El papá del joven golpeado por rugbiers pide verlos tras las rejas

"No pedimos dinero, queremos la condena y verlos presos". Esto dijo Edgardo Azpilcueta papá del joven que fue brutalmente golpeado por un grupo de rugbiers hace cuatro años en un local bailable de Luján de Cuyo. Aún hoy, aseguró, lo continúan amenazando en los boliches. El juicio oral y público se prevé comience en marzo.
El 2 de abril de 2008 Valentín Azpilcueta (18) se encontraba afuera del local bailable Óptimo en Chacras de Coria cuando, de acuerdo a lo que recordó su papá, fue abordado intempestivamente por un grupo de chicos que comenzaron a golpearlo y agredirlo sin razón aparente.
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Los jóvenes acusados son Nicolás Andía, Lucas Gabrielli Gómez Rueda, Guillermo Nicolás Villegas Bardó y Juan Ignacio Brennan Giornelli pertenecían, en aquel momento, al club Marista Rugby Club.
"No creo que hayan sido cuatro chicos, fueron seguramente más", relató a MDZ Online el papá de Valentín.
Valentín jugaba también al rugby –en el Club del Personal de Banco Mendoza- pero, su papá dijo que "no conocía a estos jóvenes era dos años más chico" y que "jamás habría provocado a una patota".
El papá aclaró que la causa está a cargo de la Séptima Cámara en lo Criminal. Tras el requerimiento de la cámara de apelaciones a que intervenga la Corte Suprema de la Nación para llegar a la resolución del caso, "la Corte denegó el pedido y la Justicia provincial deberá resolver el caso en un Juicio oral y público", confirmó Azpilcueta.
De tal modo que, según sus estimaciones, para febrero o marzo próximo, tras la feria judicial, es probable comience el juicio.
"Valentín jamás pidió dinero, por más dinero que se pida, quiere reivindicarse socialmente porque esta gente ha hablado cosas que no corresponden, además de la brutal golpiza", aclaró Azpilcueta.
El papá de Valentín advirtió además que "aún hoy mi hijo padece situaciones de amenaza cuando sale por todo ello, quiero que estén presos, verlos entre las rejas", afirmó Azpilcueta.
Finalmente, Azpilcueta contó que su defensa está lista y preparada para afrontar el juicio oral y público. "Tengo mi padre –refiriéndose a Tomás Azpilcueta- y a mi hermano que nos llevan el caso", dijo.