El Congreso volvió a darle un sacudón a Javier Milei, que no puede revertir la catarata de malas noticias
Javier Milei sufrió una derrota en Diputados: la oposición rechazó sus vetos a las leyes de salud y universidades, por una aplastante mayoría.

El Congreso de la Nación sesionó en medio de un operativo de seguridad.
ArchivoEl Gobierno de Javier Milei volvió a padecer su falta de acuerdos políticos con gobernadores y diputados, y recibió un durísimo revés en el Congreso. Por una amplia mayoría de dos tercios, la Cámara de Diputados rechazó los vetos del presidente a las leyes de emergencia pediátrica y Hospital Garrahan y del financiamiento universitario.
No alcanzaron los 12.500 millones de pesos que la Casa Rosada giró de Aportes del Tesoro de la Nación (ATN) a cuatro provincias, ni la designación de Lisandro Catalán como ministro del Interior, ni los anuncios de Milei de aumentos presupuestarios para salud y educación, ni el "tono cordial" que el presidente estrenó el lunes pasado en cadena nacional. El Gobierno no pudo evitar una nueva derrota en el Congreso, que se suma a la catarata de malas noticias parlamentarias y electorales que cada semana recibe la Casa Rosada.
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Ahora, el Senado de la Nación debe definir la suerte de los vetos de Javier Milei. Allí, La Libertad Avanza se enfrentará a un escenario casi irreversible, mucho más difícil de poder revertir.
La derrota de Javier Milei se anticipó en el Congreso
Desde temprano, en los pasillos del Palacio Legislativo se percibía un clima hostil para la Casa Rosada. Cristian Ritondo, jefe del bloque PRO, llegó a la sesión con su tropa más dividida de lo previsto y no iba a poder garantizar un caudal de votos que llevara tranquilidad al oficialismo. Esto provocó furia en el despacho de Martín Menem. "Quiere ser presidente (libertario) de la Cámara de Diputados y no puede garantizar el voto de una bancada de 30 diputados", señaló enfurecido un hombre de Karina Milei que trabaja en la Cámara baja.
A esto se sumó la confirmación del voto en contra del Gobierno, es decir, a favor de ambas leyes, de los cuatro diputados por Misiones que responden al líder provincial Carlos Rovira. El Gobierno especuló hasta el final con que estos se abstendrían o se ausentarían, pero no pudo encauzar la conversación política y el voto de los misioneros terminó sumando rechazo.
Frente a esto, la oposición llegó al recinto con más entusiasmo del que esperaba. En los primeros minutos, el jefe del bloque Encuentro Federal, Miguel Pichetto, pidió una moción de orden para ir directo a una votación, sin debate previo. Sabía que en ese momento los números estaban. Temía que la discusión en el recinto se extendiera y que el Gobierno pudiera conseguir, finalmente, los votos para blindar los vetos.
Sin embargo, el jefe del bloque UCR, Rodrigo De Loredo, pidió que hubiera debate: “No vamos a aceptar la anulación de la palabra”. También dijo que esta práctica “es funcional al Gobierno y al kirchnerismo”. Igualmente, aclaró que votaría en contra de los dos vetos. Después de este cruce, Menem pidió un cuarto intermedio para reunirse con los jefes de bloque y acordar cómo seguir la sesión.
Allí, De Loredo planteó que, si no le aceptaban el debate, no iba a poder asegurar los votos de su bancada, según informaron a este medio fuentes parlamentarias. Así decidieron unificar todo en un solo debate y hacerlo más corto, sin tantos oradores. De Unión por la Patria solo habló Germán Martínez.
La tendencia negativa para el Gobierno de Javier Milei se confirmó unos minutos después cuando el recinto votó la habilitación para tratar los vetos. Para frenarlo, La Libertad Avanza necesitaba solo un tercio de los votos totales emitidos. En caso de que estuvieran presentes los 257, ese número alcanzaba los 87. En la votación para habilitar el veto a la ley de emergencia pediátrica solo juntó 69 votos negativos y, en la de universidades, 70. Es decir, quedó muy lejos de llegar a ese tercio.
El debate en el recinto de Diputados
El debate en el recinto se puede interpretar con el viejo dogma de la política parlamentaria: "El que se queda con los votos, no se queda con el discurso". La Libertad Avanza, ya enterrada en una nueva derrota, anotó a varios de sus oradores, mientras que Unión por la Patria solo limitó su intervención a las declaraciones del jefe de su bloque, Germán Martínez.
"La patria nos está pidiendo a los gritos que tengamos una actitud que nos permita poner a la Argentina de pie", señaló Martínez con euforia. En ese momento ya sabía que tenía la victoria bajo la manga y dio un discurso triunfalista. "Eso lo vamos a lograr si somos responsables, comprometidos y capaces de no someternos a las fuerzas externas que nos quieren de rodillas. Vamos a levantarle la autoestima a nuestro pueblo", agregó.
En la vereda opuesta, Santiago Santurio (La Libertad Avanza) defendió el veto de Javier Milei, pero antes aclaró: "Nos importan los universitarios, los docentes, los médicos y todos". Sin embargo, remarcó que "la única manera de sostener eso es con un país que crezca". "Tenemos que cambiar el modelo de la Argentina: estos parches nos hundieron en la pobreza. Preferimos decir verdades incómodas antes que verdades confortantes. Es la única manera de tener el país que merecemos", insistió el diputado cercano a Santiago Caputo.
Los nervios y el malestar en el oficialismo se dejaron entrever durante toda la sesión. Minutos antes de que comenzara, Menem perdió la paciencia con la diputada Victoria Tolosa Paz (Unión por la Patria), que gritaba por encima del discurso de Juliana Santillán (La Libertad Avanza), una práctica normal en los acalorados debates legislativos. Para silenciarla directamente le dijo "cállese". Tampoco le tuvo paciencia a Aldo Leiva (Unión por la Patria), que en cada votación da su posición a viva voz, y este miércoles directamente no lo dejó hablar.
La Libertad Avanza en Diputados no pudo frenar la catarata de malas noticias que semana a semana recibe el Gobierno en el Congreso, pero también en las elecciones provinciales. Mientras no cambien la estrategia política, la Casa Rosada seguirá afrontando las consecuencias de una táctica que priorizó el conflicto y la tensión antes que los acuerdos y la negociación.