Alberto Fernández, entre el “exilio” español y el llano político
El presidente se mudará a España tras la entrega del mando a Javier Milei. Docencia y una nueva vida, lejos de Cristina Kirchner y Sergio Massa. El rol de su familia y su futuro político.
Alberto Fernández termina por diseñar su futuro del corto plazo, que está signado por la incapacidad de haber generado un final mejor para su gestión, que se caracterizó por su ausencia y decisión de haberse alejado de la toma de decisiones y aceptar el manual de Sergio Massa para no estar presente prácticamente en ningún acto en búsqueda del voto. Se va a España diciendo que su Gobierno sostuvo récord de generación de empleo, habiendo diseñado un discurso para cobijar su fracaso político, donde no hay autocrítica ni sinceramiento del error que fue el Frente de Todos.
Se va a vivir a España, donde hace más de quince años que tiene un convenio para dar charlas. No será embajador, pero intentó averiguar si había cabida para esa jugada. No habla con muchas personas como antes, y elige únicamente medios de comunicación que cobraron cientos de millones de pesos de pauta publicitaria del Estado durante su gestión para ordenar alguna idea. MDZ le ofreció una veintena de veces una entrevista, que rechazó sistemáticamente. Llegó incluso a recomendarle a Javier Milei que se quede lejos de Mauricio Macri, sin quien jamás hubiera logrado ser presidente.
Así se va Alberto Fernández, convencido de los récords insuperables de su gestión, sin territorialidad ni albertismo en la mística popular, con altas cifras de rechazo popular y el pedido de renuncia al PJ por parte de Fernando Grey, intendente de Esteban Echeverria. “Se preparó toda la vida para ser expresidente”, se sinceró un ministro de escueto diálogo con el jefe de Estado.
Alberto termina convencido de que España es donde tiene que vivir, a sabiendas de que no será fácil la calle en Argentina para cuando su gestión haya terminado y no haya chofer ni seguridad presidencial, algo que nunca disfrutó. Siempre fue un dirigente muy libre, que caminó la calle aún siendo jefe de Gabinete.
Empezará formalmente a dar clases en España, donde muchas veces pensó en irse, y disfrutará de la pensión de expresidente que le permitirá dar conferencias y vivir de las clases de derecho que dará en Madrid. Sin vínculo con Cristina Kirchner, Sergio Massa, gobernadores y sin tropa propia, empieza un nuevo llano para el ahora expresidente.
Su vida no será completa, su hijo vivirá en Argentina y su relación con Fabiola es una línea de puntos suspensivos, donde son más los que confirman que hace algunos meses no son más una pareja que los que los confirman compartiendo un techo en España. La postura del futuro expresidente es lograr que su carrera política se sostenga al compás del resurgimiento de un peronismo más transversal y horizontal dado el probable cambio de rol que tendrá Cristina Kirchner.
Alberto Fernández deja sus fieles en Argentina, muchos con rumbo desconocido. La actual secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, volverá a la consultoría con su empresa, que alguna vez compartió con Alberto Fernández. Gabriela Cerruti, vocera y parte de los mayores problemas que tuvo el Gobierno en la comunicación, será parte de las que vuelven al llano, ya que no tendrá lugar en el Gobierno venidero y no supo cultivar buenas relaciones con sus pares tampoco. Las críticas internas fueron reiteradas y constantes, por los malos tratos a la prensa, empezando por la Secretaría de Medios que timoneó con éxito Juan Ross, quien también dejará su silla vacía.