La "casta" mendocina se divide y Milei los amontona: qué gana y qué pierde Mendoza con el apoyo incondicional
Gran parte de la política mendocina apoya de manera incondicional a Javier Milei. Pero hay dudas sobre qué gana Mendoza con ese gesto. La herencia "tóxica" y la permanencia de la "casta" local.
Alfredo Cornejo y Omar De Marchi tienen una disputa que transciende lo político y fueron rivales en las elecciones provinciales más violentas que se recuerden. Pero ahora comparten la adhesión por Javier Milei y pechan para el mismo lado. Luis Petri intentó por varios lados llegar al poder: fue precandidato a gobernador dentro de Cambia Mendoza, fue candidato a vicepresidente dentro de Juntos por el Cambio y finalmente logró estar en primera línea, de la mano de su “ex rival” Javier Milei. El radicalismo mendocino tuvo una dura derrota en las elecciones nacionales, perdiendo con la Libertad Avanza y obteniendo apenas una banca en diputados. Y ahora se unieron “con los ganadores” para apoyar al propio Milei en el Congreso, incluso en la Cámara de Senadores.
La realidad política local tiene idas y vueltas complejas. Los dirigentes se pelean en disputas vernáculas, pero Javier Milei los amontona en Buenos Aires bajo su ala y con un apoyo que parece incondicional. A cambio quedan las dudas sobre el impacto real que tendrá esa incondicionalidad hacia Mendoza, como ya ocurrió con otras épocas de oficialismos espasmódicos. Salvo Rodolfo Suarez con Alberto Fernández, los gobernadores locales siempre han sido “filo oficialistas”. El contexto político nacional, igual, es más complejo. La UCR mantiene su impronta de "federación de partidos" provinciales, concepto que quedó claro con la pelea con el presidente testimonial Martín Lousteau.
Si algo ocurre en Mendoza que contradice la filosofía del Presidente es que la endogamia entre la política sigue como tendencia. Lo que cambian son las direcciones de pensamientos, no los dirigentes. Por eso Cornejo, De Marchi y Suarez, por ejemplo, sostienen la centralidad desde hace más de una década, con virajes sorprendentes en su pertenencia; pero con el poder entre las manos.
Milei y su forma de llegar al poder rompió con los esquemas y dejó mareados a los políticos tradicionales y hasta las mismas estructuras crujen. En Mendoza, por ejemplo, la única certeza es que el kirchnerismo es opositor al Gobierno nacional y sus políticas. Eso es tan cierto como que ese sector tiene escasas chances de gobernar. El resto, se mueve entre la adhesión y el temor a “manifestarse en contra” porque Mendoza es algo así como la capital libertaria por el fuerte apoyo que tiene el Presidente en las encuestas.
Cornejo tiene un desafío difícil si se guía por el cambiante y contradictorio humor social. Las encuestas dicen que los mendocinos apoyan fuertemente a Milei, pero le piden a Cornejo que priorice la defensa de la provincia aún contra el Presidente. Por ahora el Gobernador respalda enfáticamente al libertario y la duda es cuál es el fin y el resultado para la provincia. El contexto es inevitable: los datos de desempleo, inflación, vacío económico no son, explican, resultado de un mes de gestión, sino de una inercia tóxica que conducía a un abismo. Milei, explican los más críticos, aceleró los problemas productivos sin miramientos sobre las consecuencias.
Por ahora llegan solo malas noticias. El recorte de recursos nacionales es histórico: gran parte del ajuste que encaró el gobierno nacional recayó sobre las provincias, sin sustitución de responsabilidades. Se cortaron las obras públicas y en Mendoza los trabajos que se realizaban comienzan a acumularse como escombros. En la ruta 40 a San Juan, en la Ruta 40 en el Valle de Uco, en la Variante Palmira, en el Túnel Caracoles y la lista sigue. Además, con la política restrictiva la actividad económica se derrumbó y con ello la dinámica del sector privado también. La idea de que si la Argentina crece Mendoza crece más, tiene su correlato por la negativa. Si Argentina cae, Mendoza cae más y se nota. Milei no hace distinción y desprecia a todos los gobiernos provinciales por igual. Sus funcionarios no siguen la misma línea y tratan de equilibrar. Es lo que hace Guillermo Francos, entre otros. La otra verdad sobre Mendoza: la provincia mantiene una alta dependencia de la Nación, a diferencia de otras que lograron mayor dinamismo, como Córdoba.
En picada
La decadencia de la economía local se arrastra desde hace dos décadas. Incluso, por ejemplo, Mendoza perdió un puesto en el ranking de “riqueza”, de volumen de su economía. Neuquén superó a Mendoza en participación dentro del PBI, pues su producto bruto es superior (así lo informó la Bolsa de Comercio de Rosario, que mide el volumen de las economías provinciales). Claro, con una matriz de distribución distinta y una alta dependencia de una sola actividad, pero con mayor riqueza en definitiva.
El oficialismo local le dará los votos a Milei en la Cámara de Diputados para apoyar el DNU y la nueva ley “Bases”. Comparten la filosofía del equilibrio fiscal y el cambio de época para modernizar las leyes laborales, promocionar la actividad privada y simplificar gestiones. Obvian en el radicalismo los temas que los incomodan, como el desprecio a las políticas sociales, el negacionismo, el desprecio a le educación pública y otro temas que contradicen hasta los postulados fundacionales de esa fuerza política. Pragmáticos, consideran que Argentina y Mendoza transitan por una cornisa que obliga a mirar con anteojeras; solo para adelante y obviando parte de lo que ocurre.
La base del apoyo a las políticas de Milei está en que creen que así se generarían condiciones “estables, sensatas y modernas” para mejorar la macroeconomía. Si eso ocurre, entienden, la Provincia tiene las condiciones dadas para mejorar porque tiene un sector privado dinámico, diversificado y emprendedor. Por eso, la idea de Cornejo es prepara el terreno, “fertilizar” el Estado y la provincia para generar condiciones óptimas.
El problema es quién y cómo llegarán a ese momento, pues el impacto de la recesión se siente en todas las actividades. Incluso el turismo, que fue uno de los sectores que se había sostenido, cayó. Ni en Vendimia se llenó la plaza mendocina y ahora el turismo extranjero comenzó a retraerse. Como ya informó MDZ, la caída en las exportaciones de vinos es uno de los síntomas del deterioro, pues la industria madre de Mendoza es la bandera del auge o decadencia de la provincia. “Estamos quebrados”, grafican internamente los referentes al hablar de la caída de las ventas, el aumento de los costos y la crisis.
El impacto en la vida cotidiana será más duro en los próximos meses. El deterioro de los ingresos se cruza con el aumento del costo de vida por los servicios, por ejemplo. En Mendoza el impacto de la suba de la electricidad y el agua es fuerte y se viene la suba del transporte, uno de los ítems más sensibles. Si sigue vigente el DNU.
A mediano plazo esperan que haya un repunte en la actividad económica, si el Gobierno logra bajar la inflación y robustecer la macroeconomía. La ley “Bases” incluye una fuerte promoción de las grandes inversiones, generando condiciones extraordinarias como la estabilidad legal, fiscal y disponibilidad de divisas. El problema para Mendoza es si estará en el mapa de esas inversiones o si sufrirá un efecto “promoción industrial” al derivar toda la atención hacia otros distritos que podrían ser destino de esas grandes inversiones. La duda es si la Provincia está en condiciones de absorberlas por disponibilidad de recursos, oportunidades e infraestructura.