El increíble mensaje que le está mandando la gente a la política y a los medios de comunicación
"Es un hombre irascible, inteligente y con muchos complejos", analizó una persona experta en caligrafía al ver su firma en el cuadro de sesiones. La gente aplaudió a la Policía y al ajuste económico.
Por primera vez en muchísimo tiempo, quizás como nunca, la Plaza del Congreso aplaudió y gritó por dos cosas. Por la Policía y por el ajuste. Lo hizo cuando el presidente Javier Milei reclamó por mayor seguridad, describió la dramática situación en Rosario y anunció, al principio, que no iba a haber plata para nadie porque el sacrificio iba a ser muy importante.
Esta es la gran novedad de este domingo. El grito de una calle llena de jóvenes y no tanto que no se bancaron más no solo al kirchnerismo, sino la continua degradación de su calidad de vida, tanto económica como social. El no poder salir a la calle con tranquilidad, dar la vuelta manzana antes de ingresar a los hogares o pagar por seguridad privada es insoportable.
¿Cuando se gritó en favor de la Policía como una institución imprescindible para la tranquilidad pública? Años de garantismo y leyes favorables a quienes delinquen pusieron como "héroes" a quienes hasta hace dos décadas todos considerábamos como parte fundamental del problema, por sus conexión con los delincuentes y la jefatura de hechos delictivos como secuestros extorsivos, robos a bancos y recaudación ilegal por prostitución y juego clandestino.
Ahora, eso se amplió al narcotráfico, que ya maneja y regula el trabajo de las comisarías de centros urbanos importantes o fronterizos de todo el país. Pero la gente no se fija en eso. Pide mano dura. Pide que los delincuentes que le quitan sus pertenencias, que le privan la vida a sus familiares y amigos, la pasen mal, no tengan casi derechos. Quizás porque hasta hoy tuvieron demasiados, más que los propios vecinos que trabajan y contribuyen cotidianamente.
En cuanto a lo económico, el "No hay Plata" dicho en varias oportunidades, es además de un mensaje, una necesidad de exteriorizar lo que siente para escuchar la respuesta de ese público reunido frente a las escalinatas del Congreso de la Nación. Pareciera que la gente no entendiera que va a tener que hacer sacrificios que quizás no tome dimensión. Pero también dejaría en claro que están dispuestos a hacer sacrificios siempre y cuando sea general y fundamentalmente lo paguen quienes forman parte del Estado, ya sea funcionarios como legisladores.
Es esa clase social, que Milei calificó como "casta", que es la única que creció en los últimos veinte años. Mientras la gente de a pie, aquella que no tiene el "celular habilitado para pedir favores", padecen todos los días el deterioro de su calidad de vida, los otros, entre los que también deben incluirse sindicalistas, empresarios y sectores de la prensa, se trasladan a los barrios más pudientes para seguir tranquilos su desarrollo personal.
Milei es una persona con muchas cuestiones personales por resolver. Así y todo, la gente lo valoró y lo aplaudió, inclusive, cuando hablo de temas gravísimos para su vida cotidiana, como lo serán las tarifas y la inflación.
Un especialista que pudo ver el libro de sesiones donde firmó su asunción presidencial lo describió como una figura "irascible, aguda en sus pensamientos, que no tolera pensamientos diferentes al suyo, aunque también es sagaz, hábil para la réplica aunque rebuscado en sus pensamientos, siempre en conflicto con su yo interior... Es clarísimo que tiene cuestiones sin resolver", dijo en su primer observación.
Empieza otra etapa. Solo resta esperar que esa misma gente, que aplaudía por los nuevos tiempos y los sacrificios, siga sosteniendo su pasión por el cambio. Mientras tanto, esta parte de "la casta", seguirá observando, informando y analizando. Ojalá termine bien.