Milei reinventó su estrategia y se llevó del Congreso lo que fue a buscar
El kirchnerismo quedó desactivado en el recinto. Javier Milei relanzó su Gobierno y lanzó el llamado a un pacto fundacional. Estrategia impecable para recargar crédito político.
No hubo un solo abucheo. Javier Milei dio su mensaje ante la Asamblea Legislativa en medio de un ambiente festivo con aplausos que lo interrumpieron ante cada crítica a la dura herencia recibida del Gobierno anterior y ante cada medida que anunció. Los palcos estallaron en aplausos y cánticos con una escenografía propia de un presidente con mayoría absoluta en los recintos y no un mandatario que solo cuenta con 38 votos en Diputados.
Algo pasó entre el Milei que avanzó con la ley ómnibus y el DNU de desregulación sin tener una estrategia de acción y este presidente que no cometió errores en su visita al Congreso. De alguna forma Milei está aprendiendo y parece haberse decidido a relanzar su Gobierno manteniendo toda la agenda de reformas y ajustes durísimos que lanzó en la campaña, pero con una oferta de negociación que hasta ahora no había mostrado.
El presidente logró lo que quería. Ingresó al Congreso abrazado por la política y mantuvo a la oposición casi en absoluto silencio. Tuvo guiños y críticas hacia sus circunstanciales aliados del ex Juntos por el Cambio y los sumó a los aplausos y felicitaciones; inclusive a quienes lo habían abandonado en la votación de la ley ómnibus.
La descripción de la herencia recibida fue brutalmente dura. Aprendió Milei de los errores de Mauricio Macri que prefirió tibieza en el principio de su mandato a la hora de explicarle a los argentinos la dura carga que había heredado con los desastres económicos que le dejó Cristina Fernández de Kirchner. La historia se lo facturó y muy mal al punto que hoy algunos dudan sobre el verdadero estado en que la expresidente dejó la economía argentina en el 2015.
Milei no cometió ese error inicial de Cambiemos y fue directo al hueso. Sin importarle que en las bancas estaban sentados los mismos que no le quisieron votar la ley ómnibus y los que ahora están juntando votos para rechazarle el DNU.
Por primera vez apareció un Javier Milei que detiene su furia y pone por delante una estrategia reconocible y en el medio describe sin anestesia el estado de destrucción en el que el kirchnerismo dejó a la sociedad argentina. Y no hubo un solo abucheo o cuestionamiento en el recinto por parte de la mayoría K que escuchaba desde las bancas. Impensado hace unas horas, pero con la clara evidencia de un presidente está decidido a relanzar su Gobierno e inclusive reconocer errores.
Está claro que Martín Menem y Victoria Villarruel hicieron un trabajo impecable a la hora de organizar invitaciones y palcos. Hubo presencias de todo tipo, desde Betina Bulgueroni hasta la familia Menem en pleno con Zulemita a la cabeza.
Y mientras el recinto se venía debajo en aplausos Milei describía la “extorsión” de Roberto Baradel “y sus amigos” a la educación argentina, prometía el cierre de la agencia Télam o describía la cifra récord tanto de indigencia como de distribución de asistencia social, inútil obviamente para apagar el incendio social que vive la Argentina de los últimos años.
Milei sabe que el anuncio del 27,4% de actualización en marzo de las jubilaciones tuvo un impacto negativo claro. Con ese número la perdida de poder adquisitivo de las jubilaciones llega al 33% anual. Intolerable para cualquiera. Ese fue el primer bache importante que sufrió en la relación directa que entabló con buena parte de sus votantes durante la campaña. En el Gobierno había una conciencia clara sobre la necesidad de sumar algún anuncio que mantuviera ese idilio y apareció en el mensaje con la promesa de modificar formula de actualización de manera urgente para que los jubilados no sean víctimas de los desaguisados de la política.
No hubo reacciones en las bancas ni siquiera cuando denunció la “farsa del mercado te cuida” o la durísima crítica a la política que siguió Alberto Fernández durante la pandemia. El silencio del kirchnerismo fue conmovedor.
El cierre vino con un anuncio que si era esperado por el mundo de la política y la economía pero aunque sin intuir su contenido. Milei decidió relanzar su Gobierno y enderezar estrategias con un recurso que eligieron otros presidentes, empezando por Raúl Alfonsín: un pacto nacional que reúna consensos en base a una lista de políticas de Estado; una suerte de base de negociación con todas las provincias que intentará despejar el camino de los fracasos que tuvo hasta ahora para avanzar legalmente con sus reformas.
Y para hacerlo eligió una provincia que lo abrazó en la elección, pero lo abandonó en la votación de la ley ómnibus. Desde ahora el Gobierno funcionará con el objetivo del Pacto de Mayo, En un documento con estilo y tipografía fundacional histórica, que bien podría remitir al acta de la independencia, convocó a toda la clase un pacto de 10 políticas de Estado con el que la mayoría política no podrá disentir. Y lo hizo reseteando su imagen dura con un aire de moderación republicana casi nunca visto antes en Milei.
La mera fecha en la que convocó al encuentro en Córdoba le da aire a Milei para seguir enderezando el rumbo en tren de lograr que la economía empiece a mostrar algún signo de vida. Muchos economistas comenzaron a poner alertas sobre la situación del país para abril. Ese horizonte ahora se corre. Los libertarios saben que el ajuste es imprescindible para poder sentar las bases de un equilibrio fiscal que active la confianza del mundo hacia la Argentina, pero para lograrlo necesitan que el cuerpo social este con vida y tenga resto para esperar las buenas noticias que aún no llegan.
Ese es el desafío mayor de un presidente que decidió resetear su mandato. Por lo pronto Milei logró recargar crédito político. El presidente que entró al Congreso no es el mismo que el que salió. Pocos hubieran pensado una puesta tan prolija y acabada como la que mostró la Libertad Avanza con todo su preocupante amateurismo político.