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Encuestadoras y medios: la maquinaria del engaño electoral en Mendoza

En nuestra provincia, las encuestas dejaron de ser una herramienta de medición y se transformaron en un instrumento de manipulación política.

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Cada elección en Mendoza arranca igual: encuestadoras que aparecen con números “cerrados”, periodistas que los repiten sin chequear nada, y una sociedad que vuelve a escuchar el cuento del voto útil.

No es casualidad. Es un negocio.

En nuestra provincia, las encuestas dejaron de ser una herramienta de medición y se transformaron en un instrumento de manipulación política.

Se usan para instalar ganadores, para desalentar el voto libre y para sostener un sistema que reparte poder entre los mismos de siempre.

Las encuestas del poder: ni neutrales ni legales

Las consultoras que publican sondeos sin revelar quién las financia, cómo los hacen o con qué margen de error trabajan, están violando la ley electoral argentina.

Los artículos 43 bis y 72 de la Ley N.º 26.215 son claros: toda encuesta electoral debe estar registrada ante la Dirección Nacional Electoral (DINE) con sus datos técnicos, su fuente de financiamiento y la metodología aplicada.

Pero en Mendoza eso no se cumple.

Los medios lo saben, los gobiernos lo financian, y las encuestadoras lo aprovechan.

El resultado: una manipulación sistemática de la opinión pública, avalada por el silencio cómplice del periodismo tradicional.

El ejemplo más conocido es Martha Reale, que elección tras elección instala “números” que coinciden milimétricamente con el relato del oficialismo.

No es análisis, es propaganda disfrazada de estadística.

Y los medios lo publican como si fuera verdad científica.

El truco es siempre el mismo

Las encuestas no buscan reflejar lo que piensa la gente, sino condicionar lo que va a pensar.

Apuestan al efecto psicológico más viejo de la política: nadie quiere votar a un perdedor.

Entonces fabrican la sensación de que todo está polarizado, que solo hay dos opciones, y que cualquier otro voto “se pierde”.

Pero el voto que se pierde es el que se entrega por miedo, no el que se da con convicción.

Después, cuando las urnas desmienten la mentira, llegan las excusas de siempre:

“Fue un error de muestra”, “Hubo un cambio de último momento”, “La gente decidió sobre la hora”.

Mentira.

No hay error, hay intención.

Y todos —encuestadores, medios y gobiernos— saben perfectamente cómo funciona el juego.

Cómo se calcula de verdad el escenario: el sistema D’Hondt

Mientras los encuestadores venden humo, los números reales están en la ley electoral.

Las proyecciones del Frente Verde se basan en tres datos concretos:

  • Resultados oficiales 2023: el Frente Verde obtuvo 11,86 % en la categoría gobernador y 12,16 % en diputados provinciales, según la Junta Electoral de Mendoza.
  • Participación real: solo votó el 71 % del padrón, el nivel más bajo desde 1983.
  • Sistema D’Hondt: el método con el que se reparten las cinco bancas nacionales de Mendoza.

El D’Hondt es simple: se divide la cantidad de votos de cada fuerza por 1, 2, 3, etc., y se asignan las bancas a los cocientes más altos.

Eso significa que si la primera fuerza ronda el 40 %, la segunda el 25 %, y la tercera supera el 12 %, esa banca es del Frente Verde.

No hay especulación, hay matemática.

Con 120.000 votos, Mendoza puede tener una banca verde e independiente en el Congreso.

Y esa posibilidad no la quieren mostrar, porque rompe el relato de los dos polos del poder.

La verdadera amenaza al sistema: el voto libre

En 2023, el Frente Verde alcanzó ese porcentaje en la elección más difícil, con la maquinaria del oficialismo funcionando a pleno que incluía una PASO instalando a un candidato como Petri, y también confrontando con De Marchi como oposición. Cuando eran todos los mismos. De hecho hoy día en la boleta de la Libertad Avanza están los mismos.

Esta elección es legislativa, más libre, sin jefes territoriales ni candidatos a gobernador arrastrando listas.

Por eso el poder teme que el votante piense por sí mismo.

Las encuestadoras lo saben.

Los medios también.

Por eso insisten en decirte qué pensar antes de que votes.

Pero los números no mienten: el Frente Verde ya está en condiciones reales de conseguir una banca.

Y eso no se logra mintiendo, sino trabajando, caminando la provincia y defendiendo causas justas.

Una elección sin jefes ni dueños

Cornejo y sus socios hace diez años manejan el Estado como su empresa.

El kirchnerismo peronista mendocino hace lo mismo, con otro discurso.

Ambos usan los recursos públicos para sostener poder, no para mejorar la vida de la gente.

Las encuestas del poder no predicen el futuro: lo fabrican.

Y los medios que las repiten sin preguntar son parte del mismo negocio.

Por eso, esta vez, el desafío es simple:

no creas en sus números, creé en tu voto.