Los temas clave que todavía no se debaten en profundidad en la campaña
¿Sumará la visita de Patricia Bullrich para Cambia Mendoza? Que venga Sergio Massa a hacer campaña:¿Lo pondrá al peronismo mendocino algo más competitivo? ¿Cómo terminará afectando a Omar De Marchi el hecho de que no tendrá juego en las próximas PASO nacionales del 13 de agosto? ¿Moverá la aguja la presencia de Javier Milei?
Todos estos interrogantes son los que rondan por estos días en las mentes de los candidatos a gobernador, en la antesala de lo que será una semana, sobre todo el martes, en donde asistiremos a un verdadero desfiladero de aspirantes presidenciales que, a no engañarse, no están muy pendientes de lo que sucede acá. Más bien, las visitas tienen que ver con sus propios objetivos personales. Mientras tanto la carrera provincial por la gobernación entró en un impasse producto, precisamente, de que en dos semanas habrá que votar para seleccionar quienes competirán en octubre para comenzar a definir el futuro del país. En el medio, pasan cosas.
Uno de los aspectos más interesantes para observar en este sentido, fue el anticipo de que la gastronomía de Mendoza podría recibir, en alguno o varios de sus restaurantes, el galardón de una estrella Michelín. Un premio que, de concretarse, impulsará el turismo de la provincia a nivel global.
Rápidamente el gobierno de Rodolfo Suárez se subió al carro triunfal, buscando una analogía entre este logro del sector privado y el promocionado “modo Mendoza”, la forma de manejar a la gestión pública que los radicales entienden que encarnan desde hace algunos años. ¿Cierra la comparación? Difícil: si hubo un reclamo del sector turístico local en estos últimos años fue, precisamente, la falta de acompañamiento por parte del Estado provincial hacia una actividad que de un tiempo a esta parte viene moviendo de manera sostenida la manija de la economía.
Te Podría Interesar
A raíz del anuncio de la posibilidad de este premio a la excelencia, un periodista porteño aportó una mirada interesante sobre el fenómeno. Luciano Román, del diario La Nación, llamó a observar cómo las bodegas, que entre otros logros encabezan el boom turístico de Mendoza, podrían representar un modelo de país virtuoso “forjado en valores que hoy parecen estigmatizados como son el esfuerzo y la cultura del trabajo”.
Para el cronista algunas fincas mendocinas son “enclaves del primer mundo” que reflejan a “una Argentina dinámica y luminosa” y que, además, deben sobreponerse no sólo a la falta de apoyo por parte del sector público. Sino a las trabas que muchas veces, sobre todo a nivel nacional, se terminan imponiendo para poder producir y exportar. Es decir que no se desarrollaron favorecidas por el Estado. Lo hicieron a pesar de esto. “Si siguiéramos la ruta del vino, llegaríamos a un futuro mejor”, profetiza Román a modo de síntesis.
Es una mirada lúcida del impacto que están teniendo las dos actividades clave que hoy sostienen a la economía provincial, como son el agro y el turismo. Es una observación sobre la mitad llena del vaso. Y la dirigencia política debería hacer su aporte sobre la parte vacía, que también es notoria.
La matriz económica de la provincia se viene desarrollando desde hace años hacia estas dos actividades que son las principales dadoras de empleo, pero que a su vez pagan salarios bajos. Allí se concentra entre el 20% y el 25% del trabajo registrado en la provincia con un sueldo promedio que, en 2022, fue de $80.000. Comparado con la región ese número es muy inferior: en Neuquén el sueldo promedio ronda los $200.000, por caso, y una cifra similar aportan los ingresos promedio de San Juan.
A decir verdad, los candidatos se hacen eco un poco del desinterés general. Ese escenario electoral en el que estamos metidos en el que se mezclan el deterioro social, la crisis económica, la tensión política, entre otros factores, que en definitiva lo único que hacen es que la gente escuche solo ruido por parte de los que les están prometiendo que les va a cambiar su realidad.
Un breve repaso de lo que hablan los principales candidatos acerca de este asunto que es clave. Alfredo Cornejo plantea que, si la matriz productiva está centrada en el agro y en el turismo, lo que hay que hacer entonces es darle valor agregado a estas actividades. Habrá que esperar unas semanas para conocer en detalle el plan (que explican desde el comando de campaña del oficialismo que está en pleno debate) pero una de los puntos estará en la mejor utilización del agua. Cornejo se molesta cada vez que se comparan los ingresos promedio de las provincias vecinas: entiende que están atadas a los vaivenes de sus commodities (el valor del petróleo y el gas en Neuquén y el oro y la plata en San Juan) y que la ventaja comparativa de Mendoza es la diversificación de su economía que le permite, entre otras ventajas, tender varios aportantes de empleo.
