Sin trazabilidad ni INV fuerte, no hay futuro para el vino ni salud pública en Mendoza
En la Provincia y el país hay una sordera institucional grave que puede perjudicar la producción. El caso del INV.

En las oficinas mendocinas del INV aseguraron que conocieron los cambios que introduciría el DNU a través de las publicaciones en los medios.
ALF PONCE MERCADO / MDZEn Mendoza y Argentina estamos pagando el costo de una sordera institucional: la falta de trazabilidad en sectores clave y la desregulación del INV sin ninguna mirada preventiva. Los recientes escándalos —carne en mal estado, fentanilo contaminado y pescado adulterado— no pueden desvincularse de la decisión de debilitar al organismo que actúa como garante del control, en el caso del vino, sustituyendo autonomía técnica por “flexibilidad”.
Y aquí vale recordar algo que muchos olvidan: el vino es un alimento según el Código Alimentario Argentino (CAA). Esto significa que, al igual que la carne, la leche o el aceite, está sujeto a estándares sanitarios y de inocuidad que requieren trazabilidad completa. No se trata solo de proteger una marca o una denominación de origen; se trata de asegurar que lo que llega a la mesa —o a la copa— sea seguro para el consumo humano. Todavía hay quienes recuerdan el caso de envenenamiento de Soy Cuyano , en el anterior intento de desarticular el INV .
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El Instituto Nacional de Vitivinicultura no es un exceso burocrático, como repiten en Casa Rosada. Es la columna vertebral de la confianza en la producción vitivinícola argentina: desde los viñedos hasta la góndola, pasando por denominación de origen, volumen alcohólico, análisis de lote, composición y autenticidad. Hoy, según el decreto 462/2025, ese organismo queda convertido en una unidad operativa sin autonomía, bajo la Secretaría de Agricultura. La verificación de origen o variedad deja de ser obligatoria, y los controles se atrasan hasta el final de la cadena. Eso significa que se permite que un vino llegue al consumidor sin saber si lo que lleva la etiqueta es lo que realmente contiene.y solo puede analizarse allí , en la góndola . Que tal ? Es una tragedia en cámara lenta: se quita la capacidad valuadora del Estado y se abre la puerta al fraude, la corrupción, la adulteración y el engaño. En economía real, es un golpe brutal: el sector exportador —uno de los más dinámicos de Mendoza— pierde su respaldo técnico y vuelve más vulnerable a rechazos en frontera. La credibilidad construida durante décadas con esfuerzo y mercados abiertos, se esfuma ( salvo para quienes puedan pagar certificaciones o análisis a laboratorios privados. Un negocio más quizás ?).
En el brote de fentanilo, que sufrimos en el país y mató a muchas personas ya , preguntarse cómo fue que un medicamento vital llegó contaminado sería absurdo si hubiese rastreo. Pero no lo hay. Como no lo había para la carne decomisada en Mendoza sin trazabilidad ni para el pescado que, según un estudio del CONICET, no correspondía a la especie declarada en casi el 20% de los casos. Cuando desmantelamos capacidad de control, dejamos a consumidores, productores decentes y la economía regional a merced del caos.
No es “eficiencia estatal”. Es demolición. Si el INV ya no puede certificar genuinidad, si sucumbe ante lógicas administrativas de pasillito, aumentamos exponencialmente los riesgos sanitarios, los vacíos legales y el ataque a lo genuino. ¿Queremos vinos 100% truchos, mercados cerrados o intoxicaciones en serie como bandera?
En comercio internacional, los mercados más exigentes —Unión Europea, Estados Unidos, China— no hacen concesiones: si no podés demostrar de dónde viene tu producto, cómo fue procesado y por quién, te cierran la puerta. Así de simple. No es una advertencia teórica: la Organización Mundial del Comercio estima que las barreras no arancelarias como la trazabilidad pueden costar hasta el 20% del valor exportado a países en desarrollo cuando no se cumplen.
Por ejemplo, En salud pública, la ecuación es todavía más dramática. La OMS calcula que cada año 600 millones de personas enferman y 420.000 mueren por alimentos contaminados. En Argentina, la respuesta a crisis sanitarias es lenta y costosa porque sin trazabilidad, un retiro de productos se convierte en un tiro al aire: se retira todo o nada, con costos millonarios y daños irreparables a la confianza de consumidores y compradores internacionales.
Y no es falta de tecnología existente. Existen mecanismo de control de trazabilidad de fácil implementación. Blockchain, etc.
El mensaje es claro: a este gobierno no le interesa la trazabilidad de nada, porque no es capaz —o no quiere— garantizar procesos con control de riesgos y control de calidad. La carne en mal estado que terminó en la mesa de los argentinos, las uvas de nuestros productores que se compran sin respeto por su calidad real, ni por el verdadero precio fruto del trabajo y ahora la mutilación del INV, son parte de la misma trama: un Estado que se retira de su rol de garante y abre la puerta a la corrupción, al fraude y a la pérdida de confianza. Mendoza, que hizo del vino un símbolo de excelencia, hoy está más cerca de ser tierra de etiquetas vacías que de productos genuinos. Y cuando el sello de “Mendoza” deje de significar calidad, no será un error: habrá sido una decisión política.
Mendoza ya no será garante de calidad, apenas testigo de su propio derrumbe. Referencias
Código Alimentario Argentino. (2022). Artículo 1113 - Definición de vino como alimento.
Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/anmat/codigoalimentario
Decreto 462/2025. (2025). Modificación del Instituto Nacional de Vitivinicultura. Boletín
Oficial de la República Argentina.
Organización Mundial de la Salud. (2019). Food safety.
https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/food-safety
Organización Mundial del Comercio. (2021). Non-tariff measures and the impact on trade.
CONICET. (2024). Estudio sobre adulteración en productos pesqueros comercializados en Argentina.
Medios locales. (2025, julio). Decomiso de carne en mal estado en Mendoza.