Elecciones 2023

Cristina Fernández de Kirchner se encamina a administrar una nueva derrota electoral

Cristina Fernández de Kirchner decidió no jugar en la boleta presidencial, pero se muestra obsesionada con el armado electoral de Juntos por el Cambio. Definir una estrategia para administrar lo que se pronostica como una nueva derrota del peronismo en el Gobierno.

Beto Valdez
Beto Valdez jueves, 25 de mayo de 2023 · 09:00 hs
Cristina Fernández de Kirchner se encamina a administrar una nueva derrota electoral
Cristina busca un escenario de "derrota digna" Foto: Noticias Argentinas

Dicen en el universo cristinista que Máximo Kirchner no se resigna aún a aceptar la declinación de su madre como candidata presidencial. Un grupo de Barones del conurbano que necesita los votos de Cristina Fernández de Kirchner, cree que todavía hay tiempo para convencerla, pero su propio hijo no ve mucho margen para el cambio de opinión. La vicepresidenta ha decidido ponerse al hombro la campaña del peronismo y administrar un escenario electoral que anticipa una derrota en todos los escenarios.

No será fácil ponerle épica si al final del camino se percibe que otra vez el actual oficialismo sufrirá un revés electoral estando en el Gobierno. A Cristina lo único que le importa es mantener la lapicera para armar las listas con gente afín para los próximos cuatro años y retener la provincia de Buenos Aires.

Cristina nos encierra otra vez en el núcleo duro, parece que no supiera que estos comicios no se definen por los pisos electorales, sino más bien por lograr el techo más alto y para eso no puede kirchnerizar la campaña, el único que puede traccionar votos moderados es Sergio”, así analiza en una charla informal con MDZ uno de los dirigentes sindicales de mayor experiencia de los llamados “Gordos de la CGT”.

Enfrentados con el ala izquierda sindical que impulsan Pablo Moyano y Máximo Kirchner, el sector más tradicional que maneja la central obrera sigue apostando por la candidatura única de Sergio Massa. Consideran que el ministro de Economía va a contar con los votos propios y es el único de los presidenciables en condiciones de ir a pescar a los desencantados del 2019. “Wado de Pedro o Kicillof no tienen un discurso que atraiga al que no es kirchnerista y eso es encerrarse”, agrega el secretario general de un gremio de los grandes. “Por eso tenemos muchos trabajadores de nuestra actividad que piensan votar por Milei, están enojados con nuestro Gobierno y tienen un mal recuerdo de (Mauricio) Macri y del PRO”, agrega la fuente. 

“Muchos dicen cosas terribles en off, pero nadie se le anima un mano a mano a Cristina”, sostiene con contundencia un intendente peronista del Gran Buenos Aires. “Es algo incomprensible, ahora que se está yendo con una derrota y no pudo manejar a Alberto, compañeros que tienen vuelo propio y futuro político le tienen pánico a ella”, agrega el alcalde del GBA. Esta mirada es compartida por una gran cantidad de dirigentes del PJ, pero nadie se mueve de su zona de confort y le dan espacio a ella para que arme y desarme en el armado electoral que se viene.

En el universo K, admiten que el objetivo más estratégico de la vice es llenar las listas de legisladores nacionales y provinciales de gente propia para irse a su casa con poder. Aseguran que Wado, Kicillof o Massa van a tener que aceptar esa regla, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. “Ella quiere propia tropa hasta en los Concejos Deliberantes del conurbano”, explica un referente del cristinismo

Esa es una forma de prepararse para la derrota que luce inevitable. “En la PASO no tenemos que dividir el voto para evitar que nuestro candidato ganador pelee el segundo lugar con el de Juntos por el Cambio, detrás de Javier Milei”, explica un operador del GBA que suele participar en las juntadas de Máximo con la tropa del PJ bonaerense.

Pero el gran objetivo es la primera vuelta, donde apuestan a que se mantenga el escenario de tres tercios para que no cambie sustancialmente la relación de fuerzas en el Congreso. Se conforman con que JxC no crezca de la PASO a las elecciones porque van a tener un bloque propio para el día después del 10 diciembre. Por eso Cristina está tan activa desde las últimas semanas. Volvió a ser la misma de antes del atentado, trasciende en el universo del FdT. Esta semana se dedicó más a la rosca con los gobernadores del PJ que a su discurso en la Plaza de Mayo.

Cristina está tal cual cómo se mostró en C5N, muy afectada por la salud de Florencia, obsesionada por el desafío del escenario de tres tercios y lo que puede aportar ella como virtual jefa de campaña de los candidatos que elija. Incluso, si hay PASO ella va a ordenar quiénes pueden llegar a competir, probablemente no más de dos fórmulas. Al mismo tiempo, en su agenda empieza a disolverse la idea de Kicillof y Carlos Bianco del desdoblamiento de las elecciones bonaerense de las nacionales. 

La vicepresidenta cree, aparentemente, que la mejor forma de asegurarse el triunfo en la provincia de Buenos Aires pasa por aprovechar el efecto Milei que le pone un techo a JxC, de acuerdo a la información que circuló en los pasillos del Instituto Patria. Probablemente ese escenario sea ideal para de Pedro si termina siendo candidato a gobernador, llevando a Kicillof en la boleta presidencial. Por ahora dicen que este armado es impulsado por Máximo, ella se mantiene neutral. No descarta a ninguno de los dos e incluso a Massa, a quien el jefe del peronismo bonaerense le viene bajando las chances. En el massismo perciben algo de ese ruido, pero consideran que el ministro de Economía parece ser el más competitivo para un balotaje. 

En las actuales condiciones de una economía real golpeada por la inflación y el efecto cada vez más fuerte de la falta de insumos importados, llegar a competir en un balotaje parece un logro. Más allá de que no hay ningún escenario donde pueda imponerse cualquiera de los presidenciables de Cristina con Milei, Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich, el número final de una segunda vuelta disimula bastante la debilidad política del oficialismo. Cristina busca un escenario de derrota digna para que la salida del poder no sea tan traumática. Con el impulso de la campaña sobre el regreso del fantasma del macrismo pasarían rápidamente a liderar la oposición al nuevo Gobierno.

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