A quién votarán los que no votaron: el dato revelador sobre el futuro de las elecciones en Mendoza
Hubo un ausentismo récord en las elecciones de Mendoza y es uno de los indicadores del mal humor social. Además, más del 12% de los que votaron, lo hicieron sin optar por candidatos.
El resultado de las elecciones primarias de Mendoza generó una realidad alocada: se ajustaron las interpretaciones según la conveniencia para celebrar. Todos, menos el PJ, se inventaron algo para festejar. Pero puertas adentro había más de medio vaso vacío y un dato que inquieta: muchos mendocinos le dieron la espalda a la elección faltando o votando de manera negativa.
Lo habían intuido los candidatos cuando votaron, pues al hablar hicieron referencia al malestar social como una constante; ese mal humor por el que hicieron una campaña encapsulada y que tuvo récord de baja participación. Por eso para las generales de septiembre también hay un espacio de incertidumbre: a quién votarán los que no votaron.
Según el escrutinio provisorio, solo participó el 66,11% de los empadronados. Mendoza es una provincia que suele tener altísima concurrencia a las urnas, que ha superado muchas veces el 80%. Por eso puede haber al menos un 14% de electores que se sume en las elecciones de septiembre y opte por alguna opción. La cantidad de votantes es relevante: son cerca de 208.320 personas que ayer no participaron y podrían sumarse en septiembre. El destino de esos votos es incierto; pues el ausentismo puede ser bronca, desgano, olvido, pereza o alguna contingencia.
Voto bronca, voto lúdico y voto útil
Las PASO no motivan de la misma manera que una general. Pero entre los que sí votaron, hubo muchas señales negativas. Más del 12 por ciento de los votantes no sumó para ningún candidato porque votó en blanco o tuvo su voto anulado. Nuevamente surgirá la duda sobre el motivo de la anulación; si fue por errores involuntarios o, como ha ocurrido en algunos momentos, como manifestación política de bronca. Se trata también de un número relevante de personas: 123.868 electores desentusiamados que serán objeto de la campaña, pero difíciles de seducir. El 6% directamente votó en blanco y otro 6% anuló el voto. Se cumplen justo 22 años desde que ocurrió la mayor manifestación de descontento social contra la política en una elección, cuando en 2001 el voto nulo fue en Mendoza la "segunda fuerza" más elegida.
El afecto "puerta cerrada" a la política no es un fenómeno mendocino sino general y está medido en casi todos los sondeos. Tanto, que casi no hay dirigentes nacionales y locales que tengan una valoración positiva. Por eso el temor y las dudas; por eso las dificultades para generar empatía con la ciudadanía.
Mendoza no tuvo en las elecciones ningún candidato o frente que capitalice el voto bronca; no hubo ni hay ningún "Milei" que sume ese capital político. Por eso el voto negativo es uno de los indicadores. Como expresan los especialistas, en las PASO suele haber un voto "lúdico", similar al que ocurre en las votaciones intermedias. Se refiere al direccionamiento del sufragio a opciones alternativas, a marcar algún "castigo testimonial" o incluso probar. En septiembre, cuando se elegirá al gobernador y a los intendentes, puede haber una acción más "conservadora"
En total hay en juego más de 320 mil electores que no se manifestaron y donde los partidos políticos buscarán captar. Pero a ese grupo se le suma la volatilidad de los ciudadanos que votaron a algún candidato que no siguió en carrera. El caso de Luis Petri parece ser el más notorio, aunque se trata de un candidato orgánico, que ya se manifestó a favor de su contrincante y que no hará campaña por afuera.
Allí hay una diferencia semántica enorme. A Petri lo votaron muchos, y no significa que Petri tenga votos a disposición. Es decir, no hay un acarreo automático como se suele pensar; ni con Petri ni con ningún candidato. Sí simpatías y empatías compartidas. Petri, por ejemplo, tuvo un discurso ágil y tomó los riesgos que su competidor Alfredo Cornejo no podía: criticar al gobierno de Rodolfo Suarez y realizar promesas con la casi seguridad que no debía hacerse cargo de ese "pagaré" electoral. Le fue bien. Además pudo haber capitalizado el voto de los radicales enemistados con Cornejo, pero temerosos; aquellos que hasta ahora lo seguían más por obediencia que por convencimiento. También muchos votos independientes que podrían migrar.
En menor medida podría pasar con algunos votos del peronismo. Es que ese sector no tiene mucho más para perder, pues llegó a un piso de votos impensado. Ese 15 por ciento y los 6 puntos con los que ganó la PASO Omar Parisi suena a partido chico. Probablemente el PJ pueda intentar captar la atención de justicialistas que se ausentaron. El intrascendente desempeño del Partido Verde también puede generar un traslado a opciones más competitivas, a ciudadanos que se inclinen por un "voto útil".