La agenda "invisible" de Alfredo Cornejo: nuevo secundario, más tecnología y sala de 3 universal
La "mala nota" en lengua y matemática denota los problemas estructurales en la educación de Mendoza. Cambios en la secundaria, evaluaciones en matemática e inversión en tecnología.
La modificación de la secundaria y la enseñanza de matemáticas son dos de los temas más relevantes de la política educativa.
Santiago Tagua/MDZEl gobernador Alfredo Cornejo tiene perfil alto y concentra casi todas las decisiones y anuncios. En un año electoral las obras públicas se llevan la marca; mucho más con la ejecución de los 1023 millones de dólares que Mendoza tiene como base para invertir de manera directa. El Gobernador creó esa oportunidad y la aprovecha. Pero hay otra agenda invisible, urgente y con menos chances de rédito político donde el trabajo es “a demanda insatisfecha” y en un contexto complejo.
¿Cómo armar un proyecto de provincia si 6 de cada 10 niños viven en hogares sin los recursos económicos mínimos, incluidos los insumos para estudiar? ¿Qué puede hacer Mendoza si 3 de cada 10 adolescentes no terminan el secundario, cifra que es mayor aun teniendo en cuenta el desgranamiento previo? En esas preguntas están algunos de los desafíos reales más profundos que tiene Mendoza. El “plan educativo” es a demanda porque los datos revelan un arrastre de deterioro enorme en el sistema, en el proceso de enseñanza y, sobre todo, el impacto que han tenido las crisis y los vaivenes de la política educativa en los alumnos.
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En el Gobierno no coinciden con la idea de que no existe una política de Estado en educación, pues, aseguran, hay un camino iniciado en 2015 que se mantiene. El plan de alfabetización y la mejora en algunos indicadores en lengua (luego de aplicar el censo de lectura y las estrategias de abordaje) son, para ellos, algunos hitos de ese camino. Pero reconocen los datos negativos que surgen de las pruebas aprender, sobre todo con la involución en algunos resultados.
Los ejes del proceso que lleva adelante la DGE son la mejora en lengua, el abordaje del mal desempeño en matemática, un cambio estructural en el secundario con un modelo de currícula abierta, inversión en tecnología (en base a un crédito internacional) y la construcción de algunos edificios nuevos. El mapa de gestión tiene una verdad que incomoda a Cornejo: el retiro de la Nación en la inversión en educación, ausencia que también ha tenido que ser sustituida con recursos provinciales. Desde salarios docentes, hasta conectividad, infraestructura y capacitación. Por eso parte de la sustentabilidad de cualquier plan a largo plazo depende ahora solamente de los recursos provinciales.
Alerta
Algunas de las señales de alerta en el sistema educativo están en las dos puntas; los alumnos que llegan al final de la educación obligatoria sin poder graduarse o con serias dificultades en temas básicos, y la desigualdad en el acceso a la educación desde los 3 años.
En 2024 el 31,42% de los alumnos del último año del secundario no egresó y en todo el secundario hubo una “repitencia” (falta de promoción) del 15,5%. La DGE va a plantear una modificación estructural en la secundaria. En parte habrá coordinación con el Consejo Federal de Educación, pero Mendoza tiene un plan propio. Una de las reformas es “abrir” el secundario; flexibilizarlo para ir hacia un sistema de créditos, es decir que los alumnos puedan elegir una parte de la trayectoria según sus intereses y que el sistema tenga mayor posibilidad de adaptación.
La secundaria abierta será uno de los ejes de la discusión que comenzará en el Consejo de Educación al que el gobierno convocó y que tendrá en la reforma de la secundaria como uno de los principales ejes. En paralelo, buscará financiamiento internacional por 75 millones de dólares para destinar al programa "Edutec" y un plan estratégico de alfabetización y aprendizaje de matemáticas.
El desempeño en áreas críticas genera preocupación, pues denota que los alumnos no tuvieron un buen proceso: egresan con dificultades graves en matemáticas. Los resultados de las pruebas aprender generaron un impacto importante. En Mendoza no se ha logrado que el 54,9% de los alumnos del secundario superen los aprendizajes mínimos en matemática, según las pruebas Aprender y, además, hubo un retroceso marcado, pues en 2019 ese porcentaje (de alumnos “con mala nota”) era del 36% y en 2022, tras la pandemia, del 50%.
"Con los datos de los graduados del secundario quedan fuera del alcance de la DGE. Pero sí habrá un abordaje hacia adentro con esos datos", explican. En ese sentido, por ejemplo, comenzarán a hacerse pruebas censales de matemáticas para evaluar la evolución. Allí hay dos dificultades estructurales: la falta de metodologías comunes y la escasez de docentes. "En lengua es más sencillo porque hay libros, metodologías y mecanismos de seguimiento. En matemáticas hay muchas dificultades”, aseguran desde la DGE. Por eso además de las pruebas censales que se aplicarán, buscan mejorar la capacitación docente. Incluso el sistema tiene una carencia estructural: no están claros los saberes mínimos a exigir en cada nivel para promocionar.
Los efectos de cualquier medida son invisibles en el corto plazo y de difícil capitalización política, pero el cornejismo duro aún mantienen la esperanza de que García Zalazar tenga proyección para suceder a Cornejo y necesitan que el ministro favorito del Gobernador levante el perfil. Universo no le falta, pues el sistema educativo abarca a medio millón de niños y adolescentes, más de 50 mil agentes y toda la provincia involucrada. Claro, esa permeabilidad no siempre es una buena noticia. “Hay resistencia a los cambios, pero pueden ocurrir. Hace 10 años hablar de evaluación era mala palabra y hoy nos damos cuenta que es bueno y necesario y no se discute. Hay cambios que son producto de un proceso y otros en los que hace falta dar un salto. Queremos dar un salto en tecnología, la gran apuesta es en universalizar el nivel inicial desde los 3 años. Podemos dar un salto en formación. Hemos avanzado en muchos sentidos. En lo salarial, con el apoyo a la capacitación, el arraigo y una mejora. En las políticas educativas muchas provincias siguen lo que estamos haciendo”, asegura García Zalazar cuando explica su idea de gestión.


