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Del paro telefónico a la creación de una empresa estatal

La visita de Cristina Fernández de Kirchner al Grupo Telefónica, estaría confirmando las sospechas que hablan de un plan para la creación de una empresa estatal.

Suena el teléfono...

El paro de los telefónicos va por su tercer mes y en la provincia los cortes de líneas por razones técnicas ya superan los 6 mil reclamos. Esto es sólo un apéndice del escenario mayor, que ayer cobró relevancia internacional a través de la entrevista que sostuvo Cristina Kirchner –en España- con el Presidente del Grupo Telefónica, César Alierta.
Si bien el reclamo del sector, del que hoy también participan los empleados Movistar, había sido iniciado sólo por los obreros de Telefónica de Argentina -en el país emplea a más de 10 mil personas y en Mendoza a unas 450 almas- actualmente concentra las quejas, de la local Foecytra y -desde Buenos Aires- a Foetra, Foppsta y Upjep.
Foetra, la que más presión ha ejercido hasta el momento a Telefónica, representa a la cobertura del servicio de Capital Federal y alrededores y fue uno de los sindicatos nacionales más fuertes en los que se apoyó la candidatura de Filmus.
El sindicato porteño pretende la creación de una empresa estatal –Entel K ya le dicen- que intervenga el mercado telefónico en Argentina. El mismo asunto que la habría llevado a Cristina ante Alierta.

Sobre reclamos y tarifas 
Para la empresa Telefónica de Argentina, llevar tres meses parada y las consecuentes pérdidas millonarias no sería la única preocupación. El problema, a ésta altura del conflicto, estaría por retomar viejos reclamos, precisamente de 1997. Cuando las tarifas se congelaron representando hoy una de las más bajas del planeta.
Con ese panorama los telefónicos están reclamando un ajuste de un 25% en sus salarios. Algo injusto para los voceros de Telefónica que aún no se animan a contestarle abiertamente a la prensa, debido a un empleado promedio, contando horas extras, estaría ganando unos $ 5,5 mil. “Sin haber completado la escuela primaria”, deslizaron desde la empresa.
Del otro lado, está Telefónica, que tampoco brilla por su santidad, aunque en éste caso se encuentra acorralada por la falta de intervención del Estado Nacional.
Lo triste para ambos sectores, sería la situación de los usuarios que están detrás de todo eso, incluyendo los planes K, si los hay.