El lapidario vaticinio de Ricardo López Murphy sobre la situación económica del país
El precandidato a jefe de Gobierno porteño por Republicanos Unidos lanzó un lapidario pronóstico y aseguró que hasta fin de año serán "meses muy difíciles, de mucha inflación" por la gran fragilidad del país.
El precandidato a jefe de Gobierno porteño por Republicanos Unidos, Ricardo López Murphy, lanzó un lapidario pronóstico y aseguró que hasta fin de año serán "meses muy difíciles, de mucha inflación", ya que advirtió que la Argentina tiene "una gran fragilidad".
"Estamos con una gran fragilidad, producto de durante muchos años no haber recompuesto el crédito, que es el problema central que tiene la Argentina, y por no haber acumulado reservas", sostuvo el diputado nacional de Juntos por el Cambio.
En diálogo con Todos Juntos, en Radio Rivadavia, el economista señaló que "sin reservas ni crédito estás todo el día al riesgo de un viento equivocado, que puede hacer caer el castillo de naipes".
"Van a ser meses muy difíciles, de mucha inflación. Tenemos variables muy rezagadas, un déficit muy alto, una tasa de inflación muy alta", alertó el referente liberal.
Al analizar la gira del ministro de Economía, Sergio Massa, por China, donde logró la ampliación del swap, López Murphy consideró que "la estrategia del Gobierno es muy nociva para el futuro de la Argentina, porque esto es deuda y una que sale muy cara: la última vez costó la base en Neuquén".
"Se han vuelto muy dependientes de China y la experiencia mundial muestra que eso se paga muy caro, porque las cláusulas son muy onerosas", afirmó el dirigente opositor.
Además, el exministro de Economía advirtió sobre "la opacidad de la operación, porque nadie entiende bien" y agregó: "Yo sospecho que sea un crédito comercial para comprar más cosas de China, que ya tenemos un déficit comercial brutal y lo vamos a ampliar". "En vez de obtener dólares con exportaciones, trabajo nacional, lo hacen con deuda", se quejó.
Finalmente, López Murphy consideró que el rol del presidente Alberto Fernández fue "mucho más deslucido de lo que creía que iba a ocurrir al principio de la gestión". "Pensé que iba a comprender que la responsabilidad del presidente es intransferible e iba a imponer lo que es natural en la Administración Pública, que es la verticalidad del mando", concluyó.