La paliza y la crisis de UxP abren una transición con pronóstico reservado
El peronismo aún no termina de asimilar una derrota catastrófica y sin liderazgos a la vista debe iniciar una transición con Javier Milei que luce imprevisible y con ingredientes inquietantes.
“Si las dos últimas transiciones fueron sumamente complicadas, esta no parece que vaya a ser la excepción”, comentaba anoche una alta fuente del peronismo territorial. Las primeras señales parecen realmente confusas no sólo por la poca responsabilidad que viene caracterizando a la clase política, sino además porque el peronismo ha ingresado en una crisis de grandes proporciones sin liderazgo a la vista.
El partido que viene hegemonizando la vida institucional de la Argentina y que siempre se auto referenció como el campeón de la gobernabilidad ha sufrido su peor derrota electoral luego de haber mostrado una enorme incapacidad para gestionar. “Estamos en el peor de los mundos, no tenemos presidente y tampoco jefe político, la improvisación es total”, describe así una fuente oficial al clima imperante en el seno del peronismo que aún debe gobernar hasta el 10 de diciembre.
El largo y extenuante proceso electoral que acaba de concluir deja en evidencia el inicio de una reconfiguración del sistema político tal como lo conocíamos. Las tres citas a las urnas fueron formateando el desembarco de un outsider como Javier Milei en la Casa Rosada y al mismo tiempo fue dejando una multitud de heridos que fueron quedando en el camino. El último turno tenía reservado un verdadero tsunami para el PJ y sus aliados. Fue de tal magnitud que prácticamente no queda casi nadie en pie. Solo el presidente electo, Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Juan Schiaretti.
Quedan pocas certezas a la vista. Probablemente la ola violeta que se llevó puesta a gran parte de la dirigencia política sea el principal activo que tenga el libertario para empezar a construir su gobernabilidad. ¿Aplicará en esta oportunidad el célebre "a río revuelto ganancia de pescadores”? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Pese a tratarse de una situación anómala y muy crítica, varias fuentes consultadas consideran que el peronismo no le va a regalar nada al sucesor de Alberto Fernández.
“No se los puede subestimar, ellos tienen en su ADN una enorme capacidad de reciclaje, pero también de daño político”, explica con lujo de detalles un vocero del sector ganador del PRO. Aquellos que fueron parte de las frustradas negociaciones entre Macri y los Fernández, tanto en 2015 como en 2019, creen que Milei debe negociar pero con la pierna fuerte. “Tiene la legitimidad suficiente como para poner condiciones lógicas y no dejarse extorsionar”, sostiene un referente macrista.
A partir de hoy comienza el primer test de política dura para el futuro jefe de Estado. Si bien es el que más tiene para perder, también sabe que el mayor costo político recaerá en las actuales autoridades. Una final más complicada que haber enfrentado la campaña más agresiva de la historia.