Urbanismo

Hacia dónde crecer con usos urbanos y rurales en el área metropolitana de Mendoza (AMM)

Un informe especial preparado para MDZ por la&nbsp; &nbsp;ingeniera agrimensora Ana María&nbsp; Sedevich, Magister en Ordenamiento Territorial, representante ante el CPOT del INCIHUSA CCT Mendoza CONICET y<br>directora de la Diplomatura en Gestión Territorial de la UMaza.

domingo, 17 de febrero de 2019 · 10:17 hs

La demanda urbana es ineludible por el crecimiento poblacional y requiere del Estado la orientación de “hacia dónde ocupar”, la ciencia, por su parte, desde su perspectiva, aporta las bases que tiendan a mejorar la calidad de vida y en este marco de referencia, se desarrolla el presente documento.

Ocupar cada espacio conforme a su mejor aptitud genera mayor aprovechamiento, tanto económico-productivo, como social y ambiental, aspectos que hacen a la sustentabilidad; por consiguiente, la adaptación del espacio al nuevo rol, requiere menor inversión. Esta aptitud potencial del territorio mendocino tiene que ver con el derecho de agua para uso agrícola, riesgo sísmico y aluvional; y también con lo que los mendocinos legítimamente quieren.

Por lo tanto se aborda uno de los pilares del ordenamiento territorial que es el conocimiento del espacio pudiendo construirse de dos maneras:

  1. trabajando sobre un diagnóstico bien fundado de los componentes territoriales que estructuran el área de estudio; o
  2.  con amplios, ambiguos, confusos y extensos informes, que dicen mucho, pero que no permite orientar resultados concretos, por su laberinto de “ideas y pensamientos”. Un ejemplo de la segunda opción, son el Planes Provinciales de Ordenamiento Territorial y algunos Municipales presentados hasta ahora.

Si elegimos trabajar con la primera opción, los resultados de varios diagnósticos sectoriales del AMM marcan situaciones relevantes como las que se detallan a continuación:

El núcleo central del AMM tiene un espacio urbano consolidado con usos residencial y comercial, en general, con mediana densidad de población. En esta últimas décadas, envolviendo a la misma, se ha ido cubriendo una franja también urbano con demandas de uso residencial pero compartido con recreacional de baja densidad poblacional, con lotes de mayores dimensiones, con vistas a bellos paisajes naturales en algunos casos y otros con infraestructura para óseo, ya sea club house o canchas de diversas tipos deportivos, habiendo avanzado en todas las direcciones: rurales y pedemontana. Una tercera forma de ocupación que también se señala, es el crecimiento en altura, especialmente en departamentos aledaños a la capital como Godoy Cruz.

En este estado, las ocupaciones son irreversibles y sólo queda analizar el “cómo continuamos” teniendo en cuenta por lo menos, algunas características identitarias del ambiente mendocino, que se destacan.

El uso agrícola en Mendoza sólo puede desarrollarse con derecho de agua superficial o subterránea, por lo tanto, previo a analizar la buena calidad de suelo para dicho uso, se deberán relevar las parcelas con derecho y en producción, además de tener en cuenta también, las superficies con derecho de agua agrícola con cambio de uso.

El norte de Mendoza se asienta sobre un área de alta peligrosidad sísmica y por lo tanto la vulnerabilidad y riesgo, es tema fundamental a tener en cuenta en una planificación del AMM, si se aumenta la densidad población en la propuesta definitiva. Otro riesgo para el área metropolitana son los aluviones que, incluso, han costado vidas humanas; razón por la cual la impermeabilización de superficies, agua arriba (piedemonte), provocará el aumento de caudal y el incremento del riesgo aluvional, lo cual deberá considerarse.

Además de la necesidad de profundizar en el conocimiento de las características del espacio geográfico que se estudia, el otro pilar fundamental en el Ordenamiento Territorial es escuchar a la población que es a quien va dirigida dicha política de ordenamiento.

El esquema metodológico.

En base a estas brevísimas consideraciones queda analizar las alternativas de ocupación, usos y delimitación conforme a la capacidad de carga del nuevo aprovechamiento territorial.

