Una novela que llega a su fin y con un desenlace no tan inesperado
De Marchi definió que competirá por la gobernación, lo anunciará estos últimos días de marzo y solo resta saber si irá a las PASO, como posiblemente ocurra, o si romperá el frente con la UCR. La presión nacional que minimiza y los acuerdos en las provincias que jaquean su plan de competir por afuera.
Termina marzo y se avecina también el fin de la novela política del verano en Mendoza: Omar de Marchi anunciará finalmente que será candidato a gobernador en las próximas elecciones, aunque se reservará hasta el último episodio de la historia, que podremos ver antes de que llegue la Semana Santa, cuál será en definitiva el camino que eligió para darle la batalla a Alfredo Cornejo. Es decir, si se sujetará a dirimir la cuestión en las PASO o romperá con la coalición oficialista para probar mejor suerte.
En medio de un juego de incertidumbres que él mismo viene alimentado y buscando siempre que los tiempos jueguen a su favor, uno de los finales posibles del culebrón ya está descartado. De Marchi avanzará con su proyecto político y ya comunicó puertas adentro de que la alternativa de no presentarse (que incluso barajaron como posible los referentes del PRO a nivel nacional) no está escrita en el guión.
Los radicales, actores principales asimismo de la serie, se animan a anticipar de que finalmente el muchachito de la película correrá por dentro. Y fundamentan su convicción en que el lujanino no podrá escapar del corset que le impuso (entre otros amarillos nacionales) Horacio Rodríguez Larreta. Pero en la sede del PRO local intentan minimizar este condicionamiento. “La decisión final depende de lo que definamos nosotros. No de lo que digan desde Buenos Aires”, sacan pecho.
De Marchi está intentando llegar al clímax con una imagen poderosa y fortalecida, porque no le queda otra ante lo que se le viene. ¿Qué es? Salir finalmente al terrero para disputarle el poder y la autoridad a Cornejo en la provincia, tras un largo y sinuoso proceso de construcción política que lleva casi un año. Pero que se aceleró entre enero y febrero.
La candidatura que terminará de tomar forma en días, aparece ahora un tanto más lavada de lo que podría haber sido hace unos meses cuando la trama se puso interesante. Aquello que en los primeros capítulos aparecía como el surgimiento de una tercera fuerza con potencial como para romper la hegemonía cornejista y desplazarla de la Casa de Gobierno, podría derivar en este final hacia la simple consolidación de un proyecto personal con muchas chances de sucumbir en una interna ante el poderío de los aparatos partidarios.
Jorge Difonso es uno de los dirigentes que apuesta fuerte por De Marchi. De hecho fue casi el único que en medio de estos tire y afloje ya sacó a su partido, Unión Popular, de la lista de agrupaciones que integran Cambia Mendoza desde 2015. Su mensaje es casi un ruego por estos días decisivos: “Queremos ser un frente lejos de Cornejo y de La Cámpora”, expresó en una entrevista con MDZ. Desde lo aspiracional, nada más cerca del objetivo que persigue De Marchi. Pero en el plano de la realidad, para concretarse, ese fin último deberá recorrer, en apariencia, un largo camino.
Todos los que la siguieron con atención a través de cada episodio, saben que el protagonista de esta novela que está llegando a su fin buscó siempre despegarse de Cambia consciente de que era el camino que le garantizaba algo más de éxito en la aventura. Pero por cavilaciones propias y por la dinámica de la interna de Juntos por el Cambio a nivel nacional solo fue encontrando obstáculos en su recorrido.
Como una especie de resumen de episodios anteriores, vimos como referentes nacionales del PRO, Larreta, Patricia Bullrich o María Eugenia Vidal, coincidieron en no respaldar la posibilidad de que uno de los suyos rompa el equilibrio de la coalición oficialista de Mendoza.
Esta última semana los cierres electorales en algunas provincias en donde Juntos estaba en conflicto tampoco ayudaron al juego del lujanino. En Salta, Tucumán, Tierra del Fuego y Córdoba, por caso, se lograron acuerdos que resultaron complejos y trabajosos. Pero que en definitiva, terminaron priorizando la unidad. De Marchi matiza alguno de estos arreglos (sobre todo el de Salta y el de Tucumán) con la lectura de que, en realidad, Bullrich no pudo avanzar con la intervención del PRO en esos distritos como había decidido.
