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El diputado que aterroriza a las automotrices y le da la espalda a Javier Milei

La tensión entre algunos gremios y el presidente va en aumento y hay dirigentes que encabezan esa embestida. Uno es el secretario adjunto del gremio Smata.
Manrique escuchó de espaldas el discurso de Javier Milei Foto: Noticias Argentinas
Manrique escuchó de espaldas el discurso de Javier Milei Foto: Noticias Argentinas

El diputado nacional de Unión por la Patria, Mario "Paco" Manrique, llamó la atención el viernes por escuchar el discurso del presidente Javier Milei sentado de espalda en su banca como gesto de rechazo al primer mandatario. Este legislador es uno de los más combativos contra el actual Gobierno y tuvo un papel importante durante la campaña en favor del candidato de su espacio Sergio Massa.

Se trata del secretario adjunto del gremio del Smata y segundo en la línea del poder del sindicato mecánico, detrás del el su titular, Ricardo Pignanelli.

Si bien encabezan la conducción del poderoso gremio, su estilo de conducción es bien diferente: Pignanelli es un hombre dialoguista y de buena relación con las automotrices, mientras que Manrique tiene un manejo duro que tiene en vilo a algunas terminales.

"Es muy difícil negociar con él, Tiene una posición extrema. No se lo puede tener en contra", contó en su momento un directivo del sector. Fue cuando Manrique había dicho que a los empresarios había que "prenderlos fuego".

Aseguran, en tanto, que las empresas no pueden tomar decisiones fabriles sin tener su consentimiento y todo lo que pasa en la planta debe tener su aprobación. Tal vez sea una exageración, pero el clima intimidante que genera el gremio puede dar espacio a cualquier especulación.

La convivencia entre los dos gremialistas no es la mejor y es posible que sea por eso que tiene un acuerdo de hecho de dividirse la injerencia de cada automotriz para no chocar.

Los casos más evidentes son los de Toyota, por un lado, y Ford y Volkswagen, por el otro. En la marca japonesa, el manejo sindical está bajo el poder de Pignanelli y su hijo Sergio. Las otras dos fábricas, radicadas en General Pacheco, quedan bajo la órbita del ahora legislador.

La semana pasada, MDZ publicó una nota en la que contaba que, pese a ya haberse realizado la elección presidencial, en la que perdió Massa, el Smata seguía de campaña.

Desde la asunción del actual Gobierno, el sindicato mecánico viene realizando una acción permanente contra las políticas oficiales. Se realizan asambleas permanentes en las que se cuestionan las medidas de la actual gestión y se alerta por las consecuencias que están teniendo para la industria.

Mario Manrique se muestra como uno de los más críticos con Javier Milei.

Esta estrategia está diseñada por el gremio, pero quienes conocen la interna sindical aseguran que el impulsor es el propio Manrique, que tiene a Cristina Fernández de Kirchner como su principal referente político.

En las últimas semanas se están multiplicando las reuniones informales y asambleas en todas las plantas convocadas por la dirigencia gremial con un duro discurso anti-Milei. El discurso que se baja a los operarios no se detiene en sutilezas. Explícitamente se alerta por la situación del sector y sus consecuencias, acusando a la política de la actual gestión como la causa de todos los problemas.

Se habla de suspensiones, despidos, caída de producción y hasta de medidas más drásticas. Por ejemplo, en una asamblea de hace menos de un mes en la planta de Volkswagen, en la localidad bonaerense de General Pacheco, uno de los delegados que responden a Mario "Paco" Manrique nombró a una automotriz competidora que dejaría el país por la situación del país. También se advierte que se generalizarán las suspensiones de personal, retiros voluntarios y despidos.

Incluso, en algunos casos, mencionaron medidas que tomaría alguna empresa que no eran ciertas y que obligó a directivos de la compañía a desmentirlo. El nombre de Javier Milei aparece permanentemente en cada arenga y se culpa a los operarios que lo votaron por ser responsables de esta situación.

Manrique le dio la espalda a Milei dentro del recinto.

"El clima es de mucha tensión. Los del gremio están sacados y no paran de bajar línea contra el Gobierno. Hay que manejarse con mucho cuidado, no hablar entre nosotros de política porque están buscando a los que no votamos por el peronismo. Nunca pasó algo tan fuerte", había comentado a MDZ un operario con más de 15 años en una automotriz de las más importantes.

