Presenta:

Florencio Randazzo: "La política perdió el sentido de qué significa hacer política"

El candidato de Provincias Unidas analizó el gobierno de Javier Milei, criticó la falta de gestión y llamó a reconstruir el valor de la política.

Florencio Randazzo analizó la gestión de Javier Milei y reivindicó a Provincias Unidas. 

Florencio Randazzo analizó la gestión de Javier Milei y reivindicó a Provincias Unidas. 

Florencio Randazzo, diputado nacional por Encuentro Federal y candidato por el espacio Provincias Unidas, vuelve al centro del debate político con una mirada crítica sobre la administración libertaria. A dos años del inicio del gobierno de Javier Milei, el exministro del Interior advierte que el rumbo económico “confunde ajuste con gestión” y que el país “atraviesa una etapa de insensibilidad social inédita”.

Entrevistado por MDZ, Randazzo cuestionó tanto al oficialismo como al kirchnerismo, a los que acusa de compartir una lógica de poder que “no cree en el diálogo ni en las instituciones”. Reivindica la necesidad de una tercera vía “con gestión, sentido común y respeto a la palabra empeñada”, y repasa su trayectoria política, sus diferencias con Cristina Fernández de Kirchner y su visión sobre el futuro de la provincia de Buenos Aires.

Entrevista completa a Florencio Randazzo

Florencio Randazzo entrevista completa

Randazzo sobre la gestión de Javier Milei

- Quería consultarte a dos años de gobierno libertario, ¿Cuáles son las virtudes que ves en la administración de Javier Milei y cuáles los defectos?

-Lamentablemente, virtudes veo muy pocas. Tal vez se podría ver como una virtud la baja inflación, pero la baja inflación como un fin en sí mismo no termina sirviendo, porque no hay modelo económico que pueda ser exitoso con la gente afuera. Con jubilados que perciben apenas un 33% de la canasta básica, con salarios por debajo de los niveles necesarios para tener una vida digna.

Creo que el gobierno no cree en el Estado. Pasamos del Estado del relato kirchnerista a no creer en el Estado. Yo creo que debe ser un Estado inteligente, que brinde los servicios básicos esenciales —salud, educación, seguridad y justicia— y tenga una mirada en el desarrollo de infraestructura, porque la Argentina necesita ser un país competitivo, con alta productividad.

El gobierno no tiene una mirada sobre el desarrollo, la producción ni la generación de trabajo. Lamentablemente, no le encuentro virtudes y creo que tiene una mirada absolutamente insensible sobre temas muy importantes. El Estado es como nuestra casa: hay que fijar prioridades, y este gobierno tiene un orden de prioridades distorsionado.

A mi criterio, no puede vetar la ley que financia el Hospital Garrahan, ni la que financia universidades o políticas de discapacidad, porque son los sectores más sensibles de la sociedad. Me cuesta encontrarle aciertos a este gobierno, que además tiene mucho que ver con la forma: en los últimos años hemos visto, también en el kirchnerismo, la idea de que quien piensa diferente es un enemigo. Creo poco en el respeto a las instituciones. Se creen dueños de la verdad absoluta, y yo digo que la verdad absoluta se construye de verdades relativas.

- Algunos definen a La Libertad Avanza como una especie de kirchnerismo de derecha.

-La categorización derecha-izquierda tiene mucho de relato y pocos datos concretos. A mí poco me preocupa ese tipo de categorizaciones. Me da la impresión de que la política perdió, en muchos casos, el sentido de qué significa hacer política.

La política tiene que ver con la vocación de servicio, con transformar la realidad para mejorar la vida del ciudadano. Que alguien pueda tomar un transporte público sin dificultades, llegar con frecuencia adecuada, no ser víctima de la inseguridad, que su hijo vaya a la escuela y reciba una educación que le sirva para conseguir un trabajo digno.

El Estado y la política han perdido sintonía con los problemas que deberían resolver.

- ¿Y por qué crees que se da eso?

-A mí me da la impresión de que hay varias razones. Una es que finalmente la gente no vota por esas cosas. El voto tiene mucho de emocional. No hay una mirada racional sobre qué responsabilidad tuvo cada dirigente y qué hizo.

Yo, con toda humildad, digo: me debería haber ido mucho mejor. Cuando llegué al ministerio del Interior, era un ministerio asociado a la rosca política. Lo primero que me pregunté fue qué estaba bajo mi responsabilidad que podía mejorar la vida de la gente, y encontré cosas enormes: el derecho a la identidad, por ejemplo.

¿Cómo puede ser que alguien tuviera que esperar un año para hacer su documento? Creamos la SUBE para que la gente dejara de andar buscando monedas y, además, para saber cuántos pasajeros se transportaban realmente.

Después de la tragedia de Once, dijimos: “¿Cómo hacemos para que la gente viaje mejor?”. Compramos 1140 trenes nuevos y renovamos toda el área metropolitana. La política se trata de eso. Pero pareciera que la gente no vota por esas cosas. Vota por otras cuestiones, o producto del desencanto de años de fracasos, termina creyendo que todos son iguales. Yo no creo que todos sean iguales.

Me resisto a resignarme a vivir en un país sin horizonte cuando está todo por hacerse. La Argentina tiene un potencial enorme.

Su vínculo con el kirchnerismo

- Mencionás tu paso por el ministerio. ¿Qué te alejó de aquella fuerza política a partir de 2015?

