La hoja de ruta de Javier Milei para consolidar el voto duro y ganar en el 2025
A pesar del contundente rechazo al DNU en el Senado, Javier Milei sigue insistiendo que el rumbo de su gestión no depende del Congreso y se aferra cada vez más fuerte a las elecciones del año próximo.
Pese a que resta una eternidad en base a los tiempos en la Argentina, la segunda derrota parlamentaria de la administración libertaria en menos de 100 días empuja al presidente Javier Milei a aferrarse cada vez más fuerte al hipotético escenario de un triunfo en las elecciones legislativas del año próximo. Quienes conversan habitualmente con el jefe de Estado confiesan que no lo ven preocupado por consumir la mitad de su mandato sin herramientas de gobernabilidad porque cree que en el '25 va a tener la revancha personal contra sus enemigos.
La mayoría de los políticos alineados con La Libertad Avanza y los empresarios que “la ven” se han mostrado en las últimas horas muy preocupados por el rechazo que sufrió el DNU en el Congreso, pero el jefe de Estado vuelve a aplicar, al igual que luego del revés de la Ley de Bases, el principio de revelación: cree que son derrotas que tienen efectos de triunfos para su gestión de Gobierno. Ese criterio es aplicado en la teoría de los juegos, una herramienta que fascina a Milei y, pese a ser utilizada inicialmente en matemáticas y economía, se ha ido extendiendo al mundo de la estrategia militar y a la política. Permite comprender las conductas humanas en base a la toma decisiones.
Conceptos que incorpora a la actividad política a contramano de la dirigencia tradicional que aún sigue desorientada por el estilo disruptivo del jefe de LLA. Más allá de la eficiencia o no de esas teorías, el oficialismo sigue exhibiendo serios problemas de praxis política para desarrollar un músculo que le asegure gobernabilidad. Pero el estratega presidencial, Santiago Caputo, cree - al igual que su jefe - que lo primordial no pasa por lograr consensos con la casta, sino más bien seguir fidelizando a su base electoral. “El 30% es nuestro núcleo duro y logramos incorporar a una porción respetable del electorado del PRO”, repite como mantra.
Números más, números menos: el joven Caputo asegura que Milei retiene el apoyo del 50% de la sociedad y que el piso está en el 45%. “De no mediar un cisne negro, no hay razones para temer una baja adicional, ya que la mayoría de ese segmento no tiene adonde ir, más aún si lo proyectamos en intención de voto”, aseguran fuentes oficiales. Evidentemente, el norte de la Casa Rosada apunta a los comicios legislativos del año próximo con el impulso que le está dando el jefe de Estado a José Luís Espert, reciente adquisición del espacio libertario.
Luego de años de distanciamientos y duros intercambios públicos y privados, Milei y el presidente de la Comisión de Presupuesto de Diputados se han reconciliado con mucha rapidez y una intensidad fuera de lo común. El León le perdonó el pecado mortal de haberse aliado el año pasado con el odiado Horacio Rodríguez Larreta, generosidad que no tuvo con Ricardo López Murphy a pesar de que su coalición con el exmandatario porteño fue para las legislativas de 2021. Voceros oficiales anticipan que “el Profe”, como lo suele llamarle el presidente, empieza a erigirse en la figura política fuera de la Casa Rosada que mejor defiende y representa al modelo libertario y la batalla cultural.
Todo indica que Espert se encamina a encabezar la lista de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires para ser el protagonista de la madre de todas las batallas en los comicios de medio término. Milei, su hermana Karina y Caputo creen que el diputado que debe renovar su banca reúne todos los requisitos para ser la cara visible del oficialismo en el principal distrito del país. Es disruptivo como el jefe del Poder Ejecutivo y es un hábil polemista con capacidad probada en los debates. Algunos más entusiastas hasta se animan a pronosticar que puede ser el heredero si el presidente llegara a analizar no presentarse a su reelección en 2027.
De todas maneras, en la Casa Rosada saben que Milei será la figura central para nacionalizar la campaña a lo largo y a lo ancho del territorio nacional. “Vamos a ir a un escenario similar al del balotaje, Javier o la casta, más fácil imposible”, sostienen con enorme optimismo porque pronostican una merma electoral de las terceras fuerzas nacionales o provinciales. En estos análisis no abundan referencias a la volatilidad del humor social frente a una economía que agobia a la mayoría de los argentinos.
La famosa intriga frente a la paciencia de la opinión pública por la dureza del ajuste es un ingrediente que Caputo y sus socios no suelen tener muy en cuenta. El sobrino del ministro de Economía trabaja junto a los consultores Rodrigo Lugones, Dereck Hampton y Guillermo Garat desde que dependían profesionalmente de Jaime Duran Barba. Cuentan que Lugones es el de mayor lucidez y lleva la voz cantante dentro del grupo a pesar de tener residencia en Madrid.
“Cuando hablás con ellos los ves tan entusiastas que te confunden, no sabés si ellos tienen la justa o están intoxicados por el propio microclima que generan”, explica en privado un encuestador que tiene diálogo con el clan Caputo. “No le dan tanta importancia a la economía real, el peso del ajuste en las jubilaciones, el aumento de las prepagas o el tarifazo que se viene”, agrega.
En base a las categorías con que se solía tomar el pulso a la calle, aparecen más luces rojas que verdes, pero este experimento libertario parece tener otro tipo de inserción en la sociedad. “La lógica indica que tarde o temprano van a chocar con un contexto social áspero por la falta de anestésicos, pero no hay que subestimarlos: saben leer muy bien el escenario inédito y en la vereda de enfrente no hay nadie”, asegura un dirigente del PRO que quiere subirse al barco libertario.