Tiroteo deja tres muertos en un supermercado de Lanús

Tres muertos fue el saldo de un asalto con posterior tiroteo en un supermercado de la localidad de Remedios de Escalada, partido bonaerense de Lanús. Dos de ellos fueron los ladrones que ingresaron, mientras que el tercero se trató de un policía.

A las 18.40 de ayer, en el supermercado Vea de la avenida Hipólito Yrigoyen al 6100, a la altura de la estación de trenes, había unos 30 clientes haciendo las compras, junto con varias decenas de empleados del lugar.

Según publicó Clarín, dos ladrones ingresaron al local, armados y amenazantes. Uno de ellos apuntó a una cajera, exigiéndole dinero. En el edificio estaba el oficial inspector Diego Romero, de la Comisaría 46a. de la Policía Federal, vestido de civil y con día franco, esperando para pagar sus compras.

Al advertir la situación, el agente se identificó, quiso detener a los ladrones y allí empezó un intenso tiroteo.

El policía disparó a ambos ladrones y uno de ellos hizo lo mismo con el uniformado. Ante el pánico de clientes y empleados, que corrían para todos lados y se tiraban al piso, uno de los delincuentes cayó muerto en la línea de cajas, mientras que el policía falleció en el acto. Otro de los ladrones recibió un balazo en el pecho, pero logró fugarse con un tercero que hacía de campana, en un Volkswagen Gol robado el mes pasado en Avellaneda.

A las tres cuadras del hecho, los dos sujetos se estrellaron contra un poste de luz, porque el delincuente herido, que conducía, perdió el control del vehículo.

El tercer ladrón escapó por los techos de unas casas y ayer estaba siendo buscado intensamente.

En medio del tiroteo también quedó herido el subgerente del supermercado. El hombre recibió un balazo en el pecho. Fue rápidamente internado en el Hospital Evita de Lanús, en estado grave pero fuera de peligro.

Alrededor de las 22, el fiscal de Lomas de Zamora Juan José Vaello trataba aún de determinar la identidad de los delincuentes fallecidos. A esa hora, una joven embarazada entró al supermercado. Minutos más tarde salió llorando: había reconocido a uno de los ladrones muertos.