La muerte de la bebé en Casa Rosada: otra muestra de pobreza en la grieta de la política

Joselín dejó de respirar cerca de las cinco de la mañana cerca de la Casa Rosada. Los padres se dieron cuenta, gritaron y los socorrieron rápido entre la Policía y el SAME con una ambulancia. Intentaron reanimarla, pero su corazón no resistió y dejó de latir antes de las seis. Pasó todo horas después del informe de pobreza del INDEC que confirmó el fracaso oficial contra el hambre. La política tomó nota y la grieta se sostiene incluso con la muerte de Joselín, de Quilmes, que buscaba lugar para dormir todos los días juntos a sus padres.

"Una tragedia, estamos devastados, anoche estuvimos allí, nada para decir", se excusa Juan Carr ante la consulta de MDZ  sobre el tema que lo hizo lagrimear desde que se enteró. 

Juan Carr sostiene su trabajo con las noches de frío, en plazas, recorriendo la ciudad, subiendo gente a micros para que no mueran literalmente por la temperatura. En silencio, con otras fundaciones recorre, alimenta, abriga y se va, pero ayer no llegó. Cuando vieron, la bebé ya estaba muerta, sin lesiones, un desastre, en seguida la política se subió a la tragedia y buscaron motivos, responsables, culpables, algo que permita digerir el desayuno del viernes. 

Daniel Arroyo es de los que más conoce el tema, fue ministro de Desarrollo Social y dedicó buena parte de su actividad parlamentaria a proponer ideas para resolver el hambre y la pobreza. "Hay una realidad, se instaló una nueva forma generalizada de trabajadores pobres y familias que se endeudan para arrancar el mes", expresa a MDZ. Y agrega: "Una vez pagadas las cuentas toman deudas las familias y se les hace largo el mes, también hay muchos trabajadores de changas informales y formales, con aguinaldo y vacaciones que no llegan y se endeudan, aumentó el empleo pero también la pobreza, eso se explica con la inflación alimentaria", define quien propuso crear una red de mercados centrales para negociar directamente desde el Estado y el productor y evitar el engrosamiento de precios producto de la cadena en retail. 

Luis D'Elía es uno de los pocos leales que le quedan a Alberto Fernández. Nunca se cruzó a tirar piedras y sostiene a su amigo, con quien se frecuenta en Olivos y por teléfono. A sus ojos, la culpa es directamente de Horacio Rodríguez Larreta y así se lo explicó a este medio: "Las dos mil personas que están en las calles de Buenos Aires es porque prefieren dormir ahí y no en los paradores miserables de Larreta que cada vez están peores". Y agregó: "La situación empeoró, ya es insostenible".