Arde la interna

Jorge Macri y Martín Lousteau se preparan para la batalla final en la Ciudad

La bendición de Mauricio Macri condiciona al jefe de Gobierno, que hace equilibrio entre fuerzas. El efecto Nación y la bajada de Fernán Quirós y Soledad Acuña. El rol de los liberales y la sorpresa de Graciela Ocaña.

Pedro Paulin
Pedro Paulin viernes, 31 de marzo de 2023 · 07:04 hs
Jorge Macri y Martín Lousteau se preparan para la batalla final en la Ciudad
Mauricio Macri Horacio Rodríguez Larreta Jorge Macri, el triángulo del poder en la Ciudad de Buenos Aires Foto: Telam

Son días álgidos, históricos para Horacio Rodríguez Larreta, Martin Lousteau y Jorge Macri, esencialmente. Es un triángulo de poder no tan mencionado pero del que nacerá el próximo presidente del país. Es el apellido Lousteau el que incomoda y corre de eje a Mauricio Macri, lo desarmoniza, le molesta la idea de pensar en el ex ministro de Economía gobernando la Ciudad que lo vio nacer políticamente y donde gestó, llevó a cabo y sostuvo su proyecto político desde la crisis de 2001, cuando en el café Tabac decidió que jugaría abiertamente en política.

Martin Lousteau es hoy el dirigente que salvaguarda la relación entre Larreta y Macri, es el perfecto dibujo de la segunda ley de movimiento de Newton, el elemento que se mueve de forma circular siempre alrededor del objeto. Lousteau quiere ser presidente, pero es consciente de que no es su hora. Ambicioso, se posicionó en CABA con un voto progresista que hizo temblar al PRO en 2015 y que después cobró cierta opacidad o pérdida de halo de transparencia con el desembarco abierto de Enrique "Coti" Nosiglia y Emiliano Yacobitti, el administrador.

Jorge Macri sabe que ni Fernán Quirós, ni Soledad Acuña serán candidatos. Algún pícaro deslizó que el propio Lousteau la tentó a la ministra de Educación para que sea su vice, intentando lograr que la hemorragia sea total para los amarillos. De paso, el once de este mes habrá un hecho menor en términos de caudal, pero no en lo simbólico, Graciela Ocaña insistirá con su Confianza Pública y se anotará para jefa de Gobierno.

Serán unos veinte días hasta que negocie su posicionamiento de branding partidario, acuerde legisladores correspondientes y haga, como se hace casi todos los días en Argentina, otro renunciamiento histórico. Saldrá ganando entonces Adrián Pérez, quien puja desde atrás un lugar para los propios en provincia de Buenos Aires. Viejos gestos de la nueva política.

Uno que sale ganando en el río revuelto es Roberto García Moritan, quien tiene buen concepto de los amarillos y está en el radar de Mauricio Macri, quien esporádicamente lo llama, pero lo tiene en vista siempre. Es el perfil de empresario gestor que se metió en el barro de la política y eso seduce al calabrés, que básicamente fue eso dos décadas atrás cuando se despidió de su zona de confort para crecer y encanecer a la velocidad de la luz.

Tal vez sea García Moritan quien se anote como ministro del futuro Gobierno de Jorge Macri para hacerse cargo de Producción o algo vinculado a resolver lo tangible, nada de rosca ni especulaciones para el empresario gastronómico que recién empezó a curar la división de bienes con Ricardo López Murphy y su cambio de aspiración, de nacional a CABA, aunque tampoco será candidato, formará parte del Gabinete en caso que Patricia Bullrich desemboque en Balcarce 50 el 11 de diciembre. 

Así las cosas, Macri y Lousteau enfrentarán días difíciles, algún larretista sin sueño dice que Quirós mide más que Macri, pero no hay un estudio que demuestre el teorema de Fernán ganador. Por ahora, sólo un bosquejo de tibieza. Macri primo exige que el primer bajado sea Quirós, no quiere perder tiempo ni generar expectativas de interna que no hay. Larreta sabe que si no dinamita el camino de Lousteau, las esquirlas dinamitarán su camino a Balcarce, no hay tiempo, energía ni ganas de otra opción.

El 14 de abril es un día especial, allí se entierra el proyecto de elecciones separadas, es el último día para hacer comicios simultáneos, en el laboratorio de Lousteau se estudia como dead line del proyecto político. Si no se hace lo que el ingeniero cree mejor, dicen que hay un 70/30 de posibilidades de que exprese públicamente su apoyo a Patricia Bullrich, lo que terminaría por complicar un escenario hoy ya pasado de tabasco.

Jorge Macri sabe que la bendición es un hecho y empezó a armar su Gabinete, la marca PRO está aprobada por el 67% de los porteños, dicen en su equipo. Su interna lo pone primero muy lejos del resto y le gana a Lousteau porque tanto la marca partidaria como la personal, el apellido Macri, es agua en el desierto para los porteños que desde épocas de Francisco Rabanal, Julio César Saguier y el efímero Facundo Suárez Lastra tuvieron el Ejecutivo en nombre de la Unión Cívica Radical. 

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