Dólares del colchón: especialistas advierten que hay que esperar la ley

La obsesión de los gobiernos argentinos por los “dólares que tenemos debajo del colchón”. Esa es una política familiar arraigada desde la aparición del peronismo en 1945, en la que las sucesivas devaluaciones hicieron que los pocos que podían ahorrar se resguardaran con los verdes billetes norteamericanos.
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Juan Domingo Perón lo explicó en una de sus tantas frases célebres. “Quién vio un dólar alguna vez”, había expresado al comentar la escasez luego de una década de “distribución del ingreso”, estatización de empresas públicas y creación de institutos regulatorios.
Un antecedente del actual proyecto político nacional es Carlos Saúl Menem. Bajo su presidencia se sancionó la ley 24.073 en la que se modificó el Impuesto a las Ganancias. “Impuesto sobre los Activos. Exteriorización de la Tenencia de la Moneda Extranjera, Divisas y demás bienes en el exterior. Impuesto al Valor Agregado. Procedimiento Tributario - Ley 11.683. Quebrantos anteriores al 31 de marzo de 1991” y otras disposiciones.
En Mayo de 1992, justamente hace 32 años, Menem y su gobierno impulsaron esta normativa y la difundieron con un explicativo aviso en los diarios en los que se le pedía a la población “sáquela del colchón…y duerma tranquilo”. De ahí hasta la fecha, quien hubiera hecho lo que le pedían hubiera perdido un 100.000%. El dólar estaba a $1.50.
El presidente Javier Milei, encargado de santificar evasores tratándolos de héroes que sobrevivieron del Estado que les roba los recursos, seguramente creerá que esta es una iniciativa sin ninguna otra connotación que movilizar los recursos guardados sin ningún tipo de control. Por supuesto que los narcos y otros evasores seriales tienen ya sus cuentas en orden, pero nadie puede explicar por qué motivo el ministro Luis Caputo se exaltó cuando le preguntaron sobre sus cuentas personales. No se acordó que el que evade es un héroe.
Si se aplicaran las actuales normas que flexibilizan los flujos y sus procedencias hasta un extremo poco claro. ¿Podrían haber apresado a Jorge Castillo, el Rey de la Salada por segunda oportunidad? El hombre agudizó su ingenio para evadir impuestos, falsificar firmas, armar un sistema clandestino de recaudación. Más héroe no se consigue.
El contador público Néstor Figarola, actual funcionario del Banco Provincia, corrigió el concepto sobre Castillo al “diferenciar bien lo que es una actividad lícita (vender o comprar), el que no paga impuesto (dinero negro), de una actividad ilícita (contrabando, robo) que genera dinero sucio y tiene claras sanciones legales”.
Otras fuentes contables, que prefirieron no exponerse, consideraron que el anuncio del gobierno comenzó “como un blanqueo pero terminó en una larga explicación sobre el régimen de informes de terceros a la ARCA el cual fue reducido en un montón de rubros que se detallaron en el comunicado”.
Su aplicación es muy endeble porque, tal cual el ministro Caputo lo dijo, necesitará de una ley sancionada por el Congreso para sostener el “perdón fiscal” de los argentinos que declaren dólares atesorados en “el colchón” y un régimen anticipado electrónico de impuesto a las ganancias para hacer más sencilla la vida de los ciudadanos que declaran impuestos”.
“Queda claro que el blanqueo o perdón fiscal no tiene sustento ninguno sin ley, ya que deberían derogar el régimen penal cambiario que pena con prisión la compra de divisas extranjeras en forma irregular y los convenios internacionales que obligan a la Argentina a responder a la normativa establecida para el lavado de activos“, explicaron.
Respecto a la simplificación del sistema de declaraciones juradas de ganancias, uno de los especialistas consultados explicó que “ahora la nueva ARCA pasa primero a explicarte que hagas cualquier operación sin explicar nada, por lo que te instiga a realizar gastos sin comprobante fiscal alguno, pero a la vez te explica que en forma electrónica te enviara tu próxima declaración jurada de ganancias en el 2026… Si no tenés comprobantes de gastos pero ARCA sabe todo lo que facturaste… ¿Cómo hará el contribuyente para poder zafar del 35% de impuesto a las ganancias? Básicamente es una trampa para tontos”.