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Si los evasores son héroes, próceres serán los exitosos criminales

El presidente alienta la elusión impositiva, desincentivan la formación universitaria y en Mendoza colaboran levantando un muro.
Foto: Walter Moreno/Mdz
Foto: Walter Moreno/Mdz

Antes de terminar esta columna, alguien curiosea el título y se pronuncia: “No es para tanto, fue una manera de decir”. Exactamente es eso: decir y las maneras. Las palabras conducen inexorablemente a la acción. Los discursos pergeñados con denuedo y los otros, esos que son espontáneas expresiones, anuncian, anticipan, presagian, porque en definitiva es la palabra quien moldea el futuro y lo somete a sus amenazas y lo supedita a sus promesas. Culpable. Inocente. Apunten: fuego.

Deslindando

El menosprecio de las palabras y la baja cotización de la verdad logran que la mayoría, en vez de ir a la escuela -aunque sea una vez cada dos años- se ausente y se desentienda de su propia realidad. Una peligrosa cesión de obligaciones. Algo así como despojarse de su responsabilidad y rifar sus derechos. Como si el azar fuese a resolver lo que los humanos debemos escudriñar, combatir, mejorar. Una resignación que, definitivamente, beneficia a los mismos que suelen ser descarnadamente reprochados. Sí, a los que ocupan bancas, oficinas y sillones en representación de todos y de todas. No elegir también es una elección. Es preferir que otros hagan por uno lo que uno debe y no hace.

Atrapados en la impotencia

Entre las problemáticas más acuciantes que la sociedad suele reclamarle a la gestión política está la inseguridad. Hurtos, asaltos, robos, violencia, amenazas, sustracciones, hasta cuestiones más graves como violaciones, desapariciones y homicidios. Todo el despliegue punitivo y represivo es inútil. No da abasto o defecciona. La ocurrencia de hechos delictivos -de esta naturaleza- se acrecienta y los abordajes son ineficaces. La ausencia de resultados incrementa la estadística. En Mendoza, ausencias inexplicables de jóvenes y cada vez que alguien muere asesinado, antes de conocer las circunstancias, los ministerios de Seguridad y Justicia, y el Público Fiscal, se apresuran en señalar “con antecedentes”, como si eso justificara el incremento de descontrol y las pérdidas de vidas.

Fuga de cerebros

La pobreza no es la justificación pero la inexistencia de oportunidades favorece el accionar fuera de las leyes. Poco colabora el pensamiento. El declive es notorio. La persistencia de los decisores de la Universidad Nacional de Cuyo en continuar construyendo un muro de elevado costo, pone en relieve la pérdida de sentido. ¿Sentido de qué? de todo. Del todo. Del universo próximo, ese universo del barrio contiguo, y de la historia propia y de la universal. El muro universitario es la elocuencia del retroceso que padece Mendoza también desde el ámbito académico, formativo, intelectual y moral. Quizá prevean que con ese muro no se fugarán los cerebros.

Contra la pared

Los muros del mundo revelan épocas e hitos históricos. La gran Muralla China, data de 2246 años atrás, cuando la dinastía Qin se defendía de las invasiones que provenían desde Mongolia. Luego durante el gobierno del emperador Ming, ya el siglo XV se prolongó hasta ser la construcción más extensa del Planeta. alcanzando 21 mil kilómetros sumando distintos tramos (actualmente cuenta con más de siete mil kilómetros). Su utilidad: la desmesurada ambición de defensa territorial.

Íconos lamentables

El Muro de los Lamentos es lo que quedó en pie del Segundo Templo de Israel, que mantiene en Jerusalén su sentido místico y religioso. Primero los babilonios, luego los romanos se encargaron de destruir las edificaciones sagradas. El muro de Berlín, construido en 1961 y que pocos conocen su nombre original “Muro antifascista”, no se cayó como suele decirse. Los 155 kilómetros de pared los derrumbaron como símbolo del ocaso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Otro muro que cobró notoriedad aunque bastante después de su existencia fue el que separa fronteras entre México y Estados Unidos. Hay quienes creen que es una absurda propuesta de Trump, sin embargo pocos recuerdan que cobró dimensión desde 1994 cuando el demócrata Bill Clinton ocupaba la Casa Blanca. La extensión de la frontera entre Estados Unidos y México es de 3.140 kilómetros. Hoy, no de manera lineal ni continua, hay barreras, muros de acero, de hormigón, cercos electrificados y otro tipo de vallas en más de 1.000 kilómetros, pero el dato a tener en cuenta: la inmigración ilegal no se redujo y lo que se amplió de manera ostensible fue: la cantidad de muertos en intentos fallidos: desde 1994 hasta 2025 se calculan más de diez mil personas.

Tobogán a 45 grados

Recorriendo la rica historia de la educación superior, encontrarse con un muro de tres metros de altura, que impide ver, ingresar, pero también egresar y fluir, entristece. Argentina fue pionera en establecer la enseñanza universitaria libre y gratuita. Sí, libre y gratuita. Pero sucedieron al Decreto Ley 29337 de gratuidad y acceso libre, otras leyes que, en el caso de Mendoza, garantizaron para que hubiese un lugar apto y óptimo, como el actual predio de la ciudad universitaria. En julio de 1952 y luego en 1954, con la cesión de los terrenos. Y aunque los malversadores históricos pretendan ocultar, junto a la ley 1860 mediante la cual se otorgaban las 114 hectáreas, se lanzó un “Concurso de Ideas para Composición Urbanístico-arquitectónica del conglomerado Universitario”, o sea, participación de los colectivos idóneos e interesados. La culminación de los primeros, grandes y confortables edificios se dio con la inauguración de la facultad de ciencias de la Medicina, en 1965, y le siguieron las construcciones de Ciencias Económicas, Filosofía y Letras, Ingeniería en Petróleo y los galpones donde nació la futura Facultad de Artes.

Del ingreso irrestricto a la prohibición de acercamiento

Aquel ámbito amplio y generoso, pensado para instruir y capacitar a una juventud creativa, ética y sana, transformado en un ambiente cerrado, clausurado al intercambio social, prohibitivo y hasta carente de una estética que evidencie la importancia del progreso del pensamiento. Una pared que fabrica un “afuera” y reduce el adentro. Una inversión dineraria que acentúa la expulsión de quienes menos recursos poseen. La usina del pensamiento crítico, del rigor académico, de la belleza activa, convertida en una elegante cárcel ocasional. La restricción del muro es más emblemática que real ante la inseguridad. Miren sino, las cámaras que muestran cómo un joven con una mínima destreza se hace de alambre y una pesada bolsa de cemento, en pleno centro mendocino, a plena luz del día, sin que alguien haga algo conducente frente a un robo filmado, en directo.

Lo único que no se roban son las ideas

Las dificultades que el muro universitario ofrece no será impedimento para quienes delinquen. La marcha contra los recortes a los presupuestos de las universidades estatales, no tenían como propósito la adquisición de bloques de hormigón. Ese muro es la cabal demostración de la incapacidad, de la indolencia y de los límites que se auto impone la dirigencia, para que no crezca nada más que la maleza junto a la pared