-Si la propuesta es convertir el AMM en “Ciudad Compacta”, tal como lo plantea el Plan Provincial de Ordenamiento Territorial, las consecuencias son: relleno de vacíos urbanos, aumento en altura de edificios y mayor densidad de población; por lo tanto para implementarlo, se deberán reconstruir las redes de agua, cloacas, energía eléctrica y desagües pluviales conforme al dimensionamiento que requerirá el aumento de población previsto. Además, se deberá adecuar anchos de calles y ejecutar aperturas de nuevos accesos viales, para evitar colapsos, mejorar el transporte público y el equipamiento social para atender el aumento de población propuesto. El incremento de población previsto, generará aumento del riesgo sísmico, por lo tanto, se deberán prever nuevos espacios libres para el resguardo de la gente que viva en estos nuevos núcleos urbanos de mayor altura. En caso de avanzar con esta propuesta, sin la infraestructura adecuada, la consecuencia, serán la saturación del sistema de Ciudad, la generación de caos, aumento del riesgo y mala calidad de vida a la población.

-Si la propuesta es crecer hacia el piedemonte compactando superficies aguas arriba de la ciudad por el tipo de conformación de suelo, las pendientes y el costo de mantenimiento, es muy difícil el tratamiento de los caudales individualmente en cada emprendimiento, por lo tanto previamente a la implementación, se deberá estudiar una obra hidráulica que colecte los nuevos caudales conduciéndolos por el Oeste, sin ingresar a la Ciudad, hasta el norte del AMM y allí completar las obras necesarias para conectarlas con colectores principales, además de las obras de infraestructura y equipamiento que requiera los nuevos núcleos urbanos. En caso que no se materialice dichas obras se le provocará problemas especialmente un incremento exponencial de del riesgo aluvional al área urbana consolidada.

-Si la propuesta es avanzar hacia la zona cultivada se pueden plantear dos alternativas: una es preservar las parcelas que hoy se mantienen con producción agrícola, y proponer nuevos centros urbanos en la periferia a continuación de esta zona preservada. Esto implica trasladar y construir nuevas obras de infraestructura de Servicio y Equipamiento para las nuevas demandas urbanas, ampliando la ocupación del oasis en busca del equilibrio territorial y atendiendo además, las nuevas elecciones de la población, que evidentemente ha aceptado asumir el costo económico que comprende la ampliación de servicios para usos urbanos en estos nuevos espacios, teniendo en cuenta la tendencia de ocupación de las últimas décadas.

Tierras en producción.

La segunda alternativa es el traslado de la zona rural a la periferia, permitiendo la ocupación urbana en la hoy definida como rural. Esto implicaría la necesidad de trasladar derechos de agua existentes y nuevas obras de riego para las nuevas parcelas, lo que supone modificar la legislación y un trabajo de reasignación de derechos, al recurso más importante de Mendoza.

La última opción es considerar un mínimo crecimiento hacia todas las direcciones, pero en este caso, es indispensable determinar los umbrales de cada usos de suelo y luego, evaluar los impactos sociales, ambientales y económicos para determinar la viabilidad y la capacidad para que su aprovechamiento sea sostenible en el tiempo.

Barrios en Guaymallén.

Por lo tanto, la decisión de la alternativa más conveniente, dependerá de los resultado de una evaluación genuina y ejecutiva, con todas las variables que estructuran cada espacio, para analizar la conveniencia o no; y cuando se identifique la mejor opción, se deberá determinar los límites de capacidad, es decir ¿hasta dónde?, de cada área elegida.

Lo que resta y no menos importante, es orientar los presupuestos provinciales y municipales a concretar en el menor tiempo posible, las obras necesaria para adaptar de la mejor forma el espacio a los nuevos requerimiento, tendiendo a organizar y mejorar el hábitat del mendocino con calidad, sustentabilidad y sostenibilidad en el tiempo.

Se debe advertir que el rumbo determinado de “hacia donde crecer”, deberá atender los riesgos especialmente de los que Mendoza, ya ha tenido serias problemas y escuchar las opiniones del gente que usa cada sector espacial del AMM, de lo contrario la propuesta va en contra de la naturaleza misma y puede generar mayores costos y por sobre todo, la falta de aceptabilidad social al cambio, con el consiguiente daño territorial.

Guaymallén 2002.
Guaymallén 2019.
Luján 2002.
Luján 2019.
Piedemonte de Luján 2002.
Piedemonte de Luján 2019.
Maipú 2002.
Maipú 2019.