Presidente Milei: las redes sociales no son la realidad
Pasaron cuarenta días de gestión la presidencia de Javier Milei y analizamos su corta carrera política, desde sus inicios en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Existe un consenso bastante generalizado entre periodistas, académicos y profesionales de la comunicación de ver a Javier Milei como un fenómeno emergente de las redes sociales y las señales de tv. Si analizamos su joven carrera política parece ser así: en 2021 fundó un partido, fue electo diputado nacional y luego, dos años más tarde, se quedó con la Presidencia tras vencer al candidato oficialista 56% a 44%.
No importó su nula experiencia en la gestión pública, su inexistente armado territorial (su partido no gobierna ninguna de las 24 jurisdicciones del país) y su discurso irreverente respecto del Papa Francisco o los dos principales socios comerciales de Argentina: China y Brasil. O, quizás, triunfó justamente por todo eso: porque representaba lo nuevo, lo disruptivo y sus arrebatos verbales eran la encarnación del sentimiento de parte de una sociedad con síntomas de hastío de los dos grandes espacios políticos que gobernaron el país sin éxito durante la última década.
Sin embargo, lo que lo entronó en la Presidencia de la Nación no es, necesariamente, lo que se necesite para afrontar su gestión. Antes del 10 de diciembre era común verlo muy activo en redes sociales, sobre todo en twitter donde, según distintas entrevistas la cuenta la maneja él mismo, incluso hasta el día de hoy. De acuerdo a datos hasta el 31/12/23 de la web socialblade.com, Javier Milei pasó de tener 130 mil seguidores en febrero de 2019 a más de 2,3 millones.
En ese plazo de casi 5 años Javier Milei publicó más de 151 mil tweets. Es decir, publicó más de 80 tweets por día (promedio) durante más de 1800 días consecutivos. Datos que podrían ser acordes para un influencer o alguien que vive de su imagen, pero no concuerdan con la investidura presidencial tradicional. ¿Por qué la cuenta oficial del Presidente tiene que estar posteando imágenes creadas por IA de un león destruyendo objetos con la bandera soviética o resaltando que su exposición en Davos cosechó equis miles de visualizaciones en Youtube mientras el dólar blue y el contado con liqui aumentan más de 20% y la brecha cambiaria trepa por arriba del 50%? En las semanas previas al balotaje sucedió algo similar cuando, tras dar la noticia de su alianza con Macri y la fórmula Bullrich- Petri,
Milei se jactó en tv. ¡Mirá el video!
De que el posteo del abrazo del pato y el león (creado por IA) habían tenido “más de 250 mil likes” en Twitter y “más de 16 millones de impresiones” y agregaba que “solo en mi cuenta de Instagram, el posteo tiene un millón de likes, ey”. Un periodista del panel le advirtió entonces que esos datos no eran votos.
Algo similar valdría decirle ahora: la campaña terminó y los argentinos juzgaremos su mandato no por los likes que obtenga en Instagram ni por los retweets que le den los megamillonarios del planeta sino por si logra que nuestros compatriotas vivan hoy mejor que ayer.
* Martín Sosa, consultor político.