Editorial

Un Gobierno sin interlocutores y con crisis interna para capear una tormenta perfecta

Javier Milei reemplazó a Guillermo Francos en la reunión de legisladores y la conversación con su vice está rota desde antes de asumir en el Senado. El factor económico y el descanso de Sturzenegger.

Redacción MDZ
Redacción MDZ miércoles, 3 de enero de 2024 · 21:02 hs
Un Gobierno sin interlocutores y con crisis interna para capear una tormenta perfecta
Tensión. Gabinete en crisis. Foto: Presidencia

Javier Milei no descansa, trabaja sin apusa y achica la mesa de su circle of trust, donde los que participan son fusibles y todos se pueden remover por un mal entendimiento, una diferencia de criterio o sin explicación alguna. Le pasó a Carolina Píparo, Florencio Randazzo, incluso a Eduardo Roust y prefirió ni meterse en la política de medios, y también al inexperto Iñaqui Gutiérrez, quien por un retuit marcó el final de sus dos años de fidelidad al presidente. Es un Gobierno casi unipersonal, una anomalía de dueto en la sumatoria de los hermanos que impulsan transformaciones de fondo con profundidad oceánica y una endogamia refractaria que pone en jaque incluso su propio plan. 

Federico Sturzenegger veranea unos días cortos en Villa La Angostura, logró dejar la ciudad tras un fin de año intenso que lo tuvo en el traspaso directo del plan de gobierno de Patricia Bullrich, aggiornado con cambio de carátula para la primera gestión liberal de la historia con Javier Milei en Casa Rosada. Esperó la no disparada del dólar libre y el cambio de tasas del Banco Central para irse a descansar. La economía y la transformación del Estado dependerán entonces del regreso del autor del compendio de cambios que por ahora, no verán la luz en el Congreso. Y es apenas una parte de las internas que conviven en Olivos hoy. 

Equipo. Guillermo Francos, junto a Victoria Villarruel.

El Gobierno no quiere abrir el diálogo con la oposición para aprobar el DNU y la ley ómnibus, pero tampoco le sale fácil lograr que puertas adentro, donde el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, también coopera para la falta de charla con el ministro del Interior, al compás de los cortocircuitos que eso genera en la labor parlamentaria. Es apenas el comienzo a menos de un mes y ya hablan de salidas y llegadas al gabinete. La foto de Milei con los diputados en Casa Rosada sin Francos fue fuerte en términos simbólicos, a pesar de que desde el Gobierno aseguran que se coordinó a las 21 horas de la noche anterior y no llegó al encuentro el ministro coordinador de Interior.

Guillermo Francos abrió el capítulo del consenso. Intentó desde el día cero impulsar acuerdos que le permitan dotar de gobernabilidad a la gestión más raquítica en términos de territorialidad, donde no existe un intendente ni un gobernador que milite la causa liberal con antelación al diez de diciembre pasado. Su injerencia se ve recortada por el propio Javier Milei y por Martin Menem, el hombre de La Rioja que con nula participación en política nacional saltó directo a la presidencia de la compleja cámara de Diputados, donde su suerte estará única y por siempre atada a lo que teja Eduardo "Lule" Menem. 

Presidente. Martin Menem, en Diputados.

Son primos que como rémora al tiburón, Martín no podrá soltar si quiere sobrevida en el ecosistema que recibirá toda la hostilidad propia de las crisis económicas y los consecuentes proyectos de ley de cada provincia que busca tajada, obras, presupuesto o algo que les permita llevar esperanza a sus lugares de pertenencia. Lule Menem tiene una interna abierta con Guillermo Francos y la sabe manejar. Fue mano derecha de Eduardo Menem durante veinte años en el Senado y trabajó junto a el gobernador Eduardo "Didi" Maza, quien terminó con la provincia incendiada en lo que fue el bautismo del actual gobernador, Ricardo Quintela.

 

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