Los alimentos no tienen la culpa
Aunque muchos medios se empeñan en culpar a los alimentos por la suba en el costo de vida, y otros varios no saben pero lo repiten, la realidad muestra que en los últimos meses, este rubro de productos de primera necesidad, no solo no aumentó el costo de vida, sino que fue "deflacionario", al ubicarse muy por debajo de los rubros que más aumentaron.
En mayo + 0,5% vs 1,5% Índice de Precios al Consumidor; en junio +0,6% vs 1,6% IPC, mientras que en julio, si bien se espera una suba general por efecto vacaciones y dólar, algunos prevén un + 1,1% para Alimentos vs + 1,8 para el IPC.
El campo, productor de alimentos por excelencia, la máxima industria del país, destaca la normalización general de la oferta tras los ciclos de fuertes sequías, calores extraordinarios, y hasta alguna ola de frío que, hasta el momento, no excede los promedios.
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De hecho, una de las entidades nacionales del sector, Coninagro, da a conocer la evolución del poder de compra de los salarios vs. el precio de los alimentos de donde surge la mejora paulatina de este indicador desde marzo del 2024 (el punto más bajo del poder adquisitivo) hasta ahora, incluyendo las variaciones estacionales que por su naturaleza, tienen muchos de los alimentos.
Y, más allá de esto, el dato surge espontáneamente de los niveles de oferta y su absorción por parte de la demanda local, incluso en productos que por distintas razones vieron sus precios muy afectados, como la carne cuyo consumo volvió a aumentar hasta los 50 kilos; los huevos que ya superaron los 365 por habitante/año, a pesar de los aumentos que disparó la Gripe Aviar en los EE.UU., que hizo subir el precio internacional, o la leche con una recuperación incipiente pero sostenida, tanto de la producción (estancada desde hacía 25 años) como del consumo interno.
De acuerdo a los datos de la entidad cooperativa, la mejora en el poder de compra de los salarios (en este rubro) va desde el 17%, hasta el 60%, según producto, tomando los últimos 12 meses.
Lo que no se consigna ahí, es el cambio de tendencia que se está registrando respecto a los lugares de compra, donde los negocios de conveniencia (cercanía), vuelven a ganar terreno en detrimento de los grandes centros de consumo (hipermercados). La tendencia se debería a la mayor velocidad y flexibilidad de los comercios chicos para adaptar los precios a la demanda, lo que no ocurre en los supermercados más grandes.
Expectativas por Estados Unidos vs. Brasil
Aunque ya bajó buena parte de la efervescencia que desató Estados Unidos a nivel mundial por su guerra de aranceles, y si bien "ya venció" el tiempo de las negociaciones, todavía queda algún punto de gran impacto, sin resolver.
Es que después del "acuerdo" con China, que fue el que provocó el tembladeral mundial, ya que la administración Trump aplicó un escalofriante 145% (¡) al país asiático, Xi Ping no se quedó atrás y le aumentó los aranceles a EE.UU. un 125%. ¿Cómo siguió el asunto cuya "tregua" vence este 12 de agosto?
Pues en una mesa de negociación donde ambos líderes recortaron las penalidades con EE.UU. reduciéndolas al 30%, mientras que Pekín bajó las suyas del 125% al 10%, lo que aquietó mucho las aguas, y ahora se espera un acuerdo definitivo o, al menos, otra prórroga.
Pero este "acercamiento" no está ocurriendo con Brasil, el gigante sudamericano, principal socio del Mercosur, y uno de los tres mayores productores de alimentos del mundo, al que Trump le aplicó un 50% de carga. Y, si bien algunos de los productos brasileños quedaron exceptuados (seguirán pagando el 10%) como los aviones Embraer, la energía, los metales preciosos, o el petróleo, no ocurrirá lo mismo con el café y la carne, lo que obligará a Lula a desplazar entre 350 y 400.000 toneladas del producto a otros destinos, lo que sin duda, afectará a la Argentina en forma negativa, aunque pueda ampliar un poco sus exportaciones cárnicas a los EE.UU., lo que apenas serviría para compensar las caídas de US$ 300 a 500 millones, que se calculan por la subas a las exportaciones de acero y aluminio. Pero seguramente, es más lo que puede perder en materia de precios de la carne, en otros destinos como China, adonde el año pasado se exportaron 600.000 toneladas.
Por supuesto que en el interín, algunos prevén que Brasil use "su pata local" en materia frigorífica para exportar desde Argentina, y así evadir la penalización arancelaria estadounidense, lo que tampoco es tan fácil por la escasez de materia prima (poca oferta de novillos), y las diferencias de precios para traer la hacienda en pie (que ya está autorizada) desde Brasil donde esta mucho más cara ahora. Además, aparecen las cuotas de carne impuestas a los distintos países por EE.UU.
El final es abierto…
Privatizaciones al rojo vivo
Bastó que se pronunciaran interesadas en los ferrocarriles las primeras mineras, para que rápidamente surgieran voces desde las exportación granaria anunciando su decisión de participar ahora.
¿Por qué es interesante el tema? En primer lugar, porque cuando se privatizaron los ferrocarriles, en particular los de carga, algunas empresas de servicios y alguna exportadora local ya había participado. De hecho, buena parte del Belgrano Carga estuvo en manos de una de ellas prácticamente desde entonces.
El segundo tema que hace atractivo al dato, que no es nuevo ya que el anuncio de estas licitaciones está hecho desde octubre del año pasado, es que ahora estarían participando también algunos grupos fuertes internacionales lo que puede hacer más atractiva la compulsa. Y, de hecho, varias de ellas ya "importaron" más de 180 vagones graneleros, que comenzaron a llegar al país, y a cuenta de futuros viajes, por ejemplo, la china Cofco Int., Viterra y la Asociación de Cooperativas Argentina (ACA).
En estos casos se habla, especialmente, del Belgrano Cargas, aunque también podría haber algo en el San Martín (cuya importancia central está en la minería y energía), aunque la producción agrícola podría aprovechar/participar de los servicios reactivados.
El caso del Urquiza, que es la trocha del Mercosur, es la que menos inquietud está despertando, aunque el arroz, la madera y la pasta de celulosa pueden hacer la diferencia. Tanto así que días atrás se supo que en Entre Ríos se iban a recuperar varios tramos de vías, tal vez por efecto eleccionario, o por interés genuino en mejorar la infraestructura.
Sin embargo, hay un run run apenas perceptible que podría complicar el cambio de manejo de los ferrocarriles ya que además del "open acces", o acceso "abierto" de cargas para todos, las licitaciones se dividen en vagones y locomotoras, trazas (vías), y talleres.
El asunto, es que parece haber algunos "pendientes" de ejecución de licitaciones anteriores, cuyos actuales licenciatarios buscaban subsanar con una nueva adjudicación, lo que ahora se haría muy difícil con la participación de varias mineras y cerealeras internacionales.