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Javier Milei utiliza uno de los consejos que le dio Guillermo Moreno cuando hablaban mucho

El histriónico y polémico exfuncionario K siempre le tuvo tirria ideológica a Axel Kicillof y lo bautizó "el soviético" cuando compartían el mismo proyecto político. Ahora Javier Milei toma ese concepto para superar la condena de su villana preferida y estigmatizar al ideologizado gobernador bonaerense.

El presidente Milei, en La Plata, encontró el reemplazo del enemigo perfecto, de Cristina Kirchner a Axel Kicillof

El presidente Milei, en La Plata, encontró el reemplazo del enemigo perfecto, de Cristina Kirchner a Axel Kicillof

Javier Milei y Guillermo Moreno coinciden mucho más de lo que suponen las religiosas feligresía que los siguen a ambos, imposibilitados de notar contradicciones y mucho menos contraindicaciones en sus taxativos discursos: aperturistas el primero; proteccionista, el segundo. Los extremos, siempre, se terminan uniendo.

Si bien ya no se hablan como hace un par de años, donde se mensajeaban y se encontraban para discutir de política económica, al presidente de la Nación le quedó un concepto muy claro de aquellas charlas. Que Axel Kicillof era más terco ideológicamente que la líder a la que todo el peronismo ahora dice abrazar para no dejarla sola, la expresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.

El vínculo entre Moreno y Kicillof, y la frase de Javier Milei

Desde siempre, Moreno calificó a Kicillof- un mimado de Cristina cuando el histriónico ferretero peronista manejaba la Secretaría de Comercio Interior-, como “el soviético”. Así se lo expresaba y comentaba a cuanto empresario iba a verlo y se le quejaba por sus métodos y terquedad. “Se quejan conmigo, bueno, prepárense para cuando en este lugar los reciba el 'soviético'”, les advertía sobre el actual gobernador, posteriormente ministro de Economía de la Nación.

Memorioso, Milei ahora utiliza ese “agravio” que instauró el ex funcionario kirchnerista para su competidor económico interno. La idea de que un comunista condujera los destinos monetarios y productivos del peronismo lo alteró siempre, aunque más lo exasperó cuando asumió Alberto Fernández, a quien bautizó como “social demócrata”, otra aberración para el presidente actual de la Nación, amante del anarco-capitalismo. Otra coincidencia entre economistas, uno peronista y el otro, presidente.

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Guillermo Moreno, un especialista en describir a sus rivales, antiguo confidente de Javier Milei.

Guillermo Moreno, un especialista en describir a sus rivales, antiguo confidente de Javier Milei.

Los apodos de LLA para Kicillof

Por eso no extrañó que Sebastián Pareja bautizara como “El soviético” a Kicillof. Esto mismo lo venían haciendo sus rivales de las Fuerzas del Cielo, a las que el armador librertario no convoca ni siquiera para ver qué quieren en las próximas listas bonaerenses. Milei fue más allá, y lo calificó como “zarista”.

Kicillof es el último zar de la miseria, el heredero de un modelo condenado al fracaso, que destruyó todo lo que tocó. Está escondido en su Kremlin, que es el gobierno provincial, un monarca diminuto que priva a la gente de libertad por miedo a que ganen autonomía”, expresó este jueves en La Plata.

Días atrás, uno de los intendentes que maneja un distrito con muchos electores, decisivos para el peronismo en su región, le preguntó a este periodista cuál era su opinión sobre su fuerza en el territorio bonaerense. “Están atrapados entre un heredero sin votos, que destrató a la mayoría de los peronistas y de un ideologizado que nunca condujo nada”, fue la respuesta. Lejos de ruborizarse, sentenció: “Tenes razón”.

El problema que tiene la nueva discusión política es terminal. La motosierra, indispensable para eliminar burocracias inservibles, tiene un límite. Hospitales, Escuelas, Seguridad y Justicia. La Nación sobrevuela estos temas, pero no tiene en su presupuesto ni maneja docentes, médicos, cien mil policías ni miles de funcionarios y empleados judiciales. Lo que sufre la gente como su problema permanente lo tiene que gestionar un gobernador, en este caso, Kicillof, mucho más afecto a las políticas de género que a combatir la inseguridad. El narcotráfico, el grande, lo debe vigilar la Nación.

Kicillof, en medio de la interna peronista

Por eso, tal cual advirtió el senador provincial Marcelo Daletto, Kicillof está en el peor de los mundos. Por un lado, porque sin separarse del kirchnerismo que lo trajo hasta acá será sindicado como la nueva cara de lo mismo y, si toma esa decisión y no acepta a Máximo Kirchner como su nuevo socio, lo deberá hacer con el peor estado de ingresos de la última década, con caídas en materia de recaudación como nunca antes se había visto.

La gente, antes de pagar impuestos como patentes, ARBA, o municipales, prefiere pagar Netflix, la luz y el gas. Pero en estos tiempos, donde la población tiene que salir de la educación y la salud privada para pasar a la estatal, le aumenta los inconvenientes corrientes a la Provincia.

Basado en datos oficiales sobre el comportamiento de los recursos tributarios correspondiente al primer cuatrimestre de 2025, “a recaudación muestra una dinámica contractiva, especialmente durante febrero y marzo, sobre todo en el impuesto a los Ingresos Brutos e Inmobiliario”. La Provincia recaudó 4,06 billones de pesos en el primer cuatrimestre por medio de los impuestos bonaerenses. En comparación al mismo periodo del 2024, este total varió un 52,4% en términos nominales y cayó un 6,0% en términos reales”.

El legislador también comparó que “en cuanto a Ingresos Brutos, hasta abril se acumularon 3,13 billones de pesos, lo que representa el 77% de la recaudación total del primer cuatrimestre (frente al 80% registrado en igual período de 2024). Preocupa que, en términos reales, este impuesto registró una caída del 9,4% en el período analizado”. Por supuesto, en el Inmobiliario la baja similar.

La decisión que deberá tomar Kicillof

Sin posibilidad de acudir a refinanciar el endeudamiento corriente por decisión de Kirchner y Sergio Massa, Kicillof se aproxima a una crisis de fondeo. Entre la interna y la presión nacional, el gobernador deberá tomar una decisión crucial para llegar con algún resto político y económico al fin de su mandato.