Tampoco le juega a favor a su intento rupturista, las negociaciones que por estos días están llevando adelante las máximas cabezas del PRO y de la UCR a nivel nacional para llegar juntos a las elecciones. Y acá están jugando fuerte dos mendocinos. Uno de ellos es Ernesto Sanz, quien esta última semana se reunió con Mauricio Macri tras dos años de distanciamiento y hablaron de una estrategia que se verá en los próximos días si se desarrolla o no.
Lo que se puso allí sobre la mesa, fue la alternativa de reeditar el armado de 2015 (que terminó llevando a Macri al poder) en dónde todos los socios de la coalición terminaron ganando a través de un armado acordado de las listas de candidatos a legisladores nacionales y con la libertad de que, después, cada uno termine llevando en la boleta al candidato a presidente que prefiera. En el fondo, lo que Sanz y Macri debatieron fue hallar un mecanismo para evitar que sea la PASO la que termine dirimiendo en definitiva las diferencias. El mendocino se quedó con la sensación, tras el cara a cara, de que Macri no se presentará como candidato. Pero que de movida sí saldrá a liderará al armado opositor, que está surcado por los conflictos internos
Y, claro está, Cornejo hace su juego también. Se mostró en el acto de lanzamiento de Gerardo Morales y, si finalmente se concreta, estará próximamente también en el de Facundo Manes. Ambos, como aspirantes presidenciales de la UCR. Pero el plan es otro. Cornejo, como casi toda el radicalismo, está detrás de la posibilidad de que un hombre o mujer de su partido sean los compañeros o compañeras de fórmula o bien de Bullrich o bien de Larreta. "Prefiero un radical, pero no quiero una UCR con 3 puntos como en 2015", dijo en una entrevista publicada hace unos días. Debió dar algunas explicaciones internas ante dirigentes por esa afirmación, pero en definitiva, esos dichos marcan la realidad de que, otra vez, el radicalismo está mirando desde abajo a la interna del PRO.
Como sea, todo este escenario deja a De Marchi en soledad en el contexto del país ante su intención de ruptura. Aunque él sigue deshojando la margarita. Continúa transmitiendo el mensaje de que sobre la mesa tiene aún a las dos opciones que, como se sabe hace tiempo, tienen sus ventajas y desventajas.
Si se va, el frente que pretende construir podría quedar dotado de una potencia electoral mucho más grande que si se queda y su competitividad electoral será mayor. Pero no se podrá llevar el sello del PRO y Larreta no le bajará fondos para la campaña. Si se somete a la interna, corre con la desventaja de enfrentarse al aparato de Cornejo y de los radicales. Aquí confía en que le sacará rédito a la boleta única, que él mismo reclamó hace unos años. Ir por adentro le garantizará recursos, pero no la oportunidad firme de convertirse en candidato.
Un juego se abrió hace unos días: la chance de aliarse en la interna con Luis Petri y con el grupo de empresarios filo radicales que ya están en la carrera de las PASO por disputar lugares en las listas de Cambia Mendoza. Petri y De Marchi ya hablaron de la posibilidad de un armado en conjunto. Obviamente que juntos suman más que separados, Según la encuestadora del Gobierno, Martha Reale, podrían llegar a los 30 puntos entre los dos en la interna. Lejos de Cornejo que roza los 60, pero con la chance de crecer buscando sumar a los desencantados con las conducciones autocráticas.
Un detalle. El gobierno dio otra muestra más esta semana de aquello que De Marchi dice que viene para parar. Rodolfo Suarez envió a la Legislatura el pliego para convertir en jueza a la expresidenta de la Juventud Radical, Daniela Torres, quien está apuntada así para cubrir el cargo de jueza penal de menores de la Tercera Circunscripción Judicial. En su defensa el Ejecutivo esgrime el argumento de que quedó primera en la nominación del Consejo de la Magistratura con el mejor puntaje, pero nadie puede ser ingenuo a esta altura. Torres, de 32 años, además de haber sido la referente de la juventud partidaria es funcionaria desde el año 2018. Una militante radical más que se sumará a las filas de la Justicia.
Más allá de las conversaciones con Petri, ambos no se ponen de acuerdo porque ninguno quiere bajar sus pretensiones. Petri, sobre todo, quien está decidido a sostener su candidatura en una negociación que tiene una carga importante de ego de ambas partes, hay que decir. El ex diputado enfrentado duramente con Cornejo desde 2021 apareció esta semana en las tapas de las revistas de la farándula anunciando su compromiso con la periodista Cristina Pérez. Otra novela, aunque en este caso, más cerca de los guiones tradicionales de las historias de amor. O algo parecido.