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El reino del revés: cuando el Gobierno ignora las leyes y concentra el poder

El Ejecutivo desoye al Congreso y gobierna por decreto, dejando sin efecto leyes votadas y vaciando de sentido la institucionalidad democrática.

Con la Constitución en la mano, el Congreso reunió la mayoría especial para rechazar los vetos de las leyes de discapacidad, financiamiento universitario y Garrahan.

Con la Constitución en la mano, el Congreso reunió la mayoría especial para rechazar los vetos de las leyes de discapacidad, financiamiento universitario y Garrahan.

Archivo MDZ

Hace más de 60 años, María Elena Walsh describió un mundo imaginario donde reinaba la sinrazón y la lógica era inversa al sentido común. A la luz de lo que nos toca vivir, la canción parece una profecía del tiempo que atravesamos. El Gobierno, que debe velar por el respeto de las leyes, no las cumple.

El primer mandatario dice, o al menos decía, admirar a Juan Bautista Alberdi. El creador de las “Bases y puntos de partida” inspiró la Constitución de 1853 sostenida en los principios republicanos. El núcleo de su propuesta política era evitar que una persona tomara la suma del poder público. Hoy lo único que queda de Alberdi es su cara en el billete de $20.000 pesos.

Hoy nos encontramos en el reino del revés, en un país en el que el Presidente gobierna por decreto, ignorando la voluntad del pueblo y el Congreso. Cuando las instituciones fueron creadas para evitar la acumulación de poder, el mandatario toma diagonales para escapar de estos controles. Este es el caso del incumplimiento de las leyes votadas en el Congreso, no sólo la ley sino el rechazo al veto del Presidente.

OIP (35)
Hoy nos encontramos en el reino del revés, en un país en el que el Presidente gobierna por decreto.

Hoy nos encontramos en el reino del revés, en un país en el que el Presidente gobierna por decreto.

Dos y dos son tres

Con la Constitución en la mano, el Congreso reunió la mayoría especial para rechazar los vetos de las leyes de discapacidad, financiamiento universitario y Garrahan. En el caso de la ley de financiamiento universitario, se revirtió lo ocurrido el año anterior. En 2024, el proyecto fue aprobado, vetado y no se pudo insistir en las cámaras legislativas. Este año fue distinto. La movida fue transversal. Casi todos los partidos con representación parlamentaria avalaron la iniciativa.

En paralelo, el Presidente amenazaba con ir a la Justicia para bloquear las normas en los estrados. Pero nada detuvo a las instituciones. Los vetos fueron rechazados y las leyes, ratificadas. El Ejecutivo debía sancionarlas y ponerlas en marcha, sin embargo, en el reino del revés no ocurrió eso.

El Gobierno nacional apeló a una nueva maniobra

No les asignó fondos. Esto convierte a la normativa en discapacidad, emergencia pediátrica y financiamiento educativo en una mera expresión de deseos. En cualquier gobierno las leyes aprobadas por el Congreso deben cumplirse. Sin embargo, hoy en la Argentina las leyes son letra muerta y solo prevalece la voluntad del Ejecutivo. Vaya paradoja: quien reivindicaba a Alberdi ahora toma la suma del poder público en su beneficio.

Un ladrón es vigilante y otro es juez

Estamos ante un espectáculo único. Asistimos al debut en la historia de un modo de gobernar donde un presidente, elegido de forma democrática, decide no cumplir con la ley. En el sinuoso camino que sigue el Gobierno nacional, unas veces maneja por la derecha y vocifera: “El que las hace las paga” y, de inmediato, se cruza de carril para sostener que el que paga no las hace.

Aún hay tiempo de reflexionar. Y salir de esta carrera de autitos chocadores que no nos conduce a ningún lado. No se puede profundizar el conflicto de forma permanente. Es la primera vez en la historia que el Ejecutivo no cumple una ley que fue votada de forma democrática en el Congreso. Esto no solo nos lleva a cuestionar las funciones del Presidente y los límites de su poder, sino qué tipo de democracia estamos avalando.

El principio del fin para el reino del revés es la Democracia. Es tiempo de reordenar todo, de volver las cosas a su lugar y de salir de esta desviación institucional donde “cabe un oso en una nuez, usan barbas y bigotes los bebés y un año dura un mes”.

* Jorge Anró. Secretario adjunto de Fatun.