Es cierto que la situación del sector se agravó en los últimos meses, pero los principales problemas no tienen que ver con medidas de este Gobierno. El único impacto negativo por la decisión del actual presidente tiene que ver con la suba de precios tras la devaluación que provocó una baja del mercado.

Si bien es importante, las automotrices tienen el negocio montado más con el objetivo de la exportación que con el mercado interno. El 70% de lo que se fabrica se vende en el exterior.

Una reducción de la demanda interna –que además estuvo más condicionada, hasta ahora, por la falta de oferta que por la escasez de compradores – no puede llevar a la crisis que el gremio describe.

Las dos principales causas del momento difícil para las industrias están vinculadas a medidas del gobierno anterior o a cuestiones externas.

Tras el regreso de las vacaciones cuatro terminales anunciaron que no volverían a producir por el problema del corte del abastecimiento de insumos importados por la de pagos de proveedores del exterior.

General Motors, Volkswagen, Renault y Nissan postergaron el reinicio de actividad. Las dos últimas retornaron, aunque lo hacen con paradas constantes por este problema.

Las dos primeras están sin actividad desde diciembre y regresan en marzo. Volkswagen lo hará en sólo un turno en lugar de los dos que funcionó el año pasado.

La deuda con el exterior, que supera los U$S 8.000 millones para todo el sector, se generó por la decisión de Sergio Massa que pedirle a las automotrices que se financiaran por su cuenta las importaciones de autos y piezas con la promesa que, en un plazo determinado, el Banco Central les liberaría los dólares para cancelar esos compromisos. El exministro no cumplió con lo pactado y dejó su gestión con ese millonario pasivo como herencia para el nuevo Gobierno.

El otro punto tiene que ver con la baja de las exportaciones por caída de mercados externos. Son varias las empresas afectadas, pero el caso más importante es el de Toyota – el principal fabricante y exportador – que reducirá la producción este año de las 180.000 unidades del 2023 a menos de 165.000 este año, como consecuencia de la baja de mercados como Chile y Colombia. Esto fue reconocido por el presidente de la automotriz, Gustavo Salinas.

También otras dos terminales están recortando producción por la marcada caída de las ventas en Brasil de los modelos que producen en la Argentina.

Durante la campaña electoral, el gremio de Smata jugó un papel importante a favor de Sergio Massa. Entre otras acciones, difundió un comunicado entre los trabajadores con un claro apoyo al candidato de Unión por la Patria, como informó MDZ en su momento.

La nota estaba firmada por el cuerpo de delegados y acompaña, en el final, la leyenda: "Sergio Massa- Presidente, Mario Manrique- Diputado nacional y Ricardo Pignanelli- Conducción". Manrique es el segundo en la línea de jerarquía de Pignanelli en el gremio.

La nota hacía una introducción en la que se proponía "una reflexión política-económica acerca del nuevo escenario electoral que se nos presenta".

"Queremos empezar por expresar nuestro apoyo siempre a un modelo sindical que resguarde la suma de derechos conquistados como clase trabajadora y promueve beneficios para todos y todas, frente a los  modelos de propuestas que lo único que buscan es arrebatar esas conquistas y su deseo volver a cero en materia de derechos", afirmaba.

"En este momento, nos enfrentamos a una serie de propuestas por parte de Javier Milei que amenaza (de manera aberrante) con debilitar el sistema sindical y poner en riesgo los logros que hemos alcanzado", continuaba.

"Una de las propuestas es la 'desregulación del mercado'. Si bien, es importante promover el debate y la discusión sobre las políticas públicas, debemos ser cuidadosos al considerar cambios radicales que podrían afectar negativamente a los trabajadores y sus familias", advierte.

"Por ello, debemos ser conscientes en cómo podría afectarnos como trabajadores si se eliminan regulaciones que protegen nuestros derechos laborales como el salario y la eliminación de los convenios colectivos de trabajo. Asimismo, la desregulación pone en peligro nuestra industria nacional frente a la competencia desenfrenada que podría afectar en nuestro trabajo", remarcaba.

Para finalizar, dejaba claro a quién había que votar: "Sergio Massa ha demostrado su compromiso en defensa de los derechos laborales y voluntad para trabajar en Unidad Nacional en colaboración con los sindicatos para encontrar soluciones que beneficien a todos y todas".