Comienza el show electoral 2025
El desgaste del último año y el escándalo del caso Libra han empujado al gobierno de Javier Milei a un terreno aún más complejo.
La estrategia inalterable. A pesar de los cambios en el contexto, el gobierno mantiene su estilo confrontativo. La aceleración en las curvas, la profundización de las críticas al pasado y la búsqueda constante de nuevos enfrentamientos siguen siendo ejes fundamentales de su accionar. Desde su llegada al poder, Javier Milei ha construido su discurso en oposición al “modelo de casta” y a los gobiernos anteriores, una narrativa que sigue utilizando como principal recurso para sostener su imagen.
Las provocaciones y los ataques a sus adversarios políticos, lejos de apaciguarse, se han intensificado. Esto responde no solo a una convicción ideológica, sino también a una estrategia de supervivencia: cada crisis es enfrentada con un nuevo episodio de confrontación que busca desviar la atención y mantener en vilo a la opinión pública.
El relato sobre la realidad
Como en toda gestión, el oficialismo busca imponer su propia interpretación de los hechos. La administración libertaria ha hecho de la comunicación un pilar central, recurriendo a redes sociales, transmisiones en vivo y discursos de alto impacto para marcar la agenda. Sin embargo, los desafíos de la realidad económica y política ponen a prueba esa construcción narrativa.

Las promesas de un cambio radical en el rumbo del país se han encontrado con dificultades concretas: el ajuste fiscal genera tensiones sociales, las reformas estructurales avanzan con obstáculos y la economía sigue sin mostrar signos claros de recuperación. En este contexto, el gobierno intenta mantener su relato de transformación histórica, aunque con una audiencia cada vez más dividida.
Una oposición que aprende a jugar
En los primeros meses de la gestión de Milei, la oposición se mostró fragmentada y sin un rumbo claro. Sin embargo, con el correr del tiempo, las distintas fuerzas políticas han comenzado a entender mejor los marcos de la batalla política.
Una sociedad acostumbrada a la tensión
El clima político en Argentina se ha caracterizado históricamente por un alto nivel de conflictividad, pero la gestión Milei ha llevado la polarización a un nuevo nivel. Los enfrentamientos constantes, el tono beligerante del discurso oficial y la respuesta enérgica de sectores opositores han generado un escenario de tensión permanente.
La sociedad, expuesta a esta dinámica, parece haberse acostumbrado a la escalada de violencia verbal y simbólica. Los debates políticos han perdido profundidad en favor de eslóganes y ataques directos, y las redes sociales se han convertido en el principal campo de batalla. La indignación es un recurso que se activa con facilidad, y los ciclos de crisis y confrontación se han vuelto cada vez más breves.

El gobierno pierde la sorpresa
En sus primeros meses, la administración Milei sorprendió con su estilo disruptivo y su capacidad para descolocar a sus adversarios. Las maniobras de comunicación, los anuncios inesperados y las polémicas permanentes lograban desviar la atención de los problemas estructurales.
Sin embargo, con el paso del tiempo, este método ha comenzado a perder eficacia. Las “bombas de humo” ya no confunden como antes y la ciudadanía empieza a anticipar las estrategias del gobierno. La repetición de la confrontación como herramienta principal genera un desgaste natural, y el impacto de cada nueva crisis es menor que el anterior.
La cuenta regresiva hacia 2025
Mientras la gestión enfrenta nuevos frentes de conflicto, la dinámica electoral empieza a ganar protagonismo. Las elecciones legislativas del próximo año serán clave para definir el rumbo del gobierno y la correlación de fuerzas en el Congreso. La Argentina entra en una nueva fase de alta tensión política, con una campaña que promete ser feroz. En este escenario, tanto el oficialismo como la oposición deberán definir sus estrategias y medir con precisión sus próximos pasos.
El país se encamina a otro capítulo del espectáculo electoral, con actores previsibles pero un desenlace aún incierto. Bienvenidos al show
Pasen al espectáculo electoral.
* Gabriel Slavinsky. Consultor político y psicólogo

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