Traición de Victoria Villarruel y judicialización: el Gobierno denunció un golpe institucional en el Senado
Victoria Villarruel habilitó una sesión en el Senado que el Gobierno considera ilegal y en Casa Rosada la acusaron de traición, mientras que adelantaron que judicializarán todo proyecto que logre aprobar la oposición.

En Casa Rosada acusaron a Victoria Villarruel de traición por habilitar la sesión autoconvocada por la oposición en el Senado.
SenadoAnte la avanzada opositora en elSenado, que autoconvocó una sesión sin el aval de la Presidencia de la cámara alta, el Gobierno denunció un "golpe institucional", acusó a la vicepresidenta Victoria Villarruel de jugar abiertamente con el kirchnerismo por habilitar la sesión y adelantó que van a judicializar los proyectos en caso de que se aprueben "ilegítimamente" en el recinto.
Una batalla clave en el Senado
El contexto para el Gobierno es complejo frente a una batería de proyectos impulsados por la oposición que en el Ejecutivo denuncian como una "aberración que atenta contra el equilibrio fiscal". Entre las principales medidas se busca reponer la moratoria previsional, incrementar los haberes jubilatorios y el bono, declarar la emergencia en discapacidad y voltear el veto presidencial que denegó los fondos especiales para Bahía Blanca, además de los proyectos impulsados por los gobernadores para rediscutir la distribución de fondos coparticipables.
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Con el objetivo de ganar el máximo tiempo posible para el oficialismo, la Presidencia de la Cámara no realizó la citación formal a la sesión, pero las bancadas opositoras se autoconvocaron en el recinto, abriendo una discusión reglamentaria.
La discusión reglamentaria
Para la oposición, un quórum con mayoría simple (mitad más uno) alcanzaba para tratar los proyectos, mientras que La Libertad Avanza sostuvo que se necesitaban dos tercios de los presentes y denunció un intento de "golpe institucional en el Senado".
"El Senado no puede autoconvocarse, por lo tanto, es inválida y se están incumpliendo artículos del reglamento. No podemos permitir que una mayoría circunstancial interprete las normas como le conviene. Esto generará, en el futuro, un desorden institucional", denunció el jefe de la bancada oficialista, Ezequiel Atauche, al comienzo de la sesión, y agregó: "Podrán continuar, decir y hacer lo que quieran, pero lo que está ocurriendo carece de legitimidad".
La amenaza de la judicialización
En ese contexto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, anticipó tras el inicio de la sesión que el Gobierno "no la va a dar por válida" y ratificó su judicialización. "Si se envían esas leyes, el Poder Ejecutivo por supuesto las va a vetar y va a plantear judicialmente la ilegitimidad de ambas", ratificó el funcionario en diálogo con Radio Rivadavia.
El argumento del oficialismo es que las cámaras solo pueden autoconvocarse con mayoría simple para tratar asuntos internos de la cámara, mientras que hacerlo para tratar leyes no existe en el reglamento. "Es insólito, jamás en la historia pasó esto. Genera un problema para las instituciones de acá en adelante, para este y todos los gobiernos", planteaban en Casa Rosada.
En ese sentido, cerca del asesor presidencial Santiago Caputo sostuvieron que la situación respondía a la teoría del fruto del árbol envenenado, una doctrina en el derecho que plantea que cualquier medida de prueba obtenida por vías ilegítimas debe ser desestimada. "La sesión es ilegal, por ende cualquier cosa que se apruebe en la sesión no tiene validez", sentenciaron.
Villarruel, en el ojo de la tormenta
En paralelo, todos los focos quedaron puestos sobre la vicepresidenta, Victoria Villarruel, a quien en el Gobierno acusaron abiertamente de traición por tomar su lugar en el recinto y habilitar el tratamiento de la sesión tras la conformación del quórum que impuso la oposición.
"Lo de Victoria es insólito. Acaba de entregarle a (José) Mayans el control de la cámara. Estaba al tanto de todo, se le explicó a ella y a su equipo que iban a generarle un problema a la democracia de ahora en más. Se sentó y lo hizo igual. Alevoso", arremetieron cerca del Triángulo de Hierro.
Para no dejar lugar a dudas, también se pronunció al respecto la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien emitió un durísimo posteo contra Villarruel en sus redes, evidenciando una ruptura en el seno del Gobierno que ya nadie se esfuerza en ocultar.
"Levántese, señora vicepresidente. No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kircherismo destructor. Al menos siga del lado del pueblo que la votó para cambiar este país. No convalide a la corporación política más abyecta de la historia".
También salió al cruce de la vicepresidenta Agustín Romo, alfil de Santiago Caputo y jefe de la bancada libertaria en la Cámara de Diputados bonaerense, quien acusó a Villarruel de "habilitar la sesión que busca destruir el equilibrio fiscal sin quorum" y compartió una foto de la compañera de fórmula de Javier Milei junto al titular de la bancada kirchnerista, José Mayans.
El episodio sumó un nuevo capítulo en la larga e irreconciliable interna que enfrenta a Villarruel con Javier Milei, que este miércoles había dado cuenta del recelo que tenían en la Casa Rosada hacia la vicepresidenta de cara a un nuevo escenario adverso en el Senado. "Veremos qué hace (Villarruel), esperemos que defienda los porotos que corresponde", había dicho el libertario en la previa. Tras ser consultado sobre si dudaba del accionar de su compañera de fórmula, sentenció: "Los pingos se ven en la cancha".