-En 2015 había tomado un compromiso: participar de una PASO contra Daniel Scioli o irme a mi casa. Se me ofreció ser gobernador de Buenos Aires, pero siempre pensé que el valor de la palabra era más significativo que cualquier cargo. Decidí irme a mi casa porque la dirigencia política perdió el valor de la palabra.

Cumplí con mi palabra. Luego tuve ofertas para ser senador o diputado, pero decidí conformar un espacio propio. Puedo mirar a la gente sin sentir vergüenza. No creo que la política sea una carrera de oportunismo.

- ¿Eras mejor candidato que Scioli?

-Sí, totalmente. Pero Scioli hoy es ministro libertario, y no sé si eso lo convierte en el mejor candidato. No lo digo por soberbia: simplemente tenía derecho a competir en una PASO. En la Argentina no puede haber un presidente elegido por el dedo, como hizo Cristina con Scioli o con Alberto Fernández. El resultado está a la vista.

- ¿Qué lectura haces de la situación política y judicial actual, y de Cristina Fernández de Kirchner?

-Yo siempre dije que hay que respetar los fallos de la Justicia, aun cuando no nos gusten. Cristina tiene una condena confirmada por la Corte, y hay que respetarla. No me pone contento, pero la Justicia debe ser respetada.

En cuanto a la denuncia de Pañuelo, la Justicia debe investigar. Me preocupa la actitud del Presidente cuando dice que es una operación de inteligencia artificial. Ni el fiscal ni el juez afirmaron eso. Si había inteligencia artificial, ¿por qué desplazaron a la secretaria española? Es poco creíble. El Presidente debería ser el más prudente, sobre todo cuando la causa involucra a su hermana.

La situación bonaerense y Provincia Unidas

- Sos candidato por la provincia de Buenos Aires. ¿Qué balance haces de la gestión de Axel Kicillof?

-Soy muy crítico, porque vivo en la provincia. No funciona nada. ¿Cómo funciona la seguridad? ¿Estamos conformes? Hace veinte años dejo el auto fuera de casa por miedo. ¿Cómo funciona la educación? De cada diez pibes, uno termina el secundario en tiempo y forma. ¿La salud? Hay 76 hospitales públicos y no se inauguró uno nuevo en 50 años.

No me conformo con eso. Quiero vivir en una mejor provincia, en un mejor país. Y es posible.

- ¿Y cómo ves el resultado de la elección del 7 de septiembre?

-El gobierno nacional cometió un error al nacionalizar una elección local. El fenómeno Milei surge del fracaso de Alberto Fernández, Massa y Cristina Kirchner, y del hastío social frente a una dirigencia alejada de la realidad.

Ahora, con la Boleta Única Papel, hay una oportunidad diferente. No creo que la elección haya sido un plebiscito sobre Kicillof: me resisto a creer que el 50% de los bonaerenses quiera vivir en una provincia sin educación, sin salud, sin justicia y con inseguridad.

- En este contexto de polarización, ¿Qué propone Provincias Unidas?

-Primero, gestión. Ni insultos ni relato. Somos una fuerza política nueva que surge desde el interior hacia el centro, con una mirada productivista y federal. Creemos en las instituciones, el diálogo y la gestión. No creemos en la polarización.

La mayor responsabilidad de un dirigente es gestionar para mejorar la vida de la gente con transparencia. La corrupción generó una enorme desconfianza.

Randazzo y la comparación entre el mileísmo y el kirchnerismo

- ¿Es posible una tercera vía en la política argentina?

-Sí. Creo que el kirchnerismo y el mileísmo están emparentados: no creen en el diálogo ni en las instituciones, y miran los fallos judiciales según su conveniencia.

Nosotros creemos en un Estado inteligente, con superávit fiscal, pero no de cualquier manera. Argentina paga tasas altísimas por su riesgo país y tiene una presión fiscal enorme sobre la mitad de la población, mientras la evasión ronda el 4% del PBI.

El Presidente tiene una mirada equivocada sobre la economía. No se trata solo de bajar la inflación regulando el tipo de cambio. Hay falta de experiencia y de gestión. La Argentina lleva 14 años sin crecer.

- ¿Qué mirada tenes de Mauricio Macri?

-Tengo diferencias. Creo que perdió una oportunidad histórica y terminó alimentando la polarización, que se le volvió en contra en 2019. Debió convocar a otros sectores y abandonar esa lógica. Yo siempre quiero que al país le vaya bien, gobierne quien gobierne, porque tengo hijos que viven acá.

- Como diputado nacional, ¿Qué balance haces del Congreso?

-Un desastre. Hay un grupo de fundamentalistas que le habla a Cristina porque su lugar depende de ella, y otro grupo que le habla a Milei. En el medio está la gente. El Congreso funciona muy mal. Nosotros queremos poner sensatez y sentido común. Si una propuesta es buena, hay que acompañarla, venga de quien venga.

Randazzo sobre la participación electoral

- Para cerrar, ¿Qué expectativas tenés de cara al 20 de octubre?

-Primero, que la gente vaya a votar. Lo peor sería no hacerlo. Muchos votaron a Milei y hoy están desencantados, pero no quieren volver al kirchnerismo. Tienen una oportunidad en Provincias Unidas: creemos en las instituciones, en la gestión, en el respeto y en la transparencia.

La Argentina tiene que salir de la trampa de la polarización. Si volvemos a votar lo mismo, no podemos esperar resultados distintos.

Florencio Randazzo sobre la polarización