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Fake news en Argentina: cómo el miedo manipula el voto

Las fake news se multiplican en una campaña electoral y utilizan el miedo como herramienta para condicionar decisiones electorales.

Las fake news se convirtieron en un arma política letal.

Las fake news se convirtieron en un arma política letal.

Archivo MDZ

La campaña electoral argentina ya no se juega solo en los atriles. Hoy se libra en grupos de WhatsApp, redes sociales y cadenas virales que corren más rápido que cualquier noticia verdadera. Allí, las fake news se convirtieron en un arma política letal: no buscan informar, buscan provocar miedo, indignación y rabia. Y el miedo, como sabemos, siempre manipula conductas.

De la prensa amarilla al crimen digital

El término “fake news” nació en el siglo XIX para describir historias sensacionalistas de la prensa amarilla. Hoy, su uso es más sofisticado: no son rumores dispersos, sino relatos fabricados con precisión para simular realidad. En términos criminológicos, son un delito de percepción: no se busca instalar un hecho, sino alterar la emoción colectiva.

En Argentina, lo vemos en cadenas que hablan de supuestos saqueos organizados, audios que “demuestran” fraude electoral o videos sobre inseguridad. Estos mensajes no son inocentes; buscan sembrar miedo para condicionar decisiones y votos.

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El término “fake news” nació en el siglo XIX para describir historias sensacionalistas de la prensa amarilla.

El término “fake news” nació en el siglo XIX para describir historias sensacionalistas de la prensa amarilla.

Estrategias de manipulación

Las fake news operan con patrones claros:

  • Exageración del riesgo: estadísticas infladas sobre inseguridad o videos violentos. Basta ver cómo, durante ciertas elecciones, se difundieron audios que aseguraban que los barrios estaban fuera de control.
  • Criminalización del distinto: inmigrantes o grupos sociales señalados como responsables de problemas sociales. El miedo al “otro” se convierte en justificación para excluirlo.
  • El enemigo corrupto: documentos falsos, videos editados, audios manipulados. Su objetivo no es probar, sino sembrar duda y desconfianza.

Redes sociales: terreno fértil

Las plataformas digitales potencian el efecto. Sus algoritmos premian contenido que genera indignación, no verdad. Los bots y las granjas de trolls crean la ilusión de consenso. No hace falta que la mentira sea cierta, solo repetida.

He visto casos donde un mensaje alarmista circula durante horas, y aunque nadie lo confirme, termina instalando temor real en vecinos y votantes.

La irrupción de la Inteligencia Artificial generativa

Hoy, la inteligencia artificial agrega un riesgo nuevo. Imágenes y audios falsos creados con IA (deepfakes) circulan como evidencia “real”. La posverdad ya no depende de un rumor: ahora existen pruebas digitales fabricadas que erosiona la confianza en cualquier fuente de información.

IA FAKE
La inteligencia artificial agrega un riesgo nuevo.

La inteligencia artificial agrega un riesgo nuevo.

El efecto barrabrava de la política

El paralelismo con el fútbol es inevitable. Así como los barrabravas usan la violencia para imponer poder en la cancha, las fake news usan el miedo para condicionar el voto. No se trata de ganar por mérito, sino de intimidar emocionalmente.

Defender la democracia empieza en cada clic

El daño de este fenómeno es profundo. Cuando el voto se guía por miedo y no por razón, la democracia se degrada. La próxima vez que recibas un mensaje alarmista, preguntate: ¿lo comparto por convicción o por miedo? Ese simple acto puede marcar la diferencia.

En tiempos de desinformación, cada clic es político. Defender la democracia no solo implica votar, sino también resistir la manipulación emocional que busca secuestrar nuestra percepción de la realidad.

* Lic. Eduardo Muñoz. Criminólogo. Divulgador en Medios. Análisis criminológico aplicado a temas sociales de actualidad y seguridad.

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