Otro ministro en la mira

En medio de la crisis de inseguridad, una nueva bomba amenaza a Axel Kicillof

El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, está en medio de una fortísima crisis interna por un informe privado que determina un desmanejo colosal en el área de las verificaciones policiales.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare viernes, 24 de enero de 2025 · 07:00 hs
En medio de la crisis de inseguridad, una nueva bomba amenaza a Axel Kicillof
Kicillof no puede echar a Alonso porque no tiene a quien poner en su lugar Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

A principios de diciembre del año pasado, un nutrido grupo de intendentes le pidió a Axel Kicillof que reemplazase al ministro de Seguridad, Javier Alonso, quien ha destratado a la mayoría de los jefes comunales al no informarles que les retiraría efectivos y vehículos que prestaban servicios en sus localidades para realizar el Operativo Sol.

Fue en la misma charla en la que también habían pedido que impulsase la ley que les permitiría a ellos y a los legisladores poder ser reelectos, modificando la Ley que votaron hace tres años por la cual se prohibía taxativamente tal posibilidad luego de haber ejercido dos mandatos consecutivos.

Como queda claro, ninguna de las dos cuestiones pudieron ser ejecutadas por el momento por el gobernador. Kicillof no puede echar a Alonso porque no tiene a quien poner en su lugar, quien a su vez es un reemplazante dispuesto por Sergio Berni, hoy senador raso en la Cámara Alta provincial. La segunda cuestión se le va de su agenda, porque no es él quien tenga que armar los consensos necesarios para conseguir los votos ya que no tiene legisladores propios en la conducción de ambas cámaras legislativas.

Para peor, hoy el ministro de Seguridad no solo está bajo la lupa por una cuestión operativa y de trato con los representantes políticos del oficialismo. Le pesa también una seria sospecha en el manejo de las Plantas Verificadoras de Automotores que dependen de Provincia y que también tiene manejo la Cámara Argentina de Grabadores de Autopartes, que agrupa estas dependencias, que trabajan de manera mixta entre la inversión privada y la revisión pública.

El ministro de Transporte se fue hace un mes. Kicillof no quiere perder otro ministro. 

Apenas asumió, por cuestiones jamás establecidas, Alonso quitó del ámbito de la Superintendencia de Investigaciones al comisario General Luis Erró, jefe de las plantas y sacó de esa órbita el tema de las verificaciones vehiculares, que quedó bajo la supervisión del comisario mayor Miguel Ojeda, una persona de estricta confianza de Javier Villar.

Estos talleres son administrados por empresas privadas pero son los policías bonaerenses los que confirman números de chasis y motor. Ahora, estos temas como todo lo relacionado con la Fuerza Buenos Aires, la nueva policía que armó Berni y continúa Alonso dependen directamente de Javier Villar, el jefe de la policía bonaerense. 

En noviembre, cuando saltó el escándalo del ministro Jorge D´Onofrio y las fotomultas, “alguno aprovechó la volada y denunció el tema de las plantas verificadoras policiales. Al parecer, ahí también había una recaudación clandestina en la que participaban los encargados de la bonaerense de cada verificadora y en las que también pueden estar involucrados las terminales de automóviles, agencias de autos y miles de particulares que saben que sus vehículos tienen dudosa procedencia” le confió a MDZ un legislador que está al tanto de todo.

Lo insólito es que uno de los antiguos jefes del área descabezada sigue siendo parte de la conducción de la Policía. Matías López, quien siempre estuvo en el día a día, trabajó con Erró y fue el que nombró casi personalmente a todos los jefes de las doce plantas, sobrevivió a la purga. Hoy López es el superintendente del Comando de Operaciones Policiales, COP.

La Verificación policial es otra de las obligaciones a las que están sometidos los contribuyentes bonaerenses que lamentablemente se deben hacer cargo de los costos que trae aparejada la incesante inseguridad que reina en las calles del territorio provincial. Hace dos décadas hubo un brote de robos de automotores. Las autoridades provinciales delegaron parcialmente las inspecciones pero obligó el grabado de partes como vidrios y lunetas.

La otra inspección vehicular es la técnica, en la que se observan los detalles de los autos y motos como frenos, luces, dirección y calidad de los neumáticos, entre otras cuestiones. Ahí también hay una denuncia en la que se relaciona la entrega de turnos y la instalación de VTVs en algunos puntos de la Provincia, además de dirigir la compra de tecnología para esas plantas.

Axel tiene que remover la cúpula policial y el Ministerio en general. Más si desdobla la elección, ¿cómo hará para explicar por qué vivimos con el corazón en la boca?”, se preguntó un intendente que no sabe más cómo hacer para ser escuchado sobre este tema.

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