¿Qué le pasa a la oposición?

A principios de la semana pasada, se conoció que el tribunal electoral de la Ciudad de Buenos Aires conseguía interpretar un artículo de la Constitución de ese distrito para habilitar la candidatura de Jorge Macri, el primo de Mauricio, que hasta hace muy poco fungía como intendente de Vicente López. Macri, el primo, hizo toda su carrera política en la Provincia de Buenos Aires aunque de pronto el gen porteño que tenía dormido despertó y de la noche a la mañana conoce todas las soluciones a los problemas de los porteños.

No está bien que Jorge Macri sea candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y cuando una interpretación judicial colisiona con el sentido común es obvio que la primera es una trampa. Trascartón llegó el escándalo protagonizado por Franco Rinaldi, el primer candidato a diputado de la Ciudad, que encabeza la lista del primo Jorge. Una aclaración, Jorge Macri es el candidato de unidad de Patricia Bullrich y de Horacio Rodríguez Larreta. En lo único que ambos parecen estar de acuerdo es en la
perpetuación del apellido Macri en el distrito capitalino.

Rinaldi, militante del espacio liderado por el economista Ricardo López Murphy, hacía un vivo en redes sociales donde, según él, en tono de “stand up” donde se despachaba con todo tipo de excesos verbales: xenofobia, homofobia y una gran variedad de estigmatizaciones.  El candidato explica que eso pasó en otra vida y que se trató de un hecho artístico. Un argumento al menos extraño. ¿Será que como candidato ahora Rinaldi considera que las villas hay que urbanizarlas en vez de incinerar a sus habitantes con un lanzallamas? o ¿se convirtió en un activista de los derechos civiles defensor de las minorías como la comunidad homosexual?

Difícil de creer que el candidato desmienta al artista. En el campamento de Javier Milei las cosas parecen estar peor que en JxC. El candidato libertario se degrada y según varias encuestas su intención de voto es la más baja del año. Pasó del 16,9% a fines de enero al 15,9% a principios de este mes luego de haber alcanzado un pico de 25,9% a mediados de junio según un sondeo de la consultora de Federico Gonzalez. Más allá de los números de las encuestas, los problemas para Milei comenzaron con el inicio del calendario electoral. Su armado político crujió en muchos lugares, en otros directamente desapareció y donde presentó candidatos los resultados fueron catastróficos.

Ello motivó el desplazamiento de su controvertido armador Carlos Kikuchi, uno de los principales señalados en la supuesta venta de candidaturas. Así, luego de los malos resultados electorales llegaron las denuncias de venta de candidaturas. Las explosiones verbales del economista se intensificaron amenazando con llevar a la justicia a los denunciadores como al pseudo ingeniero Juan Carlos Blumberg. Las acusaciones contra Milei lo ubican como parte de esa casta que dice combatir. El sistema lo engulló.

En definitiva, los dos principales espacios de la oposición, parecen esos jugadores que después de gambetear a varios rivales quedan frente al arquero y no pueden convertir el gol. Se resbalan o son víctimas de la ansiedad. Por su parte, el peronismo sin estridencias se está ordenando y el candidato Sergio Massa, que como ministro de economía no tiene logros para exhibir, se concentra en auxiliar a los heridos que provocó su propia designación. Sí, es difícil imaginar un escenario en que Massa sea el próximo presidente pero hace un año ello era imposible.

La oposición está confundida, exhibe demasiada improvisación y es víctima de sus propia torpeza. Necesita ordenarse rápido porque la carrera es larga y el peronismo va a luchar hasta el final. Hoy todos los escenarios son válidos.

* Martín Pittón, periodista y conductor del podcast Micro Mundos.