Patricia Bullrich se mete en el escándalo de la Legislatura bonaerense con dos de sus alfiles
Los dirigentes alineados con la candidata de JxC Javier Iguacel y Ricardo López Murphy denunciaron a los camaristas que desistieron de investigar el escandaloso caso por el cual una persona retiraba dinero con 48 tarjetas de débito para la Cámara de Diputados bonaerense.
Al por sí escandaloso probable latrocinio realizado por la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires por la utilización de un centenar de tarjetas débito por parte de una sola persona que retiraba lo que estaba depositado en esas cuentas, se suma ahora el pedido de dirigentes externos a "La Casa" que reclaman, además de una exhaustiva investigación, la sanción para los camaristas Juan Alberto Benavides y Alejandro Gustavo Villordo por haber votado en favor de volver a fojas 0 todo lo actuado hasta el momento.
Mientras el fiscal general de la Provincia de Buenos Aires, Héctor Vogliolo, recopila elementos para defender la postura de la instructora inicial del caso, Betina Lacki, quien pidió la detención de Jorge “Chocolate” Rigau porque fue encontrado infraganti retirando dinero de los cajeros automáticos ubicados en pleno centro platense para luego ser distribuidos entre diferentes bloques, se supone, de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.
Si bien Rigau milita en el Frente Renovador platense desde hace años y es conocida su relación con Claudio y Facundo Albini, dirigentes históricamente vinculados con el massismo, la negativa de hacer declaraciones de los diputados provinciales consultados por MDZ recrudece la sospecha que en este lugar “nadie se realizaba en soledad”.
Ricardo Hipólito López Murphy, Javier Iguacel y María Eugenia Talerico, diputado nacional, intendente de Capitán Sarmiento y candidata a senadora provincial, respectivamente, todos de extrema confianza de Patricia Bullrich, también pidieron el juicio político contra los dos camaristas que liberaron y decidieron que todo lo actuado anteriormente fue nulo por cuestiones procesales.
En aquel fallo, el más explicativo y extenso de los argumentos presentados fue firmado por Fernando Mateos, el único camarista que pidió no solo que Rigau siguiera detenido sino que también pidió que la causa no fuera al archivo y alertó que si eso pasaba iba a ser un escándalo social.
Más allá de las responsabilidades de los solicitantes de las tarjetas por parte de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, lo escandaloso del tema es que dirigentes ajenos a la actividad de "La Casa" tengan que pedir lo obvio. Ningún legislador, ni peronista, radical, del PRO o liberal se preguntó públicamente por el tema.
En privado nadie quiere hablar. Algunos se ríen y dicen que no tienen nada que ver, que siempre se sintieron legisladores “de segunda” pero que eso no les pesaba porque nunca quisieron participar de este esquema de distribución de sobresueldos clandestinos.
Ahora el silencio tiene otras razones. Al tener la obligación de pasar todo por una serie de firmas cruzadas para aprobar contrataciones y servicios, en la que intervienen toda la conducción de la Cámara, y en la que hay dirigentes de todas las fuerzas, es muy difícil que algunos de ellos declare contra sí mismo. Además del presidente, Federico Otermín, también deben intervenir los vices Adrián Urelli, del PRO, y Carlos "Cuto" Moreno, kirchnerista de primera hora.
Otros, que también saben y tienen manejo, le piden a los periodistas que si los invitan a los programas no le pregunten por el escándalo. Se ponen como locos si alguien levanta alguna sospecha en su contra, exponen información confidencial, pero cuando se les pide que sea en ON, con la utilización de su nombre y apellido, todo vuelve a ser ultra secreto.
“Ya se enteró todo el mundo”, le explica este periodista de MDZ a dos legisladores de Juntos por el Cambio, un radical y otro del PRO que hacen como que no entienden de lo que se está hablando. ¿Por qué sospecharían de ellos? Simplemente porque se quedan en silencio. Lo mismo sucedió con uno de los participantes del bloque de La Libertad Avanza de Javier Milei. Todos con comportamiento de "casta".
Este sistema lo inició, dicen los más memoriosos, el expresidente de la Cámara Horacio González, quien bautizó a la Legislatura bonaerense, en la que también está el Senado, como “la campana de madera”, porque “por más que le pegues y le pegues, no suena nunca”.
La anterior denuncia pública contra la cámara baja bonaerense había sido realizada hace casi un cuarto de siglo por Graciela Fernández Meijide quien, en plena campaña por la gobernación en la que enfrentó a Carlos Ruckauf, calificó a "La Casa" como la "cajita feliz" de "la diputadora", en ese entonces presidida por el frepasista Alejandro Mosquera.