Entrevista MDZ

Ricardo Sáenz: "Hubo un movimiento político para convencernos de que Nisman se suicidó"

Una década después de la muerte de Alberto Nisman, el primer fiscal que determinó que había sido un homicidio repasó con MDZ las pruebas del caso y la dificultad para hallar a los autores materiales.

Nicolás Palermo
Nicolás Palermo sábado, 18 de enero de 2025 · 09:00 hs
Ricardo Sáenz: "Hubo un movimiento político para convencernos de que Nisman se suicidó"
Ricardo Sáenz, fiscal general de la Cámara Criminal de Capital Federal, visitó la redacción de MDZ para hablar sobre el caso Nisman a 10 años de su muerte. Foto: Analía Melnik/MDZ

Un día como hoy, diez años atrás, el fiscal Alberto Nisman murió en su departamento de Puerto Madero a pocas horas de su anunciada presentación en el Congreso para denunciar a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios de su Gobierno por la firma de lo que se conoció como el Memorándum con Irán, que - según el acusador - pretendía encubrir a los autores del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) ocurrido en 1994.

La muerte del fiscal federal sacudió al país, que se dividió entre quienes aseguraban que se había tratado de un suicidio y los que denunciaban un asesinato. En ese marco, el fiscal General de la Cámara Criminal de la Capital Federal, Ricardo Sáenz, fue la primera autoridad judicial en dictaminar en febrero de 2016 que se había tratado de un homicidio, versión que luego sería convalidada por la Corte Suprema de Justicia y ratificada la semana pasada por la fiscalía que investiga el caso.

"En ese momento no había dudas de que había sido un homicidio, lo que pasa es que tuvimos todo un movimiento político tendiente a convencernos de que era un suicidio", aseguró Sáenz en una entrevista con MDZ donde recordó el día en que "mataron a uno de los suyos". En diálogo con este medio, el fiscal porteño aseguró que "a Nisman lo mataron porque iba a ser muy difícil frenarlo con la convicción y la cantidad de pruebas que él tenía" y enfatizó que "la llave maestra de lo que pasó con él es el pacto con Irán". Sin embargo, consideró que "no hay huellas" de los autores materiales del crimen, producto de las numerosas irregularidades que se cometieron para "encubrir" el crimen.

- ¿Qué recuerda de ese día cuando se enteró de la noticia de la muerte del fiscal Nisman?
- La muerte de Nisman es como este tipo de sucesos en que te acordás qué estabas haciendo, como cuando cayeron las Torres Gemelas. Yo estaba durmiendo en mi casa y a la 1 de la mañana me llama un asesor de alguien del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que me dice: ‘Está pasando algo dentro del departamento de Nisman’. Prendo la televisión y dos horas después apareció que había pasado algo, fueron muy cuidadosos en no hablar de la muerte hasta que no estuvo confirmado. Para nosotros los fiscales fue algo muy duro. Empezamos a las cuatro o 5 de la mañana, la gente hablaba por teléfono con periodistas o entre colegas como si fuesen las 11. El recuerdo es muy claro.

- Hace pocos días se conoció un informe del fiscal Eduardo Taiano que ratificó que se trató de un homicidio y señaló las irregularidades que encontró a lo largo del caso. Usted fue el primer fiscal que respaldó esa versión. ¿Qué vio en ese momento y qué se averiguó desde entonces?
- En 2016, un año y pico después de la muerte, yo sostuve en el expediente que se trataba de un homicidio que obviamente tenía que ver con su trabajo de fiscal, que fue después lo que dijo la Corte Suprema cuando decide que la competencia vaya al fuero federal. En ese momento para mí ya existía la prueba de que él no había disparado el arma; el tema de si tenía o no pólvora en la mano; que el cadáver se había movido; que estuvo por lo menos diez horas sin ninguna custodia y la pérdida de tiempo de los custodios en ir a buscar a la madre para que venga con la llave y después el cerrajero, lo cual abrió una ventana de tiempo en la que se pudo matarlo y preparar la escena. Después teníamos una prueba testimonial, que para mí era muy válida, de toda la gente que decía que él estaba listo para ir el lunes al Congreso, con las carpetas celeste que usamos en el Ministerio Público y todos los marcadores amarillos. Todo esto para mí fundaba que se trataba de un homicidio.

- ¿Todos estos elementos que mencionás son suficientes para descartar completamente la hipótesis del suicidio o pueden siempre quedar margen de duda?
- Para mí en ese momento no había duda de que se trataba de un homicidio. Después vino la famosa pericia de Gendarmería, que lo corroboró todavía más con más pruebas. Dijo que había dos personas con él en el baño, el tema de todo el manoseo que se hizo con el arma, que no es negligencia, sino que se hizo para encubrir el homicidio. Después lo dijo la Justicia, porque Diego Lagomarsino, el informático famoso que dijo que le llevó el arma, está procesado como partícipe necesario de un homicidio y cuatro de los custodios, están procesados por encubrimiento de un homicidio. Para la justicia no hay ninguna duda que está investigando un homicidio.