Omar Parisi transcurre por algunos de los carriles comunes. Menciona que apostará por el petróleo, la energía, la vitivinicultura y el turismo. Aunque si se rasga un poco en el mensaje, se puede encontrar un abordaje keynesiano al problema. El candidato del Frente Elegí pone al frente de su idea que debe existir un desarrollo fuerte de la obra pública como forma de impulsar a la economía.
Omar De Marchi entiende que primero hay que ordenar el funcionamiento del Estado y mejorar además su calidad institucional, para que el sector privado salga del estancamiento en el que está sometido desde hace más de una década. “Para que funcione la actividad privada tiene que existir primero un Estado ordenado y eficiente”, grafica.

Por ahora, no mucho más por parte de ellos. Quedará para el último mes de campaña la expectativa por una propuesta con mayor profundidad (por caso, si es que existirá o no algún plan de algún candidato para reducir la presión impositiva) y quizás tengan un panorama más claro acerca de cómo será el futuro de la macroeconomía cuando el tablero nacional comience a perfilarse tras las PASO.
En tanto, una certeza y una gran duda sobre el futuro de la economía en Mendoza. Acerca de lo primero: está claro que la minería no será debate en esta oportunidad, como si lo fue en la campaña de 2019. Cornejo no quiere comprarse un problema y De Marchi quedó muy condicionado para avanzar con algún tipo de modificación a la Ley 7722 después de haber acordado políticamente con Jorge Difonso, uno de los redactores de esa norma tan restrictiva para la actividad.
¿Y cuál es el gran interrogante vital para el desarrollo económico? Qué sucederá a partir de 2024 con los más de mil millones de dólares que la provincia tiene disponibles después de que se cayera Portezuelo del Viento y que, en principio, son para obras hídricas. Esos fondos, constituyen una fuente de financiamiento gigantesca para el desarrollo.
Parisi quiere un debate amplio sobre el tema. Dice que irá a la Legislatura, en caso de ser gobernador, para que allí se decida en qué invertir esos recursos. De Marchi buscará darle una vuelta de rosca con resultado incierto: pretende discutir con el próximo gobierno nacional los términos de ese convenio firmado durante la gestión de Mauricio Macri, para que la provincia pueda liberar esos recursos para todo tipo de proyectos y no, como está firmado, para que sean destinados únicamente a obras hídricas de generación hidroeléctrica.
Cornejo apunta a presentar un plan para avanzar en el cuidado y la optimización del agua porque descuenta que esos recursos ya están liberados. Pero antes, él o quien gane, deberán saber cuánta plata tendrán en definitiva.
Rodolfo Suarez apuntó a gastar quinientos de esos mil millones en la construcción de la represa El Baqueano, pero Cornejo planteó su objeción. Entendió que la obra debía replicar el esquema que permitió la construcción del dique Potrerillos hacia finales de los 90, es decir, que no sea el Estado quien aporte la totalidad de los fondos sino que empresas privadas participen de la inversión.
En aquella ocasión, la provincia puso su parte que resultó de los fondos provenientes de la privatización de las empresas de servicios y las empresas de Enrique Pescarmona y de José Cartellone también aportaron financiamiento para quedarse, finalmente, con el negocio de la generación de energía hidroeléctrica.
Para el candidato del oficialismo el acuerdo que Suarez firmó hace unos pocos meses con Sergio Massa en torno a El Baqueano les permitirá a las empresas garantizar un negocio extraordinario por la tarifa que el Estado nacional les pagará por la generación de energía. Y por ello el Estado- entendió Cornejo- no tenía por qué poner todos los recursos para construir el dique. Suarez terminó modificando los pliegos de la licitación para someterse al planteo de su candidato pero es realmente una incógnita saber si finalmente alguna empresa se presentará bajo estas nuevas condiciones.
Este gobierno (incluso Cornejo lo criticó en público) perdió un tiempo valioso mientras no definía qué hacer con la plata de Portezuelo. Es muy probable que en el medio de la campaña surjan dos anuncios: uno de ellos vinculado a la reducción de la cantidad de empleados públicos dentro del Estado y el otro es que finalmente se conocerá quién se quedará con el negocio de Potasio Río Colorado. Poco, si se quiere, para una gestión fallida que anunció que llegaba para cambiar la matriz productiva de la provincia y que tropezó, sin poder levantarse jamás, aquél primer día en que se quiso y no se pudo avanzar con la minería.

