Los peronistas se debaten en seguir al neo menemismo mileísta o seguir atados a una jefa que languidece
La ex presidenta recibió a un reducido grupo de dirigentes, la mayoría intendentes del Gran Buenos Aires, para contarles cómo vivió la audiencia y dio indicios, políticos, sobre su futuro
Cristina Fernández de Kirchner les agradeció a todos los que fueron a acompañarla. Muchos no dijeron presente aunque ayer hayan firmado la solicitada en la que 84 intendentes se preguntaban ¿quién mandó a matar a Cristina? Había peronistas clásicos, camporistas y renovadores. Inclusive el hoy independiente Julio Zamora firmó la adhesión a la duda que tiene la ex presidenta sobre los autores intelectuales del atentado que sufrió hace dos años.
Ella volvía no solo a ser la excusa, sino la convocante. Y detrás de ella terminaron alineados la mayoría de la estructura bonaerense que sustentó Unión por la Patria con una sola salvedad. La de Fernando Gray, el único intendente que no quiso firmar la solicitada.
Sentados en el amplio salón del Instituto, y luego de haber saludado desde su balcón a los presentes que cortaron la calle Rodríguez Peña casi llegando a Rivadavia, Cristina les agradeció y realizó un par de comentarios puntuales sobre su indignación por lo que pasaba con la causa, que para ella está digitada para solo acusar a la banda de “los copitos” y evitar preguntar o indagar si hubo personas que los impulsaron a hacerlo ya sea por plata o incitación lisa y llana.
“No, no, de política electoral, nada. Sí dio algunos puntos de vista sobre lo que estaba viendo pero no mucho más”, comentó uno de los presentes. Entre los ausentes sobresalió Fernando Espinoza, tan atento a buscar fotos con referentes nacionales o el propio gobernador pero que, irónicamente, no se dejó ver por Comodoro Py o el Instituto Patria.
“Puede cagarle la semana a Axel poniéndose al lado de él pero ni se atreve a opacarla a Cristina. Le pidieron que no viniera y él cumplió. Eso lo enferma, lo enoja, pero sabe con quién pelearse y con quién no”, reconoció un importante dirigente matancero que permanece en la zona de influencia del matancero.
La gran diferencia entre el gobernador y la ex presidenta es que ella conduce y él no. Y mucho menos puede decirle a alguien como Espinoza que desista de sacarse una foto juntos, aunque el propio Kicillof o la mayoría de sus funcionarios eviten pisar por La Matanza. Ya había inconvenientes antes del escándalo y bochorno que provoca Alberto Fernández y su tóxica relación con Fabiola Yañez. Ahora todo lo relacionado con la violencia de género, para el kirchnerismo, pasa a ser un relato que quedó más dañado que cualquier otro proyectado desde ahí.
Sobre el ex presidente, su ex compañera de fórmula, que también fue el que lo eligió en absoluta soledad, contra el consejo, inclusive, de su propio hijo, ratificó todo lo que se conoce sobre su desazón y bronca pero, además, agregó otra preocupación, pero vinculado a "mi pobre Fabiola". Para Cristina, Mariana Gallego, la abogada que la patrocina, está propuesta por el macrismo. Si bien puede fallar en la elección de sus candidatos, pero siempre está bien rumbeada a la hora de ver detrás de escena.
Axel Kicillof y su vice Verónica Maggario compartieron la mesa junto con dirigentes que le han manifestado pública y privadamente su repudio por cierto proceso emancipatorio emprendido desde la gobernación bonaerense para con Máximo Kirchner y, por añadidura, su madre.
Teresa García, la presidenta del bloque de senadores con la que Magario discutió por haber permitido tratar el proyecto de ley por el cual se multiplican las indemnizaciones laborales en el ámbito provincial, algo de lo cual Kicillof está en contra, también estuvo hoy junto con Wado De Pedro, Martín Sabbatella y Mayra Mendoza, entre otros “camporistas”. También estuvieron los senadores nacionales de su mayor confianza e intendentes como Lucas Ghi, Mariel Fernández y Gustavo Menéndez, entre otros.
“Fijate que van a querer rearmar Unidad Ciudadana”, confió un eximio operador cercano a De Pedro. Si bien otros consultados negaron que se esté hablando ahora de esa posibilidad, uno de los presentes sí ratificó que “es una chance, un repliegue táctico” para juntar y demostrar que el sector camporista es el mayoritario. “¿Interna? ¿Qué interna?”, se reía la misma fuente.
La solicitada firmada por casi todos los intendentes es una muestra palpable que, a pesar que la luz de Cristina es cada vez más tenue, nadie se anima a dar el primer paso en búsqueda de una independencia que amplíe el espacio. De la mayoría de los presentes hoy en el Instituto casi quedó como un hecho que será ella la próxima candidata a diputada nacional bonaerense, armando detrás de sí todo tal cual lo determine su hijo Máximo. Por eso la importancia que tendrá, para el futuro inmediato, la orden de “alinearse”.
Este sector mayoritario del peronismo petrificará todo a su alrededor y pondrá límites muy pocos permeables a quienes intentan armar una tercera vía o un peronismo no kirchnerista. Es que Javier Milei, que puede alentarlos a esa propuesta, también está armando el neomenemismo no solo con los primos Menem, Eduardo y Martín, sino con Daniel Scioli, Guillermo Francos y los gobernadores del noroeste como Hugo Pasalacqua, Raúl Jalil, Gerardo Zamora, Gustavo Sanz y Osvaldo Jaldo, entre otros.
La pareja que está armando con Amalia “Yuyito” González es parte de ese entramado que también tiene muchísimo de estético. Patillas más pronunciadas y la misma amistad que tenía Carlos Menem, una de las tantas. Al igual que pasó con Fátima López, seguramente habrá otra presencia farandulezca alrededor de Milei.
La opción peronista, entonces, puede ser algo catastrófica. Las recetas y la estética del menemismo tardío de Javier Milei o el cada vez más chiquito pero pétreo poder de Cristina Fernández de Kirchner.