Lobo mendocino, tiempo de disfrute y planificación para el gran nuevo desafío
Son días de inmensa alegría para la parcialidad gimnasista y también para el fútbol mendocino. El viejo lobo está en la Liga Profesional. Merecido.y justo. Ahora se asoma un tiempo complejo y desafiante. Hay que consolidarse y no es sencillo.
La alegría desatada en el día de ayer en Gimnasia y en el pueblo blanquinegro no fue un hecho aislado, ocasional ni casual. Gimnasia de Mendoza lo vino madurando las tres últimas temporadas.
Estuvo cerca de los play off cuando no triunfó por un gol de diferencia y de local en el 2023. El año pasado disputó el último partido para acceder al segundo ascenso y fue superado por San Martín de San Juan. Se quedó en la puerta.
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La tercera si fue la vencida. Obra propia de jugadores y cuerpo técnico, pero también de los dirigentes. Estar en la conducción de equipos que compiten en las máximas categorías del fútbol nacional es una tarea titánica, que demanda inteligencia, tiempo, mucha voluntad e incluso esfuerzo pecuniario propio. Valga el reconocimiento.
La historia del equipo mensana fue el cimiento,luego de 40 años de espera, para el festejado presente de hoy. El aurea del gran Víctor Legrotaglie y el Gimnasia de los torneos Nacionales de los 70 se proyectó sobre éste equipo que ayer culminó su tarea luego de atravesar un año de encuentros disputados a lo largo y ancho del país.
La primera Nacional es un campeonato de extrema dificultad. Si bien sus partidos no se destacan por la calidad técnica del juego desplegado, el fervor conque se juega, la intensidad de cada encuentro y las distancias a recorrer durante todo el campeonato, lo tornan, complejo, esforzado y demandante en lo físico y económico.
Los dirigente s pusieron a disposición todo lo necesario para atemperar todas las dificultades de un torneo complejo y dificultoso.
Los jugadores dieron talla de profesionales y comprometidos con el club, siendo a lo largo del torneo el equipo que mayor puntaje obtuvo y ostentó la valla menos vencida. A la altura de la responsabilidad, coronada con el logro máximo.
En el partido final y a dos minutos de la derrota, con temple y convicción consiguieron el empate que los llevó al alargue, donde dominaron claramente a su rival y si no hubiera sido por la destacada presencia del arquero de Madryn, el triunfo, sin llegar a la instancia de penales, hubiera sido lógico y justo. Gimnasia fue un equipo superior.
Mención especial a su arquero César Rigamonti. Tranquilo, aplomado y tal cual lo imaginó, como declaró a posteriori, fue clave en la instancia decisiva. Atajó con convicción y seguridad los dos primeros envíos y condicionó al tercer ejecutante de Madryn que disparó contra el travesaño el tercer penal. Otros dos destacados: Lencioni y Saavedra, jugadores de primera.
Hay que mencionar los dos entrenadore s: Ezequiel Medrán y Victor Broggi, fueron, cada uno en su medida, los constructores y pilotos del barco que arribo a buen puerto. Imprimieron su estilo y conducción y los jugadores respondieron, aún aquellos de menor nivel, que cuando les tocó jugar, sin destacarse ni cumplir, dejaron el máximo esfuerzo físico, demostrando estar consustanciados con el objetivo y la institución.
Es tiempo de festejos merecidos, bien logrados y que pueden llevar un buen tiempo. A disfrutar pueblo mensana. Se avecina el verdadero clásico mendocino. La Lepra vs el Lobo. Sin desmerecer a Godoy Cruz, gran equipo, que debe dar la talla porque está comprometido en la tabla anual.
Mendoza debe conservar tres equipos en la Liga Profesional. Y atenció; pueden ser cuatro, si el cruzado Deportivo Maipú ataraviesa victorioso el complejo torneo reducido por el segundo ascenso. Es posible.
El Lobo no debe quedarse en los festejos. Luego de ello aparece una dificultad extrema: asentarse y permanecer en primera división. Nada sencillo.
Lo hicieron muy bien Independiente Rivadavia y en segunda oportunidad Godoy Cruz. Es tan o más difícil permanecer que llegar.
Para ello es clave armar un plantel a la altura de la competencia. La Liga Profesional aumenta la tensión y fricción e intensidad de la competencia a niveles muy elevados. En el juego no se observa la velocidad, técnica ni plasticidad de las mejores ligas europeas ni del fútbol brasileño, pero lo que si está presente es una vehemencia y pasión puestas en cada instancia por todos los equipos, lo que convierte al campeonato en un sube y baja difícil de imaginar.
Platense fue el último campeón y actualmente transita en la parte baja de la puntuación. Lidera Defensa y Justicia su zona, sin nombres rimbombantes, pero con juego acorde y merecimientos. Todo es posible.
La dirigencia debe elegir perfectamente los refuerzos para asegurar competitividad al equipo. Ello posibiltará tranquilidad para consolidarse en el torneo nacional más importante. Es clave. Aldosivi y el San Martín sanjuanino está penando y sufriendo por no volver a la primera Nacional.
Tarea clave señores dirigentes.
Tema esencial y paralelo: Gimnasia debe prestar mejor y máxima atención a las divisiones infantiles y juveniles. Ahí está el capital máximo del club y el futuro. Sólo Nico Romano, en el plantel actual, proviene de las inferiores. Un desliz inadmisible.
Se podría animar la dirigencia a modificar el estatuto del club e incorporar como requisito obligatorio que al menos cuatro jugadores provenientes de sus divisiones menores deben integrar el plantel profesional de la institución.
Sería un acicate y una gran motivación para jóvenes que aman el fútbol e imaginan su futuro como jugadores profesionales. Tengamos presente el ejemplo de River, Boca, Velez, Argentinos Juniors; fuente de jóvenes cracks que desde muy temprano están disputando en las mejores ligas del mundo.
Es tiempo de felicidad y disfrute para Gimnasia de Mendoza y de planificación inteligente para el desafiante tiempo que se avecina. Adelante Lobo,es posible e imprescindible.. El fútbol mendocino lo requiere, porque lo ha logrado por primera vez y se debe consolidar. Tres equipos deben disputar con permanencia en el campeonato más importante, y queda la esperanza de un cuarto. A por ello Maipú.