Ni Axel Kicillof ni Sergio Berni entienden cuál es el verdadero problema de los paros de colectivos

Más de veinte líneas de colectivos volvieron a parar este miércoles en el Gran Buenos Aires, muchas de ellas de alcance federal porque ingresan a la Capital Federal. La media de fuerza responde a que aún no se pudieron resolver los múltiples problemas ya anticipados por MDZ Online, e incluso, se agravaron por otro ataque a un colectivo de La Perlita, la línea regional que conecta Moreno, Luján, General Rodríguez y Morón en el que desvalijaron a todos los pasajeros y golpearon al conductor de un culatazo.
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En la noche del lunes, en José Ingenieros, cerca del complejo conocido como “Fuerte Apache, en Tres de Febrero, el chofer y los pocos pasajeros que estaban en la noche del lunes fueron atacados por dos delincuentes, que hirieron a una mujer que se resistió a entregar su bolso. En todos los episodios, los damnificados son trabajadores que están laburando o van o vuelven de sus actividades habituales.
En la tarde de ayer, la empresa Metropol, que agrupa a varias líneas de la región noroeste, ya había anunciado un lockout empresario por falta de combustible. Fue el tercero que realiza en diez días.
El nuevo paro llega 48 horas después que el gobernador Axel Kicillof, acompañado por sus ministros Sergio Berni y Jorge D´Onofrio, de Seguridad y Transporte, respectivamente, se sentaran durante más de dos horas para resolver, o iniciar ese proceso. La clave está en los graves problemas económicos que se suman a los de inseguridad en el Conurbano.
Lo que trata el gobierno bonaerense, sin éxito, es instalar que hay un problema de inseguridad producto de que no hay cámaras de seguridad en los colectivos. No. El problema es al revés. Hay un gravísimo problema de inseguridad que termina con asesinatos, heridos, robos y sucesivos episodios violentos, entre otros tantos lugares, en las paradas de colectivos o dentro de estos.
A la par, existe un histórico desfinanciamiento de las empresas, que antiguamente representaban, cada una, a una línea de transporte. Por los sucesivos quiebres, para no dejar los pisos y rutas descubiertas, las firmas más fuertes fueron quedándose con las más débiles y es así que de más de 350 propietarios hoy solo hay una docena que agrupan en un mismo esquema de negocios veinte, treinta o quince líneas que antes operaban de manera independiente.
A su vez, estos lograron ser poderosos, gracias a su cercanía con el poder de turno, la obtención de subsidios de manera más fluida y con mecanismos afines al amiguismo y sociedades incompatibles, similares a los que provocaron la tragedia de Once. La corrupción mata.
El sistema SUBE le trajo transparencia y previsibilidad a un sistema que, sin inflación, hubiera funcionado casi a la perfección, como los créditos UVA. Sin embargo, con inflación del 50% al 100%, los subsidios llegan tarde y desfasados. Entonces, las líneas, aunque sean pocos sus dueños, entran en colapso financiero y económico.
El nuevo y dramático episodio de inseguridad por el cual los choferes de La Perlita pararon, le provocó una profunda herida en el cráneo del chófer, fue en la rotonda que conecta las rutas 24 y 25, en Moreno se suma al que vivieron los pasajeros de la línea 161 en José Ingenieros, a pocas cuadras del ingreso al barrio Ejército de los Andes, en Tres de Febrero, conocido como Fuerte Apache.