- ¿Qué es lo que ocurrió en la primera pericia que concluyó que no había indicios para sostener que se había tratado de un homicidio?
- Quizás te estás refiriendo a aquella frase famosa de la fiscal Fein que dijo que ‘lamentablemente no se encontraron huellas’. Justamente no se encontraron huellas porque él no disparó el arma. Eso estaba comprobado a esa altura. Había fotos de la mano derecha de Nisman que tenía una marca en v, eso probó claramente que otra mano derecha sujetó la suya y por eso la sangre no le llega a una parte, porque la tiene tapada por la otra mano. Todo eso estaba en el expediente. Lo que pasa es que tuvimos todo un movimiento político tendiente a convencernos de que era un suicidio.

Ricardo Sáenz en la redacción de MDZ, donde afirmó que "a Nisman lo mataron porque iba a ser muy difícil frenarlo con la convicción y la cantidad de pruebas que él tenía".

- Recientemente el por ese entonces secretario de Seguridad, Sergio Berni, junto a otras autoridades de la fuerza ese momento como el titular de la Policía Federal y el de la Prefectura fueron imputados por las irregularidades en el manejo de la escena del crimen. El fiscal Taiano también mencionó otras irregularidades a lo largo de la causa. ¿Cuáles le llaman particularmente la atención o considera que fueron especialmente graves?
-Del informe de Taiano surge que había alrededor de 60 personas dentro de un tres ambientes. La fiscal consideró que la escena del crimen era el baño del departamento, cuando todos consideramos que por lo menos era el departamento entero, donde no debería haber entrado nadie. Además, las autoridades judiciales tardaron más de una hora y media en llegar al lugar. Todo este tiempo estuvo la gente al mando de Berni. Yo siempre lo dije, como Hugo Alconada Mon, que toda esta situación del pacto con Irán, la AMIA y Nisman es como las mamushkas, que sacás una cosa y aparece otra. Esto empieza con el atentado a la AMIA, sigue con la primera investigación que fue declarada nula por la Corte, la creación de la Fiscalía de Nisman en 2004, después el pacto con Irán en 2013, la declaración de inconstitucionalidad del pacto, la denuncia de Nisman por encubrimiento en el pacto, su muerte y el encubrimiento. Está todo concatenado y yo creo que la llave maestra de lo que pasó con Nisman es el pacto con Irán.

- ¿Considera que hay elementos que puedan vincular a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner con la muerte de Alberto Nisman? 
- Elementos probatorios no hay. Ella sí tuvo una conducta errática al decir que primero fue un suicidio, después que era un homicidio, esto de ‘no tengo pruebas, pero no tengo dudas’. En un espacio de cuatro días habló dos veces por cadena sobre la muerte, infringiendo lo que expresamente dice la Constitución Nacional sobre que el presidente no puede inmiscuirse en la investigación de causas en trámite. Pero pruebas que involucren a la expresidenta no hay.

- ¿Qué pistas o sospechosos puede seguir investigando la causa?
- Lo que surge del propio informe es que se están investigando estas famosas llamadas telefónicas entre agentes de inteligencia que se produjeron entre el sábado la noche y el domingo a la mañana. Hubo un intercambio de llamados muy importante cuando todavía no se debía conocer nada sobre la muerte de Nisman, que recién se conoce el lunes. Según la pericia de Gendarmería, el espacio de tiempo en el que se pudo haber producido la muerte va desde las 8 o 9 de la noche del sábado hasta el mediodía del domingo. Esas llamadas evidentemente tienen que ser investigadas.

- Después de 10 años de investigación, ¿cree que puede haber margen para acercarse a una resolución del caso y conocer qué es lo que sucedió?
- Creo que se puede llegar a determinar quiénes anduvieron con el tema, quiénes lo instigaron y quiénes lo ordenaron, pero de los autores materiales que estuvieron en el baño del departamento todos se encargaron de que no haya huellas de nadie. Hay huellas de tanta gente que no hay huellas de nadie. No se puede determinar fehacientemente quiénes estuvieron con él en el departamento, es muy difícil.

- ¿Cómo cree que la muerte de Nisman repercutió al país y a los fiscales que investigan este tipo de casos?
- La repercusión que tuvo en el país se vio en la Marcha del Silencio del 18 de febrero en homenaje a Nisman, que tuvo entre 300.000 y 400.000 personas en la calle bajo la lluvia en la ciudad de Buenos Aires y en el interior del país. Yo creo que hoy, salvo la gente que esté fanatizada con el tema o con la corriente política del kirchnerismo, si vos preguntás por la calle la mayoría de la gente piensa que lo mataron y eso es muy importante. Entre nosotros los fiscales fue un hecho muy fuerte. ‘Mataron a uno de los nuestros’, era lo que todos decían. Por eso tuvimos la idea de hacer esa marcha, porque no hubo ningún homenaje respecto a la muerte de Nisman, ninguna bandera a media asta. Al contrario, el Gobierno se encargó de denostarlo más que de homenajearlo, entonces sentimos que teníamos que hacerlo nosotros.

- Si usted tuviera que definir a Alberto Nisman en pocas palabras, ¿cómo lo haría?
- No sé si llamarle testarudo, Alberto Nisman era un convencido de lo que hacía, una persona que defendía lo que pensaba. Para los que vieron el programa de A dos voces el día que hace la denuncia en la televisión, se pudo apreciar la convicción que él tenía de lo que estaba haciendo y cómo él estaba dispuesto a defenderlo. Yo creo que lo mataron por eso, porque iba a ser muy difícil frenarlo con la convicción y la cantidad de pruebas que él tenía. Fue mucho más difícil continuar la investigación con él muerto.

Mirá la entrevista completa a Ricardo Sáenz

 

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