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La rebelión del Congreso: Javier Milei recibió una paliza política y se quedó con las manos vacías

La Cámara de Diputados, tras una extensa sesión, blindó organismos públicos, universidades y frenó la concentración de poder que intenta llevar adelante el Poder Ejecutivo.

Cámara de Diputados
Noticias Argentinas

La Cámara de Diputados protagonizó este miércoles una jornada legislativa crítica para el Gobierno de Javier Milei. En una sesión atravesada por la tensión política, la oposición logró aprobar y dar media sanción al proyecto de Ley de Financiamiento Universitario, avanzó con la declaración de emergencia para el Hospital Garrahan y, en uno de los golpes institucionales más duros para el oficialismo, rechazó las facultades delegadas que el presidente reclamaba para legislar por decreto.

El proyecto sobre financiamiento universitario, aprobado por amplia mayoría, establece un mecanismo de actualización presupuestaria para las universidades nacionales, en respuesta a la crítica situación económica que atraviesan las casas de estudio públicas. La iniciativa fue celebrada por rectores, docentes, estudiantes y gobernadores, y representa una victoria simbólica y política de gran peso para el sistema educativo frente a los recortes impulsados por el Ejecutivo.

En la misma línea, se aprobó un dictamen que declara la emergencia del Hospital Garrahan, cuya situación crítica había sido denunciada en reiteradas ocasiones por trabajadores y profesionales del sector salud.

Fin al intento de concentración de poder

Uno de los momentos más contundentes de la jornada fue el rechazo al pedido de facultades delegadas por parte del Poder Ejecutivo, que pretendía obtener autorización para legislar en áreas clave sin intervención del Congreso. La decisión de la Cámara de negarle ese poder extraordinario al presidente Milei marca un punto de inflexión en la relación entre el Legislativo y el Ejecutivo, y deja en evidencia la dificultad del Gobierno para construir consensos incluso entre aliados circunstanciales.

Freno al desmantelamiento de organismos públicos

Además, la sesión incluyó una batería de votaciones que pusieron límites al desguace de organismos estatales promovido por el oficialismo. La oposición logró resguardar el funcionamiento y la estructura de Vialidad Nacional, el INTA y el INTI, además de impedir el traspaso de los institutos nacionales del Teatro y de la Música a la Secretaría de Cultura, lo que hubiera significado una degradación institucional.

También se protegió la continuidad de los institutos históricos Eva Perón, Sanmartiniano, Yrigoyeneano y Juan Manuel de Rosas, y se rechazaron los intentos por recortar funciones a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) y a la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. La Cámara también blindó la autonomía del Banco Nacional de Datos Genéticos, cuya independencia había sido puesta en riesgo por el Ejecutivo, y respaldó el régimen especial de la Marina Mercante.

Un Congreso que marca límites

La sesión legislativa dejó al descubierto la creciente debilidad del oficialismo en el Congreso y el fortalecimiento de una oposición capaz de articular mayorías para frenar políticas de ajuste consideradas regresivas. En paralelo, consolidó el rol del Parlamento como contrapeso frente a los intentos del Ejecutivo de gobernar por decreto y reconfigurar el Estado sin debate democrático.

Con estas decisiones, la Cámara de Diputados no solo envió un mensaje institucional claro, sino que colocó en el centro de la agenda la defensa de la educación pública, la salud y los derechos adquiridos, en abierta confrontación con la lógica de recorte y concentración de poder que intenta consolidar el gobierno de Javier Milei.