La mujer a la que elogió Rodolfo Suarez en su mensaje de despedida
El gobernador saliente agradeció a los mendocinos y destacó la capacidad de su sucesor, Alfredo Cornejo. Le dejó un mensaje especial a su familia con un párrafo dedicado a su madre.
Este sábado Rodolfo Suarez le traspasó los atributos de gobernador a Alfredo Cornejo. En un discurso breve, elogió a su sucesor y aseguró que "con Alfredo mendoza va a alcanzar nuevas metas de prosperidad". Pero además agradeció el apoyo de su familia y le dedicó un párrafo especial a su madre.
"Para terminar, quiero contarles que tengo la dicha de poder ver aun en el brillo de los ojos de mi madre centenaria , la fuente de origen de los valores de decencia, austeridad y esfuerzo con los que crecí y con los que he abrazado la vida pública. Con esa claridad y honrando la memoria de mi padre, que fue quien me inculcó el compromiso social, puedo decir con satisfacción que he liderado un gobierno que ha cumplido su palabra", manifestó Suarez dando por terminado su mandato.
El gobernador saliente admitió que hubo errores y cosas que se podrían haber hecho mejor, pero se mostró orgulloso de haber enfrentado "una de las pandemias más severas de la historia, atravesar una de las etapas más críticas de la economía del país y recibir el destrato de un gobierno nacional indolente".
"Nunca bajamos los brazos en nuestra vocación de conciliar lo urgente con lo necesario, cosa que hoy nos posibilita entregar una provincia ordenada, bien administrada y en marcha", subrayó.
"Estoy seguro de que hemos hecho una fuerte contribución para continuar fundando las bases de un nuevo Estado, mejor que el anterior y que seguramente será superado por el que me sucederá", concluyó.
El discurso completo:
Queridas mendocinas, queridos mendocinos:
Estoy convencido de que a esta altura los balances de la gestión ya han sido hechos, al menos en sus grandes líneas, por eso, en mi última intervención como Gobernador de Mendoza, quiero compartir brevemente con ustedes algunos sentimientos que me acompañan por estas horas en las que termina para mí la etapa de emociones más intensas que haya vivido.
Digo emociones intensas porque a la vez que finaliza un periodo de trabajo para el que me preparé con mucha dedicación, nos tocó en suerte enfrentar una de las pandemias más severas de la historia, atravesar una de las etapas más críticas de la economía del país y recibir el destrato de un gobierno nacional indolente, pero aun así, nunca bajamos los brazos en nuestra vocación de conciliar lo urgente con lo necesario, cosa que hoy nos posibilita entregar una provincia ordenada, bien administrada y en marcha. Sé bien que esto no hubiera sido posible sin la comprensión, confianza y compromiso de Uds, que siempre, en todo momento, hicieron sentir su orgullo de ser mendocinos y su gran voluntad de defender y proteger a esta tierra que amamos y que es modelo en el país.
Como es natural en estos casos, estoy lleno de agradecimientos. Pero cuando hay tantos agradecimientos y reconocimientos por hacer a la vez, se pueden cometer omisiones involuntarias y no querría que pasara.
Por eso prefiero englobar mi gratitud en un profundo y emocionado agradecimiento a todos Uds., mendocinas y mendocinos por el respeto y el cariño que he recibido en cada contacto personal en todos los rincones de la provincia. Aún en el marco del disenso. Y, por supuesto, agradecerles también la legitimación que le han dado a la tarea de mi gobierno en los sucesivos procesos electorales.
Quiero agradecer también la colaboración recibida de tantísima gente sin la cual no hubiese sido posible hacer bien las cosas, sobre todo a las familias, no sólo a la mía, que desde ya abrazo con todo mi amor por su acompañamiento, sino a las de todo el equipo de gobierno. Porque cuando uno está en la función pública, las familias cargan con un rol que en la mayoría de los casos no eligen, pero les exige. Sobre todo, en los momentos difíciles.
Como es natural, seguramente hay cosas que pudimos haber hecho mejor y lógicamente hay errores que hemos cometido. También sé que aún queda mucho por hacer. Pero, con todo, estoy seguro de que hemos hecho una fuerte contribución para continuar fundando las bases de un nuevo Estado, mejor que el anterior y que seguramente será superado por el que me sucederá. Este es un equipo conformado por mujeres y hombres que tenemos la férrea determinación de ofrecerles a los mendocinos lo que merecen: buenos gobiernos.
Muchos de los cambios en marcha necesitan continuidad en el tiempo para alcanzar su madurez. Por eso siento que me voy en las mejores circunstancias posibles ya que tengo absoluta confianza en el equipo que me sucede. Principalmente en Alfredo Cornejo. Lo conozco bien. Compartimos los mismos valores, por eso nos une un vínculo sólido. Estoy convencido de que, con Alfredo, Mendoza va a alcanzar nuevas metas de prosperidad, sin desconocer que vendrán tiempos de extrema dificultad por la situación macroeconómica. Tiempos en los que, como bien sabe él, estaré a su entera disposición.
Este paso que termino de dar como ciudadano que ha trabajado de gobernador, el paso anterior como intendente de la Ciudad de Mendoza y la disposición para afrontar desafíos, sin importar lo difíciles que sean, y sumar propuestas para la resolución de asuntos complejos, me han permitido acumular una vasta experiencia en la gestión pública y en el conocimiento de las economías regionales con la que pienso continuar contribuyendo, ahora, en el marco nacional.
Ahí voy a trabajar sin descanso para que los argentinos tengamos una democracia más eficaz, que busque profundizar el federalismo, alcanzar mejores niveles de calidad institucional y, sobre todo, que luche contra la pobreza, que es la principal deuda pendiente de nuestra Argentina.
Como ustedes saben, el único motor que me mueve es la vocación por seguir mejorando la vida de las personas. Es ver la política desde la perspectiva del bien común. Es poner las cosas en su lugar para que el Estado funcione cada vez mejor. En ese lugar me van a seguir encontrando, siempre dispuesto al diálogo y a la construcción de consensos. Esté donde esté, voy a usar todas mis fuerzas para seguir defendiendo y cuidando a Mendoza.
Para terminar, quiero contarles que tengo la dicha de poder ver aun en el brillo de los ojos de mi madre centenaria , la fuente de origen de los valores de decencia, austeridad y esfuerzo con los que crecí y con los que he abrazado la vida pública. Con esa claridad y honrando la memoria de mi padre, que fue quien me inculcó el compromiso social, puedo decir con satisfacción que he liderado un gobierno que ha cumplido su palabra.
Muchas gracias por haberme permitido servirlos como Gobernador de Mendoza. Ha sido un honor. Voy a recordar el afecto que he recibido de ustedes durante el resto de mi vida.