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Mendoza "se empequeñece" y pierde relevancia en una industria clave

La industria petrolera es uno de los puntales de la producción en Mendoza. Pero en las últimas dos décadas perdió peso. Se diluyen las perspectivas de extracción de petróleo, pero habrá más inversión en la producción de combustibles con el petróleo de neuquino y para fabricar gasoil de alta calidad.
Rodolfo Suarez sube a una torre de perforación de Vaca Muerta. Pero no es en Mendoza, sino en Neuquén. Foto: YPF
Rodolfo Suarez sube a una torre de perforación de Vaca Muerta. Pero no es en Mendoza, sino en Neuquén. Foto: YPF

“Nos sobra el petróleo y el gas”, decía Ernesto López Anadón sobre el escenario, como quien ostenta una riqueza casi infinita. Más allá de la exageración, algunos datos de la industria que se presentaron en la XIV Argentina Oil & Gas que se realiza en Buenos Aires marcan un crecimiento y un horizonte cercano promisorio para esa actividad, aunque altamente dependiente de la política por la estabilidad, la posibilidad de traer y “sacar” divisas y los planes de exploración.

Más valor agregado a Vaca Muerta, el aprovechamiento de Palermo aik (otra zona de reservas no convencionales ubicadas a 3 mil metros bajo la superficie, en Santa Cruz), la explotación del petróleo offshore. Planes de crecimiento en medio de la transición energética que demuestran que Mendoza se achica; que cada vez es menos relevante en una industria que supo ser fuente de riqueza. “Mendoza es cada vez más una provincia con petróleo, en vez de una provincia petrolera”, repiten.

Hoy, Mendoza produce menos de un quinto de lo que extrae Neuquén. La diferencia es, justamente, el petróleo y el gas no convencionales de Vaca Muerta. También extrae menos de la mitad que Chubut y sigue debajo de Santa Cruz. Los recursos aprovechados hoy son producto de las inversiones realizadas hace al menos un quinquenio. Lo que Mendoza no produce es, también, culpa del agotamiento de la cuenca Cuyana, pero también “gracias” a la pereza, la falta de gestión y de atracción de inversiones de las últimas dos décadas. Lo que no se invierta en exploración, no se va a cosechar en explotación una generación más adelante.

En ese contexto, Mendoza se empequeñece productivamente. La secretaria de Energía Flavia Royón apenas nombró por compromiso la intención testimonial de impulsar la actividad en áreas marginales como las que tiene Mendoza. Antes, redundó en tres ejes: el petróleo no convencional, la explotación en el mar y, casi hasta el hartazgo, la mención a Sergio Massa como padrino de cualquier anuncio. 

Decadencia y esperanza

La decadencia de Mendoza en la industria petrolera es relevante desde el punto de vista político. Los tres principales candidatos a gobernador han puesto a la explotación de hidrocarburos como base de su plan productivo, pero sin explicar que es mucho más una expresión de deseo que una posibilidad cierta. O tienen falta de información o hay dolo detrás. Ignorancia o, peor, mentira. Desde el punto de vista recaudatorio suele mostrarse cómo cayeron los ingresos por regalías, pero el golpe es mayor desde el punto de vista productivo.

Tampoco es relevante Mendoza en el paso que dan algunas provincias en la “transición energética”. Si la explotación del petróleo no convencional es el “pan de hoy “ (con una proyección de 30 años de alta producción), el aprovechamiento de energías limpias como la solar es el paso en medio de la transición energética. Mendoza es junior también en esa industria, al lado de otras provincias como San Juan. Los parques solares de Tocota, Ullum y otros, ya tienen inversiones aseguradas que multiplican por mucho las promesas de dólares para explorar Vaca Muerta en Mendoza. Y tienen, por ejemplo, contratos cerrados por bonos verdes con compañías globales como Toyota.

Vaca Muerta, Palermo aike (la otra roca madre que genera esperanza), el plan Fénix en Tierra del Fuego, el programa Argerich para explotar la plataforma submarina a 300km de Mar del Plata

La inercia productiva de la provincia, sin embargo, va a arrastrar datos positivos. Uno de ellos es que la refinería de Luján de Cuyo ampliará, en el futuro, la manufactura de petróleo producido en Vaca Muerta y también la producción de gasoil de bajo contenido de azufre. Ayer no se mencionó, pero la recuperación terciaria, la explotación de petróleo pesado y extra pesado son algunas de las resacas productivas que tienen futuro. Hoy se espera que hable el CEO de YPF, Pablo Luliano. Para Mendoza es trascendente, pues es la única empresa relevante que tiene presencia en la provincia.

YPF, Pan Américan (de la familia Bulgeroni), Vista (la empresa fundada por Miguel Galuccio al otro día de dejar YPF) y Shell son los principales productores de hidrocarburos en Argentina. Solo la empresa estatal tiene presencia en Mendoza. Eso genera, además, una alta dependencia porque también es la que más invierte. En el auge del petróleo no convencional, solo hay un proyecto piloto desarrollado en la provincia, que aún no comienza la etapa operativa. Antes, El Trébol fracasó en la explotación del área Puesto Rocas, también en la lengua norte de Vaca Muerta.

Ayer en la inauguración no hubo ninguna autoridad provincial relevante. Rodolfo Suarez, por ejemplo, nunca vino al principal encuentro petrolero del país. Ayer estuvieron enfocados en el anuncio de la concesión de Potasio Río Colorado, proyecto que alguna vez buscaron relacionar con el petróleo para compartir logística. También llamó la atención la ausencia del gobernador actual y el electo de Neuquén, la “Texas” argentina. 

La exposición de los CEO's y referentes de las principales empresas es clave por el contexto electoral. Se esperan que tracen un panorama de esa industria para los próximos años, en medio de la inestabilidad.