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La triple jugada del apoyo de Donald Trump: economía, geopolítica y política  interna

El apoyo de Donald Trump a Javier Milei abarca economía, geopolítica y política interna, para fortalecer la relación bilateral y asegurar estabilidad regional.

Javier Milei y Donald Trump

Javier Milei y Donald Trump

X/@JMilei

El expresidente de Estados Unidos respaldó públicamente a Javier Milei con un tuit que lo calificó de “winner” y hasta lo endosó para la reelección. El gesto tiene un fuerte impacto en la economía, la geopolítica y la política doméstica, aunque abre un dilema: cómo administrar ese capital simbólico en un Congreso cada vez más hostil.

El mensaje publicado por Donald Trump sorprendió a la política argentina. Allí no solo elogió la gestión de Javier Milei, destacando su capacidad para estabilizar la economía tras un “total mess” (desorden total) heredado, sino que fue más lejos: lo presentó como un líder global y le otorgó su “total endorsement” (respaldo total) para una futura reelección.

Este gesto, lejos de ser anecdótico, tiene implicancias concretas en tres planos: económico, geopolítico y político.

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El mensaje publicado por Donald Trump sorprendió a la política argentina.

El mensaje publicado por Donald Trump sorprendió a la política argentina.

Impacto económico: expectativas y confianza

En Argentina, los mercados reaccionan tanto a los datos como a los gestos. El respaldo de Trump funciona como un blindaje simbólico: transmite confianza en la figura presidencial y en las reformas, con impacto potencial en dólar, riesgo país y tasas.

El crédito norteamericano, en este marco, no se comunica solo como una transferencia de fondos, sino como una señal de confianza internacional que respalda la narrativa oficial de estabilidad y disciplina fiscal.

Reconfiguración geopolítica: Argentina en clave occidental

La declaración de Trump también tiene un claro contenido geopolítico. Milei es presentado como parte del eje de líderes occidentales, en oposición al bloque chino-ruso. En comunicación política, este alineamiento construye una narrativa de identidad nacional vinculada a Occidente, reforzando el discurso del presidente sobre la defensa de la libertad, el capitalismo y la democracia liberal. El mensaje no solo apunta a la arena internacional, sino también al electorado argentino que valora la cercanía con Estados Unidos.

Proyección política: reelección y blindaje interno

El punto más sensible está en lo político. Trump no solo avala la gestión, sino que endosa abiertamente a Milei para la reelección. En términos locales, esto funciona como una inyección de oxígeno político frente a un Congreso que resiste las políticas de déficit cero.

Sin embargo, aquí aparece la principal tensión: Milei enfrenta un Congreso cada vez más hostil, que busca frenar o modificar gran parte de sus proyectos. El respaldo internacional no alcanza si no logra construir una agenda mínima de consensos gubernamentales que permita avanzar en reformas estructurales.

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Presidente Javier Milei

Presidente Javier Milei

Además, su estilo comunicacional —con discursos incivilizados y ataques frontales— puede convertirse en un obstáculo para tender puentes. El acercamiento a políticos de derecha menos radicalizados (necesarios para ampliar su base de votos) muestra un intento de ampliar la base de sustentación, pero esa estrategia se debilita si no se modula el tono y se genera un espacio real de diálogo.

Desafíos y consensos obligados

El tuit de Donald Trump constituye un acto de comunicación política con múltiples efectos: otorga confianza económica, marca un alineamiento geopolítico con Estados Unidos y fortalece el capital político de Milei. El desafío, sin embargo, está en el terreno doméstico: traducir ese respaldo simbólico en gobernabilidad real. Si Milei no consigue articular consensos en un Congreso adverso, su capital internacional puede diluirse rápidamente. En definitiva, el crédito político que Trump le ofrece desde Washington debe convertirse en acuerdos internos en Buenos Aires, sin los cuales el proyecto presidencial podría quedar a la deriva.

* Ruben Zavi. Consultor político. Especialista y maestrando en Comunicación Política