Día de la Lealtad: traición, tortura y olvido al creador del 17 de octubre
El Día de la Lealtad fue también el nacimiento de una gran traición política que terminó con la detención y tortura de su creador.
La multitud que se manifestó el 17 de octubre de 1945, el nacimiento del Día de la Lealtad.
X/@OldArg1810El miércoles 17 de octubre de 1945 se dio uno de los hechos que cambió la política argentina, cuando una enorme movilización pidió por la libertad de Juan Domingo Perón durante la dictadura de 1943 que él mismo había instaurado de la mano de Edelmiro Farrell y Pedro Ramírez. Allí hubo un hombre clave, Cipriano Reyes, que pasó de la lealtad a las torturas.
La reformas laborales impulsadas por el coronel Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, como vicepresidente dictatorial y Ministro de Guerra, le hicieron ganar popularidad en tiempos convulsos tras el golpe de corte corporativista y nacionalista de 1943. Esa popularidad generó inseguridades en el usurpado Sillón de Rivadavia, por lo que el general Farrell diagramó su detención en un contexto de inestabilidad social.
Te Podría Interesar
Debilidad de la dictadura y renuncia de Perón
El 19 de septiembre de 1945 se llevó adelante una movilización de unas 200.000 personas a las Plaza de Mayo. La convocatoria era por parte de la oposición y convocaba a radicales, socialistas, conservadores, demócratas cristianos y demócratas progresistas, quienes a futuro integrarían la reconocida Unidad Democrática. Marcha de la Constitución y la Libertad fue el nombre que recibió la movilización que puso en jaque a Farrell, quien además recibió la renuncia de Perón a todos sus cargos el 8 de octubre de ese mismo año. El último nexo con "lo popular" que tenía la Casa Rosada estaba roto.
El dictador Edelmiro Farrell entendió entonces que su coronel no renunciaba para salir del Gobierno sino para encabezar una conspiración desde los grupos nacionalistas que ostentaban el poder, por lo que ordenó su detención y fue trasladado a la Isla Martín García. Mientras el nuevo líder buscaba ordenar el movimiento detrás suyo, deslizaba que sus intenciones eran retirarse de la vida pública, para así obtener su libertad. En este contexto es que entró Cipriano Reyes, el artífice del Día de la Lealtad.
Quién fue Cipriano Reyes, el padre del Día de la Lealtad
Nacido en Lincoln el 7 de agosto de 1906, Reyes fue un trabajador de la carne que lideró el mismo sindicato en tiempos donde esa industria tenía un gran peso en las discusiones proletarias. Ante la detención del coronel Perón, artífice de las reformas laborales, el Sindicato Autónomo de Obreros de la Carne que lideraba Reyes fue el primero en reaccionar para forzar la liberación de Perón.
Según cuenta la historia, fue él quien organizó la gran marcha a Buenos Aires para pedir la libertad de Perón, lo que también significaba un fuerte pedido de dimisión del dictador. Cabe señalar que no todos los trabajadores llevaron adelante la manifestación. Basta de ejemplo que los trabajadores de la carne estaban divididos en los que seguían a Reyes y los que seguían a José Peter, de la Federación Obrera de la Carne, de tendencia comunista.
La movilización, igualmente, fue masiva y tuvo éxito: Juan Domingo Perón fue liberado. Como era de esperarse, el coronel no tenía planeada esa vida sin exposición pública y comenzó su camino hacia las elecciones presidenciales de la restitución de la democracia tras haber sido clave en ese trienio dictatorial. Para esta estrategia fue fundamental la presencia, nuevamente, de Cipriano Reyes.
Cipriano Reyes y la lealtad traicionada a Perón
Consciente de que el coronel no contaba con un partido político que lo respalde y con la vereda de enfrente alineada en lo que sería la Unidad Democrática, el 24 de octubre de 1945 Cipriano Reyes fundó el Partido Laborista y se lo entregó en bandeja de plata a Perón para que haga y deshaga según su antojo. Esta prestancia del sindicalista para el armado político de su aliado militar le hizo ganar popularidad y se ubicó muy cerca del poder, algo que comenzó a incomodar al coronel.
Tras ganar las elecciones, Perón asumió la presidencia y Reyes una banca en la Cámara de Diputados, pero era claro que el orden para ganar esas elecciones había llegado de la mano de Reyes por su accionar político, mientras Perón gozaba de ser la figura de poder. Con ese mismo poder, el ahora general le arrebató de las manos el Partido Laborista a Reyes y unificó los partidos bajo su figura. Así nació el Partido Único de la Revolución Nacional y el resto quedó relegado a la oposición no nacionalista, acallada y perseguida desde 1943.
Esta acción, previa a asumir como presidente, generó un fuerte descontento en Reyes al sentirse traicionado por Perón y aseguró que no entraría en ninguna aventura personalista como la que proponía el nuevo Gobierno. Así nació la rebeldía de Reyes a Perón, al rebeldía del más leal de "los hijos" de aquel coronel detenido. Rebeldía que pagó con persecución y atentados contra su vida que se orquestaron desde las entrañas justicialistas.
Detención y torturas a Cipriano Reyes
En 1948, "El General" ordenó disolver el Partido Laborista y Cipriano Reyes fue encarcelado por "conspiración", aunque básicamente se trataba de un opositor al régimen que se había orquestado bajo el amparo de la democracia y la república intervenida que llevó adelante el peronismo. Se lo rotuló de "traidor al movimiento" y llegó su hora más oscura.
Según relató el propio Cipriano Reyes, tras su detención fue trasladado de forma inmediata junto a sus compañeros opositores a una cámara de tortura donde, semidesnudo y atado, "fieles al movimiento" le aplicaron la picana eléctrica mientras buscaban ahogar sus gritos de dolor con música por altoparlantes. Detenido y torturado sin condena ni proceso previo, se ordenó su libertad poco tiempo después, pero no le fue otorgada en segunda instancia donde se le impusieron cuatro años de prisión y luego cinco más. Fue indultado tras la llegada de la Revolución Libertadora al poder.
Ya en libertad, reorganizó el Partido Laborista, aunque con un peso político insignificante, pero le bastó para integrar la Convención Constituyente de 1957 que garantizó los derechos laborales en el artículo 14 bis. Finalmente murió el 1 de agosto de 2001 a sus 94 años en la ciudad de La Plata, donde había sido internado en el Hospital General San Martín tras sufrir un paro cardiorrespiratorio.