literatura

Flavia Company: "El pasado es una ecuación que hay que comprender"

‘Que nadie te salve la vida’, novela de la autora argentina, nos advierte sobre las responsabilidades concernientes a nuestra existencia y los riesgos de dejarlas a merced de los demás.

Nicolás Munilla
Nicolás Munilla sábado, 1 de febrero de 2020 · 07:46 hs
Flavia Company: "El pasado es una ecuación que hay que comprender"

Una deuda existencial, aunque no sea requerida, puede llevarnos a remordimientos que ni la muerte podría subsanar. 'Que nadie te salve la vida' (Editorial El Ateneo) es una novela de la escritora Flavia Company que nos advierte desde el título sobre las responsabilidades concernientes a nuestra existencia y los riesgos de dejarlas a merced de los demás.

Enzo está al borde de la muerte y su amigo Víctor, que le salvó la vida años atrás para luego convertirse en su confidente, le pide saldar su ‘deuda’ con una acción grave: asesinar a otra persona. A partir de allí, la historia transcurre en una serie de reflexiones, dudas, retornos y turbaciones que se extienden hacia el pasado y el futuro en forma continua y encadenada, donde cuatro narradores indiscutiblemente relacionados deliberan introspectivamente sobre los dilemas morales que encierran las responsabilidades y los límites de los actos propios y ajenos: la culpa, el perdón, la misericordia y el legado de la naturaleza humana.

Para Company, el abordaje de estas temáticas universales refleja cómo los individuos desarrollan microcosmos en donde cada acción ejerce consecuencias categóricas sobre los individuos del eslabón. “Si percibimos que todos somos uno y uno somos todos, comprendemos hasta qué punto cada uno de nuestros actos modifica cuánto vive y va a vivir”, argumenta en una charla con MDZ.

- Tras el pedido de su amigo, Enzo toma su decisión bajo una perspectiva aparentemente turbada por su situación moribunda y por las deudas que pretende saldar. ¿Qué motivos pudo hallar el protagonista ante esa propuesta bastante siniestra?

- Una de las más veraces respuestas que la vida nos ofrece respecto a nuestra identidad son justamente nuestros actos. Darnos cuenta de que no somos lo que pensamos de nosotros sino lo que hacemos. ¿De qué serías capaz? ¿Cómo saberlo si no se dan las circunstancias que servirían de prueba? ¿Cómo saber de qué serías o no capaz en una circunstancia extrema, bajo condiciones que no conocés? Todos los actos tienen consecuencias, pero a veces no lo recordamos y otras veces no los medimos bien. De ahí proviene la referencia a la novela 'Crimen y Castigo', de Dostoievski: ¿por qué ocurre lo que ocurre? Y respecto a Enzo, ¿por qué lo que debió ser gratitud se convirtió en una deuda? ¿Qué distancia hay entre el agradecimiento y el endeudamiento? Es un dilema moral.

- En cambio, Víctor es un personaje calculador y que cree tener el poder de controlarlo todo, pero esa idea comienza a resquebrajarse luego de la desaparición física de Enzo. ¿Sus miedos son un mero reflejo de una debilidad subyacente o surgen espontáneamente al percibir que todo puede acabar?

- Víctor, al contrario que Enzo, es un hombre que basa su vida solo en los bienes materiales y no cree en ningún otro tipo de riqueza, solo en la que se puede tocar y acumular y sumar. Es lo que le permite compararse con otros y sentir que gana. Por eso es banquero: especula y apuesta. Hace favores para que le deban algo. Los únicos miedos de Víctor se refieren a las zonas que no parecen estar directamente bajo su control. ¿Como puede estar seguro de que Enzo no lo delató de algún modo, incluso sin darse cuenta, antes de morir? 

Víctor no cree en la amistad ni en el amor y por lo tanto no cree ni en la confianza ni en la fidelidad ni en el respeto. Para él son monedas de cambio. Le asusta pensar que se le haya podido escapar algún hilo. Y de hecho, se le escapa.

- Hablando justamente de 'Crimen y castigo', dicha obra está muy presente en esta novela y su mención causa diversas reacciones entre los personajes. ¿Su inclusión es una referencia al eterno dilema moral y la culpa frente a los actos? ¿Enzo y Víctor son las dos caras de un Raskolnikov moderno que cree perseguir un objetivo bienintencionado, pero vive atormentado por los resultados?

- Me gusta ese modo de ver a Víctor y Enzo como un desdoblamiento de Raskolnikov. Qué buena interpretación. Una especie de Jekyll y Hyde, ¿no? Con el agravante de que Víctor jamás llegaría a ciertos actos, por miedo a no controlarlo todo, y eso nos lleva a una terrible paradoja: ¿hay menos mal en el mal consciente de sí mismo que en el bien que cree no ser capaz de contener mal alguno?

- Queda la sensación que la muerte no acaba con las consecuencias de nuestros actos, sino que las transforma en un pesado legado que recae en los que aún viven ¿Hasta qué punto las responsabilidades de otros nos acechan e interpelan?

- La memoria histórica importa. Si consideramos la existencia de la naturaleza como un todo, si percibimos que todos somos uno y uno somos todos, comprendemos hasta qué punto cada uno de nuestros actos modifica cuánto vive y va a vivir. El efecto mariposa de cada uno de nuestros pasos, de nuestras decisiones. Por eso la novela está estructurada de un modo que muestra la relación de esos eslabones de la cadena. Nadie está fuera, todos tiramos de ella cada día, cada vez. Si matamos a un pájaro, el movimiento del aire cambia para siempre. 

- El pasado vuelve constantemente hacia los personajes en forma de recuerdos durante la narración, como si recurrieran inconscientemente (o no) a él para entender sus acciones en el presente y buscar el perdón. ¿Será que apelar a la memoria pretérita desde una posición desamparada se considera una forma válida de superar las dificultades emocionales?

- Cualquier resultado es una suma de lo anterior. Cualquier estado de ánimo es consecuencia de lo vivido. El pasado es una ecuación que hay que comprender, sea a nivel individual o a nivel social, sea a nivel anecdótico o a nivel histórico. Si queremos resultado distintos, debemos cambiar los términos de nuestras acciones, y solo puede conseguirse mediante la consciencia. O, para decirlo de un modo más simple, mediante el darse cuenta. Darnos cuenta, estar atentos, comprender; poner la atención en darnos cuenta y ser en vez de ponerlo en actuar, controlar y tener. Qué gran cambio, ¿no? De ahí el título, además cada cual es responsable de su vida; debérsela a otros no nos exime de esa responsabilidad.

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