000 a nivel mundial -entre ellas la Universidad Nacional de Cuyo, aquí en Mendoza- cambiaron de clases presenciales a clases online en las primeras semanas de marzo.
A continuación los 10 consejos para que la experiencia de aprendizaje online sea más gratificante, elaborados por Rick Dunham y publicados en el sitio de la Red Internacional de Periodistas (IJNET).
Escogé la plataforma de enseñanza correcta
Antes de iniciar tu clase online, tené en cuenta tus necesidades y elegí la plataforma que mejor responda a ellas. Tu sitio de aprendizaje debe ser capaz de manejar la cantidad de personas que tendrás en tus clases, permitirte trabajar el tiempo que quieres y más. Diferentes sitios ofrecen diferentes características, incluidas funciones de chat -para el grupo completo o miembros individuales-, y reuniones grupales que tienen lugar al mismo tiempo dentro de la sesión de clase.
Además de Zoom (que estoy usando), otras plataformas recomendadas son Docebo, Udemy, Skillshare, WizIQ, Adobe Captivate Prime y SAP Litmos. Otras opciones con planes gratuitos incluyen Moodle, ezTalks Webinar, Fastmeeting y Articulate Storyline. Algunas plataformas ofrecen descuentos a escuelas y organizaciones sin fines de lucro, lo que puede hacer que las costosas opciones sean más accesibles.
Pensá en tu comunidad
Si todavía no tenés un grupo de chat para tu clase, creá uno. Mi clase de Tsinghua usa WeChat, pero WhatsApp, Facebook, Slack y otras plataformas pueden funcionar también. Estoy interactuando con mis alumnos con mucha más frecuencia durante este período de clases virtuales que cuando estábamos juntos en el campus, respondiendo preguntas rápidas y ofreciendo consejos y sugerencias.
Pensá visualmente
La forma más aburrida de enseñar es simplemente hablar, por lo que es importante agregar elementos visuales a tu clase. Comencé por modificar el aula virtual. Como hijo de un diseñador escénico de Broadway, creé un telón de fondo para mis videoconferencias. También varío las imágenes de la pantalla en cualquier momento, ya sean fotos o videos. La mayoría de las plataformas de videoconferencia te permiten compartir tu pantalla, por lo que me desplazo a través de ejemplos visuales e incluso he realizado búsquedas en vivo de bases de datos digitales.
Si necesitas ayuda para diseñar contenido innovador, Torrey Trust, de la Universidad de Massachusetts, creó este Google Slide con ideas innovadoras, enlaces a plataformas de tecnología visual y otros consejos para enseñar en línea.
Por supuesto, siempre existe el riesgo de que uno de tus ejercicios visuales salga mal, pero es parte de la emoción de la transmisión en vivo.
Bajá las expectativas
Inevitablemente algo saldrá mal en tiempo real: la transmisión del video, el audio de alguien, la conexión de internet de alguien, los chats en vivo o algo que ni siquiera habías considerado. La paciencia es importante. Mientras tus alumnos comprendan que el aula virtual podría no ser perfecta, todos estarán un poco menos ansiosos si experimentan algún tipo de mal funcionamiento.
Adaptá tus materiales de enseñanza
No transfieras directamente tus apuntes o presentaciones en PowerPoint a un formato online. Necesitás comunicarte de manera distinta que en una clase presencial. En línea no existe una interacción natural entre profesores y estudiantes, y en línea los estudiantes no levantan la mano ni te dan pistas no verbales. En cambio, debés invitarlos explícitamente a sumarse al debate a través de chats en redes sociales o encuestas online.
Dales atención individual a tus alumnos
Es importante construir una relación con todos los miembros de tu clase, algo que se vuelve particularmente importante cuando no podés participar en interacciones sociales básicas de un entorno físico. En lugar de mis horarios de oficina regulares, ofrezco horarios de oficina virtuales en momentos que preestablezco con cada estudiante. Debido a que algunos de ellos son tímidos, me puse en contacto para programar reuniones antes de las tareas principales. Al final de cada videoconferencia, me quedo unos minutos para los estudiantes que desean pasar un rato más en el aula virtual y hacerme cualquier pregunta que tengan en mente.
También respondo a los mensajes que mis estudiantes me envían vía redes sociales o correos electrónicos durante el día -o antes, si resulta práctico- , porque creo que es importante mostrarles que su experiencia de aprendizaje y su progreso me importan. Esto no siempre es factible, dependiendo del tamaño de la clase, pero priorizá las necesidades de tus alumnos y respondé lo más rápido posible.
Sé activo físicamente
Durante las primeras semanas de enseñanza online, me sentí solo o irritable. Estaba acostumbrado a interactuar personalmente con los estudiantes y a la camaradería social de mi oficina. Para contrarrestar, me aseguro de hacer ejercicio con regularidad. Otros en China e Italia han desarrollado mecanismos de afrontamiento mucho más creativos durante sus semanas en cuarentena.
Confiá en tu asistente o en el personal de enseñanza
La enseñanza remota requiere más trabajo que la enseñanza en el aula. Necesita más coordinación, comunicación y planificación logística que los cursos normales, y puede ser un desafío mantenerse al día. Contá con la ayuda de un asistente o del personal del área para recordarles a los estudiantes sobre las próximas tareas, conferencias y cambios de horario, y siempre recuerda decir "gracias" a quienes te ayuden.