Horacio Rodríguez Larreta vs Patricia Bullrich, por planes y piquetes: reprimir, multar o permitir
Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich coinciden en querer sacar intermediarios. El factor pobreza y el plan para convertir planes en empleo genuino de María Oneto. Larreta busca sostener la asistencia con auditoria y evitando punteros que pueden corromper el sistema.
Sacar planes, reprimir, evitar intermediarios, multar organizaciones sociales, prevenir antes del ingreso al centro, filmar y denunciar en la Justicia antes de que empiece la protesta. Se pronostican unos diez mil piquetes o cortes para este año, tras el triste récord de 2022 con 9.100 en todo el país. Es una forma establecida y legitimada de hacer política, y la politica nunca supo como encarar el fenómeno social que crece a medida que crece la pobreza y la caída del poder adquisitivo de los sectores mas vulnerables.
Un round más que tiene a Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich como protagonistas y que afecta a millones de personas por día: los cortes de calles y las protestas en un contexto de 3.200.000.000 pesos por día en planes sociales para abastecer total o parcialmente a 22 millones de personas, con una pobreza de 40% pero que supera el 50% en algunos lugares en la franja adolescente. La pandemia agregó pobreza y conflictividad social, al ritmo de un año electoral que aporta la maquinaria de conflicto para rivalizar entre candidatos.
Patricia Bullrich elaboró un plan con abordaje multidisciplinario: convertir planes sociales en empleo, denunciar a quienes financian y organizan los cortes y es quien tiene una mirada más dura con respecto a desalojar las calles. También cree en multar organizaciones, algo que hizo con éxito en Neuquén Horacio “Pechi” Quiroga, fallecido en 2019. Maria Oneto, contadora a cargo del control, gastos y financiamiento de la campaña de Bullrich, diseñó un esquema en el que el empalme de planes con empleo genuino convocando al sector privado como socio primordial es un hecho.
“Los empresarios son socios, son los que generan laburo e invierten, son los que tienen que trabajar con nosotros para que los planes transformen a las personas en laborantes, dejen las calles y de desarrollen, evolucionen, vivan mejor, es ese el camino”, plantea Oneto, quien será protagonista del Gobierno de Patricia Bullrich si logran el triunfo en las PASO y las generales.
La imagen de corte de calles o piquetes en el centro porteño es habitual, casi cotidiana y en general nada tiene que ver con las problemáticas de los porteños, son manifestaciones de personas que viven en el conurbano bonaerense y encuentran la forma de llamar la atención interrumpiendo el tránsito en el momento en el que las personas van a trabajar. La cultura piquetera prolifero y desde su nacimiento en la crisis de 2001 a hora se multiplicaron por mil la cantidad de piquetes, de planes.
Horacio Rodríguez Larreta cree qué hay que evitar intermediarios, que la solución es terminar con “los Juan Grabois de la vida”, como lo definió en una entrevista radial días atrás. Su equipo también cree que el plan para poder gobernar y sacar piqueteros de las calles está en desvincular la llamada “mala política” del mundo de financiamiento de la asistencia social. No reprimió ni reprimirá antes de elecciones.
“Nosotros somos garantes de la gobernabilidad”, le dijo Eduardo Belliboni a MDZ. Sobre el tema, Jorge Macri tuvo una mirada dura y aseguró que no volverá a haber cortes de calles si es elegido jefe de Gobierno. Macri cree que con la Justicia trabajando junto a la política, no se puede volver a permitir que los movimientos piqueteros tomen las calles como pasa a diario hoy en día.
El pase de factura entre Bullrich y Larreta se remonta a enero de 2016 cuando recién asumido Cambiemos. Bullrich quiso hacerse cargo de la Seguridad y evitar piquetes y Mauricio Macri terció a favor del jefe de Gobierno. No hubo aplicación perdurable del protocolo anti piquetes y volvieron a proliferar. Cree entonces Bullrich que algo que no resolvió en ocho años, no lo resolverá si es presidente, y Larreta siempre sostuvo que no era competencia de la Ciudad hacerse cargo de un problema nacional.