Desaconsejan los partos bajo el agua

Mientras por una pare se promocionan los partos bajo el agua por otra se advierte sobre algunos riesgos que pueden tener estas nuevas prácticas que proponen una alternativa al momento de que nazca un niño.
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Entre quienes levantan una señal de alerta se destaca lo que publica "Partos múltiples", al haber afirmado que, entre otras consecuencias, "los partos bajo el agua pueden causar, de forma ocasional, ahogamientos e incluso la muerte".
Si bien la página web mencionada enuncia que los partos bajo el agua suponen que las reflexiones primarias del bebé evitan que respire habjo el agua, debido a que no lo hace hasta que se lo sitúa en una superfcie seca, añade que los neonatos que no tienen el suficiente oxígeno durante el parto "pueden respirar en busca de aire", lo que supondría que el agua pudiera entrar en sus pulmones causando el ahogamiento.
En tanto el artículo aclara que los bebés de los casos analizados sobre los que se argumentan las conclusiones que desalientan el parto bajo el agua presentaron "distrés moderado o severo respiratorio" despúes de los partos bajo el agua, "aunque mejoraron inmediatamente y no experimentaron consecuencias permanentes".
En defensa del parto subacuático
Mientras tanto, del otro lado del charco, están quienes apoyan a Michael Odent, que hace unos 30 años inventó la novedosa práctica que, como afirma, disminuye ostensiblemente trauma, tanto para la madre como para el bebé, que se produce durante un parto.
Fue durante los años ´60 y ´70, cuando la juventud impuso la consigna de hacer el amor y no la guerra, que el médico del hospital de Pithivers, Francia, desarrolló el método basado en lo que definió como "la estrategia de superviviencia de la especie dependerá en buena medida de cómo ocurra el nacimiento".
Odent, quien además ha escrito el libro "El granjero y el obstetra", sostuvo que en su libro explone nuevos planteos y que se basan sobre el estudio de fenómenos que se desarrollaron en forma simultánes y paralela durante el siglo XX.
"La agricultura se industrializó rápidamente y provocó catástrofes como el mal de la vaca loca y la fiebre aftosa. En el parto, en cambio, la industrialización fue menos rápida pero también generó catástrofes que están entre nosotros aunque no lo veamos", comentó.
Conocido como el creador del Parto Acuático, el doctor Michel Odent rescató para la actual cultura medicalizada una antigua y artesanal forma de nacer. Aunque no hay registros escritos, tanto los cretenses como los indios Chumash, de la costa central de California, Estados Unidos, empleaban este tipo de técnica. El primer registro de un parto en el agua data de 1803, en Francia, cuando tras un trabajo de parto de 48 horas, una mujer se calmó pariendo a su bebé en el agua.
Lo que descubrió este obstetra en los años 70 es que cuando las contracciones se vuelven más dolorosas y menos eficaces, el agua caliente proporciona alivio. Especialmente para las mujeres cuya dilatación no avanza más de 5 centímetros.
Odent (un médico que conoce perfectamente los beneficios y los perjuicios de la tecnología aplicada a la salud) es, además, el obstetra que introdujo el concepto de ambiente hogareño y privacidad, desde su labor en el Hospital Estatal de Francia. En la Argentina, el equipo del doctor Gustavo Katz es el que lleva adelante este concepto con la realización de los partos acuáticos.
El doctor Mario Sebastiani, obstetra del Hospital Italiano y vicepresidente de la Asociación Argentina de Obstetricia y Ginecología Psicosomática, cree que "este tipo de parto puede resultar excelente, aunque no se pueda reproducir en una experiencia vasta, porque en nuestro país se realizan 700 mil partos por año y no existen las condiciones especiales que requiere el parto acuático".
Lo importante de la propuesta de Odent (pondera Sebastiani) es su rescate de la obstetricia artesanal y la idea de intimidad familiar para el acontecimiento del nacimiento, sobre todo en el actual contexto de una práctica que ha medicalizado al parto, al punto que hoy al feto se lo ve como si fuera un paciente.