El ineludible dato que Milei prefiere no recordar en su pelea contra "las ratas de la casta"

Javier Milei está que trina contra “la casta” y denomina “nido de ratas” a la Cámara de Diputados de la Nación, representantes de uno de los tres poderes en los que se divide el sistema republicano argentino. Los otros son el Judicial y el Ejecutivo, que conduce el presidente de la Nación.

El lunes, en Corrientes, explicó que el mundo está contra él y lo relacionó “por la lógica del sistema de elecciones, todavía no tenga la representación en ese nido de ratas que es la Cámara de Diputados y el Congreso de la Nación”.

Por supuesto, esto lo puede decir en un marco donde las repreguntas están impugnadas o el público presente opina lo mismo que él. Es cierto que la gente que lo votó en agosto, octubre y noviembre de 2023 lo hizo porque descreía de todos los que venían proponiendo soluciones que profundizaban la decadencia, pero de ahí a enajenar a quienes pusieron el cuerpo por sus ideas o fueron elegidos tan democráticamente como él, por lo menos, lo emparenta a la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Ella pretendía dos cosas. Reformar los parámetros de la República nacida en los albores de la Toma de la Bastilla y que precedían de los sistemas romanos, la expresidenta de la Nación siempre invocaba como autores de todos los males a la Justicia, y para eso hizo del lawfare un elemento de campaña. Una contra la Justicia, el otro contra el Congreso, pero ambos pretenden que uno de los poderes institucionales y que remarcan la división de poderes no funcionen, salvo que lo hagan como ellos lo necesitan.

¿Es culpa de la oposición qué Milei haya delegado el armado territorial a los amigos y aliados de Unión por la Patria para las listas que competirían en primera vuelta? ¿Es responsabilidad de la oposición que no haya presentado listas en algunas provincias para la competencia legislativa? No. Estaba claro que lo que estaba haciendo era una “apuesta ciega” e irresponsable, porque si ganaba, era claro que esto le iba a pasar. Que necesitaría más consensos de los que su personalidad le permite.

Santiago Del Estero, Santa Cruz y La Pampa fueron algunas de las provincias donde no hubo precandidatos libertarios para el Congreso de la Nación. Y en la Provincia de Buenos Aires, su propia candidata a gobernadora, Carolina Píparo, fue desterrada de su tropa política antes de asumir la Presidencia de la Nación cuando no le reconocieron los pactos preexistentes.

Ella ya armó su bloque propio y en el territorio bonaerense los legisladores que ingresaron por Milei ya armaron bloques propios, alejados del anarco libertario y en consonancia con los anhelos políticos de Axel Kicillof, a quien acompañan en la mayoría de las votaciones.

La relación con José Luis Espert es todo un síntoma de su siempre tensa relación con los otros, inclusive con aquellos que quieren llegar al mismo lugar que él. Ricardo López Murphy, el exministro que intentó un mega e imprescindible ajuste en el gobierno de la Alianza y nadie lo defendió. Sin embargo, ahora López Murphy “trabaja para un social demócrata”. Espert fue el primer candidato a senador de Horacio Rodríguez Larreta, pero como ahora es su nuevo viejo amigo, esa descalificación desapareció.

“Los políticos no son ángeles sino soretes”, descalificó. Muy austríaco, Milei no leyó nada de filosofía y menos a Aristóteles. Pólis es su raíz y significa Ciudad, y en los términos acuñados en aquel momento, se relacionaba con todas las actividades sociales, culturales, e intereses que conviven en un territorio determinado. Por su respeto al kirchnerismo, el anarcocapitalista tampoco tendría que sonrojarse por como era denominada en la antigua comunidad helénica. Politká.